El Atlético de Madrid atrapó al Barcelona en la clasificación tras vencer 2-1 al Athletic en el Vicente Calderón. El triunfo llegó después de una actuación menos redonda que otras anteriores pero que evidenció que los colchoneros han recuperado varias de las virtudes que le hicieron campeón de casi todo. La fiabilidad defensiva regresa poco a poco al Manzanares, y desde ahí el Atleti parece haber activado el modo gana-puntos que le emparenta con los mejores equipos del continente.
Sin brillo, también victoria. Rasgo de equipo de verdad grande
Atlético y Athletic no tuvieron casi ninguna opción de marcar en la primera mitad. Sumaron un tanto cada uno porque el balón parado, ya se sabe, no entiende de merecimientos y ambos acertaron desde el saque de esquina. Futbolísticamente, cada equipo dejó claro que estábamos ante colectivos muy preparados sin la pelota. Al Athletic le funcionó especialmente bien ese “doble lateral” con Eneko Bóveda y De Marcos muy atentos al sector creativo-desequilibrante del Atleti, el de Filipe Luis, Koke y Carrasco. El Atleti, por su parte, mantenía lejos de Oblak a su rival, más allá de las andanzas solitarias de un Aduriz siempre más inteligente que el nervioso y caótico Giménez.
Con todo, y pese al buen trabajo defensivo del Athletic, llamó la atención el cambio de dibujo de Simeone, sobre todo porque no funcionó. El Cholo desmontó el 4-3-3 de las últimas fechas y dibujó un 4-4-2 con Saúl en la derecha que, para atacar, no funcionó. El centrocampista intentó aportar movilidad y juego entre líneas pero terminó quedando en tierra de nadie, aplastado por el empuje del Athletic. ¿Qué buscaba Simeone con el nuevo sistema? Quizás liberar del todo a Griezmann para que Antoine buscara la profundidad ante la presión del Athletic. Pero no hubo ni espacio ni asistentes.
El Atleti, menos fluido que otros días, ganó de nuevo defendiendo
Como no podían darse 90 minutos solo de intensidad y choque, la segunda parte arrancó más movida. Aparecieron las primeras subidas de los laterales vascos, auspiciadas por el ritmo del Athletic en la circulación. En ese sentido, destacamos el plus que ahí ofrece Iturraspe. Cuando Itu está bien, su fútbol fluido eleva el del conjunto. Aduriz encaró a Oblak porque Ander y Beñat conectaron a diferentes alturas con gran agilidad. Por eso, su salida del campo al cuarto de hora quizás no resultó positiva. Siete minutos más tarde, Griezmann enganchó un disparo digno de un cuatro veces ganador del Balón de Oro y puso el 2-1. A partir de ahí, el Athletic se vio obligado solo a atacar y no supo cómo. Beñat intervino constantemente y con criterio pero siempre demasiado atrás y con escasa ayuda de Mikel Rico. El Atleti fijó su 4-4-2 defensivo replegadito –ya con Koke y Griezmann en las bandas– como en Lisboa y no sufrió absolutamente nada. Algo que no sorprende, puesto que es un equipazo. El co-líder de La Liga.
Abel Rojas 14 diciembre, 2015
Lo de "sin brillo" puedo comprarlo en el sentido de que no hubo jugadas bonitas, pero fue una victoria tan grande e importante que creo que el Atlético ayer salió lleno de luz.
Muchísimo cuidado con Saúl. Muchísimo cuidado que… puede ser el update.