En el descanso del duelo que enfrentaba a brasileños y cameruneses, Luiz Felipe Scolari retiró del campo a Paulinho, dando entrada a su sustituto natural, Fernandinho. El centrocampista del Tottenham era una sombra sobre el césped del Estadio Nacional de Brasilia. Como ante Croacia, fue relegado antes del pítido final. Paulinho había completado 18 pases en media parte y su incidencia en el juego colectivo le estaba situando en tierra de nadie. Sus números en esta Copa del Mundo le dejan como uno de los tres titulares menos valorado en los parámetros estadísticos. Paulinho no está y es muy posible, a tenor del último entrenamiento, que deje paso a su homólogo citizen.
Colectivamente es posible que Paulinho esté acusando el funcionamiento de la canarinha. Brasil no está asentando los ataques, algo en lo que tiene que ver la escasa producción de Fred y la peculiar e individual Fernandinho es la alternativa profundidad que está llevando a Neymar a dibujar jugadas individuales por el carril central que dificultan la mejor virtud de Paulinho: su llegada a la frontal. Si la profundidad no es exterior y Fred no la pisa en la corona, Paulinho pierde el timing. En el resto de facetas tampoco está destacando, especialmente su presión adelantada. Sin peso en la salida y en la construcción, por características propias e idea grupal, su plus radica precisamente ahí: llegar al área y presionar, frenando las transiciones rivales o la salida desde el portero.
Paulinho no está sabiendo cómo aportar a esta Brasil
Estando sus virtudes huecas, Paulinho se queda corto para ofrecer algo diferente en una Brasil que no encuentra por fuera lo que sí puede aportar Fernandinho por dentro. Para encontrar a Neymar, Brasil está necesitando perder la pelota para que el rival se abra, lo que genera incertidumbre en el balance defensivo, o bien recuperarla arriba y que Neymar atraiga hasta dos y tres marcas. Ahí nace la figura del centrocampista skyblue, con más capacidad para asociarse con el ‘10’, filtrar un balón que supere una línea y ofrezca al genio un enlace que no está encontrando por fuera tras el cambio de sistema.
Más allá de que la decisión parece aclararse y resulta plausible, no es descartable que Scolari valore especialmente el rol de Fernandinho desde el banquillo. Para aportar variantes más creativas cierto es que cuenta con Willian o Bernard, pero en el rol de centrocampista de ida y vuelta puede tirar de Ramires y usar a Fernandinho como un revulsivo para solucionar lo que a partir de ahora son todo cruces. Fue salir ante Camerún y darle un color, una energía y un aire nuevo al equipo. Brasil no tiene demasiado tiempo para recuperar su mejor versión pero al menos, Fernandinho es una individualidad más que notable.
piterino 28 junio, 2014
Totalmente de acuerdo con Arroyo en el diagnóstico y la descripción del discreto rendimiento de Paulinho y en lo que sucede y puede suceder "después", aunque no coincido tanto con la causa de todo ello. En mi opinión, la pobre actuación de los laterales, Alves y Marcelo, y su insólito nivel de desacierto técnico, impiden a Brasil salir con naturalidad de acuerdo al sistema, y asentarse en campo contrario para que Neymar reciba en situación franca para el desequilibrio, para generar ocasión de gol o balón al área, o al menos para exponerse a una pérdida "buena".
Paulinho es una pieza instrumental en todo ello, pero un instrumento valioso cuando "ello" funciona.