La UEFA premió la actuación de Guilherme Siqueira en la ida con su inclusión en el ‘XI’ de la jornada, pero no hizo un buen encuentro en términos defensivos. De hecho, estrictamente, el brasileño no está en disposición de poder hacerlo en defensa organizada desde el punto de vista de un equipo como el Atlético de Madrid. El ex del Granada suele jugar su propio partido, intentándose adaptar a su propio desorden. En el lateral izquierdo, desde la salida de Filipe Luis, el Atleti compite con una ventana indiscreta y abierta. Con Mario como pivote zurdo abriendo la puerta en los primeros 45′, la corriente blanca pegó un portazo. Simeone debe tomar nota.
Siqueira ha sido utilizado en seis de los siete cruces que han disputado colchoneros y merengues esta temporada. Su actitud es intachable y su proyección ofensiva ha sido puntualmente importante ante el Real Madrid. Las cartas que Siqueira juega J. Gámez aporta más discreciónson aceptadas por el Cholo, pero atrás es un problema. Cuando se dice que el Atlético de Madrid defiende como el mejor cediendo la pelota lo es porque sus dos líneas de cuatro son uniformes en la orientación de las ocho piezas, la separación exacta entre ellas y por sus movimientos acompasados, como si fueran unidos por cuerdas imaginarias. Si a ello unimos que Guilherme suma una calidad y timing defensivo irregular a la hora de marcar, anticipar o chocar, es decir, tomar decisiones continuas, su zona queda señalada. El Atlético, atrás, pide alguien discreto, que se funda con los demás y no tenga más curiosidad que mantener la compostura.
A Siqueira le cuesta comportarse como sus compañeros de línea
Y Jesús Gámez lo es. El recurso aparecido desde hace unos dos meses cumple mejor con el cometido. Menos alevoso, marcando mejor las distancias y cumpliendo con los tiempos defensivos que definen a su colectivo, sin ser un plus individual y jugando en banda no natural en ataque, al menos está logrando entornar la ventana, perdiendo, eso sí, poder ofensivo siempre y cuando el balón no salga de banda. Como el plan de Ancelotti ha de cambiar, seguramente con James Rodríguez merodeando en aquel costado, Simeone deberá decidir dónde pagar el peaje y cómo suavizarlo cuando tome tal decisión.
La opción más automática que uno relaciona es que trate de igualar las fuerzas en mediocampo introduciendo un centrocampista más, dando un apoyo más por dentro y en los costados. Si decide que la clave de la circulación es la suma de Kroos+Modric, estando el croata ausente, seguramente el Cholo acepte colocar una u otra ventana en el 4-4-2 natural, con dos puntas. Bien pagar el peaje defensivo, con Siqueira dando la mano a Godín cuando Carletto cree superioridad y pida defensa interior al ‘3’ que Guilherme no posee o pagar el ofensivo buscando la discreción, tanto atrás como en transición. Porque cerrar la ventana del todo no parece posible.
Abel Rojas 22 abril, 2015
Qué interesante me parece esto. Hasta que ayer por la tarde me enteré de la baja de Benzema, reconozco que opinaba -ya que ha pasado lo puedo confesar- que al Atlético se le iba a ir la eliminatoria por aquí. Creo que el boquete existe y el Madrid había encontrado el modo de activarlo rotando a los miembros de la BBC. Modric era muy, muy importante, pero la rotación de los tres atacantes ahí me pareció incluso más conflictiva para el Atleti. Sin Benzema, los intercambios posicionales menguarán y se dibujará un partido distinto.
Seguramente con un James más fijo -lo cual favorecerá la marca-. Y habrá que ver cómo lo alimenta el Madrid. Si James tiene que bajar a recoger el balón porque Illarramendi no lo encuentre, este problema coyuntural de Simeone se verá aliviado o incluso curado.