Tanto Juventus como FC Bayern München son conscientes de que su choque es muy trascendente en el contexto de sus temporadas. Ambos combinados llegan en una situación muy similar al cruce de cuartos de final: tienen sus ligas casi ganadas. Lo de los bávaros no es todavía matemático, pero el intimidatorio 9-2 al HSV el pasado sábado fue un festín que sirvió de celebración virtual del título. Aunque la Juventus tenga menos distancia con sus perseguidores, también es consciente de que el Scudetto es cuestión de jornadas y de que tras ganarle al Inter el Derby D’Italia ya puede centrarse en la competición continental, a la que ha vuelto con ganas de recuperar el cartel que su historia afirma que tiene. Falta poco para que se confirme, pero Juventus y Bayern son verdaderos campeones: ganan sus compromisos ligueros con solvencia pese a rotar y dan sentido al nombre de la máxima competición continental, la Liga de Campeones.
La única baja confirmada al cien por cien para el Bayern-Juventus del Allianz es la de Javi Martínez por sanción. La ausencia del mediocentro navarro, que no está teniendo un buen año en el doble pivote muniqués, prácticamente garantiza que no se produzcan variaciones tácticas por parte de Heynckes. O al menos de las que ha utilizado hasta ahora. Lo más alternativo en los últimos tiempos fue experimentado ante el Bayer Leverkusen, un equipo que apostó por el contragolpe y el juego exterior –como hace la Juventus cuando Pirlo es presionado–. En aquel partido coincidieron en la medular Luiz Gustavo, Martínez y Schweinsteiger, para dibujarse un 4-3-3 que dejaba poco expuesto a Martínez en el rol de mediocentro por los apoyos y que facilitaba un cierre de las bandas mayor que el habitual. Sin Martínez y siendo un partido de ida en casa, en el que la inercia provoca que el local lleve la iniciativa y salga a atacar, parece claro que se verá al Bayern más arquetípico de esta Champions League.
La baja de Javi Martínez hará que veamos al Bayern más habitual.
Dicho de otro modo, será sorprendente no ver la distribución clásica de los últimos tiempos: un 4-2-3-1. Las señas de identidad del equipo se mantendrían, y son mecanismos que también ante la Juve servirán para generar ventajas. Por una parte, los fuera-dentro de Ribéry tendrán que ser cubiertos por Andrea Barzagli y el carrilero derechoLos movimientos de Ribery, Kroos y Müller serán claves en el ataque del Bayern que lo ayude (probablemente Lichtsteiner). El francés daña cuando penetra en la zaga, pero el valor de estas diagonales es doble si tenemos en cuenta que la salida bianconera que no utiliza a Pirlo (la más alternativa y el plan para emergencias) consiste en avances de los centrales-laterales hacia la divisoria; especialmente Barzagli. Por otra parte, Kroos actúa en la posición de ‘10’ sin ser un mediapunta al uso. Siempre hace de gancho: retrocede al doble pivote y hace fluir la jugada. Oxigena la elaboración y, además, sus apoyos pueden tener valor doble si los hace sin balón, puesto que supondría sumar un tercer mediocentro “infiltrado” que presione a Pirlo en la salida de balón. Por último, el mecanismo más característico en fase ofensiva del Bayern actual es el que atañe a Thomas Müller y al punta, ya sea Mandžukić o Gomez, quien arrastra molestias. Müller se sabe segundo punta, pero jugar en banda le resta recursos ofensivos y le hace perder protagonismo. Esta temporada ha encontrado una manera de aparecer como segundo punta con peligro pese a partir por fuera. Cuando la jugada se inicia, se va al centro y el delantero, sea quien sea, realiza un movimiento simultáneo de caída progresiva hacia el costado derecho. Los centrales pierden la referencia y el ‘9’ puede recibir caído a un costado porque, aunque lo sigan, llega con ventaja. Y si lo siguen, el centro queda desprotegido y por ahí suben Müller y el interior. Ventaja generada y ocasión de gol. Se trata de un mecanismo repetitivo que bien se tienen que saber Chiellini, Bonucci, el carrilero izquierdo (Asamoah o Peluso) y hasta un solidario Andrea Pirlo.
