Que no ha existido proyecto ganador sin suerte no hay quien lo discuta. Que el Sevilla la tuvo toda, tampoco. Y menos mal. El mejor lateral derecho del mundo, a precio de meritorio. El futbolista más relevante de los últimos 30 años de historia del club, por escasos 6 millones. Renato, Luis Fabiano, Dragutinovic… Salió todo. El resultado: un conjunto excitante, rabioso, de personalidad marcadísima. La conquista de Eindhoven, en 2006, fue recibida con frenesí. Pero quedaba la parte más destacada del cuento. Desde el primer día, la temporada 2006-2007 mostró a Europa al Sevilla más potente que se recuerda.
Era la jornada 3, apenas septiembre, pero los de Nervión ya habían gritado en Mónaco que eran rival para cualquiera. Tras dos victorias ligueras, llegaba el derbi. Del Betis campeón quedaban migajas, pero a 90 minutos no hay clásico fácil. Sobis y Kanoute, ambos por partida doble, firmaban tablas en el marcador a cinco minutos de la conclusión. Fue entonces cuando una diablura de Renato (jugadorazo a menudo olvidado) ponía el 3-2 definitivo. El termómetro del derbi no mentiría: el Sevilla no perdió en los cuatro duelos de esa campaña ante el Betis, ganó Copa y UEFA y nunca, ni antes ni después, llegó tan alto como aquel año.
_
Artículos relacionados
Cicinho debe volver a subir
@SharkGutierrez 17 noviembre, 2012
Aquél Sevilla heredado del señor Lobo y con esa ristra de jugadores bien ojeados y fichados por Monchi daría al Sevilla las tardes más lúcidas como inolvidables de toda su historia. Tanto que terminó haciendo mucho daño en la afición a largo plazo; muchos no son conscientes de que se le exigía al equipo estar en Champions y competir. Momento imposible porque cuando se iba a competir, se llevaban a los jugadores. Del Nido no podía retenerlos ni por sueldo, ni por ambición. A partir de ahí, los objetivos cambiaron; el Sevilla ha entrado en recesión, pero muchos de sus aficionados no se han aclimatado a la situación actúal que dista mucho de aquella
Yo disfruté como un enano con Juande por lo que heredó y porque remató la faena. Es un poco lo de Luis-Del Bosque con la selección española. Cada uno con sus matices respectivos pero con el mismo fondo. Bastante bien que funcionó. También recuerdo los años del Betis de Serra Ferrer: de Alfonso, de Oli, de Finidi, de Jarni, de Vidakovic o de Toni Prats; todos ellos elementos de nuestra liga que renaciaron bajo la premisa del fútbol y del que se valió Lopera mucho tiempo para vender la imagen de un Betis "güeno".