Se dice que los gallegos son algo indecisos. O cuando menos cautos o ambiguos a la hora de responder de pronto a una pregunta concreta. Como ocurre con todos los grandes tópicos sobre la idiosincrasia de los pueblos, el valor de esta consideración es escaso y lo razonable es no tomársela muy en serio. Pero sí se puede rastrear algún fundamento detrás de este tipo de generalizaciones. Un detonante, una explicación para su existencia. A menudo ese algo no tiene tanto que ver con el hábito y el carácter de la gente aludida sino con la forma en que otros los han observado desde el otro lado de una brecha cultural; o puede que el tópico en cuestión se relacione con circunstancias concretas de las que se extrajo una deducción peregrina que hizo fortuna. Intrigado por estas cuestiones me dirigí a la principal autoridad en cuestiones gallegas que hay en mi casa: “Eso es una tontería pero un poco sí que es cierto que somos así”, me aclaró. “Es que es normal: una pregunta siempre depende de lo que implique cada respuesta”.
Ni Iago ni Lucas eran, en principio, puntas de lanza.
Años atrás Iago Aspas también respondía de forma ambigua a la incógnita sobre su mejor posición sobre el césped. Por entonces la discusión entre los analistas de la jornada versaba sobre si había que definir al moañés como ariete o segundo punta. No era un debate baladí, pues afectaba a la forma de sacar mayor rendimiento de un delantero cada vez más importante al que pronto se le presentarían nuevos retos lejos del estadio que lo reconocía como un héroe. ¿Acaso necesitaba un acompañante? ¿Y de qué tipo? Tan ligero en el área y poco dado a fijarse por dentro, Iago Aspas no presentaba las credenciales más características de un delantero centro. Pero lo parecía, sin terminar de serlo. Su juego era profundo y agresivo y además de ofrecer el primer apoyo al mediocampo aportaba muchas cosas como hombre más adelantado del equipo.
Lucas Pérez ya es el nueve del DeportivoLucas Pérez respondía a un perfil más definido: el del extremo que rompe hacia portería, el atacante inesperado que llega desde atrás. Rematador desplegado desde la segunda línea en su retorno a España, su forma de cargar el área se convirtió en el principal foco de credibilidad ofensiva que mostraba un equipo falto de intimidación en el resto de sus piezas. La receta parecía clara hasta que la determinación del nuevo ídolo resultaba demasiado valiosa como para mantenerlo, ni que fuera en el arranque de cada acción, tan lejos de la portería que tenía entre ceja y ceja. La posibilidad de adelantar su posición se propuso pronto pero planteaba no pocas dudas, pues suponía exigirle un oficio que no era el suyo: una cosa es verlo todo de cara y acudir lanzado al hueco y otra ser la referencia de todos.
Aspas & Lucas frente a frente por primera vez.
Dicen que “¡malo será!” es otro recurso muy propio de los gallegos. Lo que es seguro es que es una expresión preciosa que oculta su firme optimismo bajo un manto de ironía que no todo el mundo descifra a la primera. ¡Malo será que Iago Aspas no gane poso en el área y el pasillo central! ¡Malo será que Lucas Pérez no devore espacios sin que nadie le abra camino! Y malo no fue: asentados en su nuevo oficio al regreso de sendos exilios cargados de morriña, ambos futbolistas se dirigen al derbi de mañana como nueves rutilantes, los hombres de moda en el fútbol gallego. Dos figuras tan queridas, tan de la tierra y la misma calle que pisa el aficionado, devuelven a los enfrentamientos entre Celta y Deportivo la pasión de los viejos duelos entre las figuras de antaño. Se dice que los gallegos son algo indecisos, pero hay cosas que las tienen muy claras. Por ejemplo, que el partido más importante de este sábado enfrentará a Lucas Pérez y Iago Aspas sobre el césped de Riazor. ¿El favorito? Pues depende, claro.
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sobris 20 noviembre, 2015
Solo por dar una idea, estaría bien ver aquí en ecos un articulo de estos tan buenos sobre un súper crack como Hatem Ben Árfa, que es un jugador que no tienes que invidiar nada ni a la zurda de messi diría yo (perdoneme el gran messi) pero por unas cosas u otras no ha conseguido triunfar en la elite. A mi personalmente me gustaría mucho