El guion del partido, con lo analizado hasta este punto, esboza a una Juventus que tiene que replegarse con los dos carrileros y parecerse más a un 5-3-2 que al clásico 3-5-2 (como en en Celtic Park). Los de Conte son conscientes de que no se enfrentan a un rival cualquiera. Su cruce es especialmente duro, pero tienen herramientas para hacer frente a este Bayern. La Vecchia Signora viaja a Alemania sin bajas confirmadas, pero sí con las dudas de Mirko Vučinić y Sebastian Giovinco. Los dos son catalogados en Turín como delanteros pese a ser segundos puntas “encubiertos”, como todos los atacantes de la plantilla salvo Matri. Desde Alemania se ha alabado últimamente la firme organización y solidez táctica de los turineses, pero uno de los males es la ausencia de un ‘9’ puro. Los goles se reparten entre los centrocampistas ofensivos y los “puntas”, y aunque no va mal el año, es una carencia que preocupa a corto plazo.
La Juventus previsiblemente replegará con sus carrileros y puede acusar falta de gol.
En el 3-5-2 clásico de Conte existe una dependencia cada vez más manifiesta de Andrea Pirlo. Es el líder del equipo y resulta clave en las labores de salida central, distribución en el inicio de la jugada y apoyo horizontal en la salida por los laterales. Es el regista y la parte más baja de la “V” del centro del campo.Conte puede optar por cambiar a un 3-5-1-1 con Pogba de interior y adelantar Marchisio Los interiores que lo acompañan, Marchisio y Arturo Vidal, deben tener el día y avanzar en vertical con el balón para generar juego interior, algo costoso a nivel individual puesto que el chileno acostumbra a realizar desde su posición un valiosísimo trabajo defensivo y el italiano no ha tenido un buen final de invierno tras sus 2 lesiones. Los hombres de arriba tienen la peculiaridad de no cumplir con el perfil de ‘9’, y si Marchisio y Vidal no avanzan, la Juventus acaba atacando solo por fuera. La necesidad de que los Quagliarella, Matri, Giovinco o Vučinić “floten” y no paren de subir y bajar dentro de esa “V” para ahorrar recorrido a los interiores es notable y exigente desde el punto de vista colectivo. Conte ha dejado caer la posibilidad de utilizar de inicio un sistema que lleva aproximadamente 2 meses probando en los segundos tiempos de partidos en los que va ganando: un 3-5-1-1. Consiste en incluir en el once titular a Pogba, el jugador número 12 de este equipo, prescindir de un “punta” y colocar a Marchisio de segundo punta. Con este dibujo los dos interiores (Pogba y Vidal) pueden aportar presencia y el trabajo defensivo que el Bayern exige sin estar requeridos al máximo en la llegada desde segunda línea, porque Marchisio sabe moverse.
Es Claudio quien se encarga en ese dibujo de recibir de los interiores y buscar una opción de pase (carrileros o delantero) o incluso de tiro. En un escenario como en el del Allianz, el 3-5-1-1 (o 5-3-1-1 por Ribéry-Müller) permite acumular a propósito a muchos efectivos en el medio para que, sin balón, Pirlo quede protegido y sea más difícil que el Bayern ejerza presión sobre él –algo que asfixia a la Juventus–. También para que los apoyos de Kroos tengan menos valor. No es ninguna locura, ni supone un caro peaje prescindir de un atacante –estén o no con molestias–, pero la falta de costumbre puede causar fallos de demasiada trascendencia para ser cuartos de dinal de Champions League. La Juventus necesita innovar para no ser tan dependiente de Pirlo en la salida de balón y en la generación, y puede ser este un primer paso para renovar la idiosincrasia del equipo a corto plazo. No obstante, empezar en Múnich es muy arriesgado. Es un partido demasiado grande.
@DavidLeonRon 2 abril, 2013
Hoy es de esos días en los que le pedirías a la UEFA que hiciese lo que hace en octavos: dividir los cuartos en dos fechas. Una faena perderse cosas en vivo.
Qué decir de esta eliminatoria. Una locura de partido. A las 22:37 lo estoy bajandoxD