
Sevilla es para el talento. Cuna de artistas y sede del arte, la capital andaluza vive enamorada de sí misma porque es inevitable. El espejo del Guadalquivir no engaña. Cuando se mira en él le dice que es preciosa, y también que es diferente. El sevillano que sale de Sevilla contrasta que es verdad, y así comenzó a forjarse un carácter inconfundible que suma tanto como resta. Seguro, pasional, exagerado, fruto de un amor propio entendido muy a su manera. El foráneo lo tiene difícil. Por norma, se le recibe con escepticismo; y si desembarca con fama de genio la ciudad se desnuda y se entrega entera, quedando tan vulnerable que cualquier desdén o decepción será tomado a la tremenda. Sevilla descubre y mata. Rara vez consiguió hacer propios ídolos ajenos, aunque a fe que lo intentó. El fútbol no escapa de este código no escrito. De hecho, es el mejor de sus reflejos, porque de enero a abril y de mayo a enero el balón es el centro de la vida, en rojo, blanco y verde. Probablemente, Bielsa cambió tapa por pincho intimidado por su entonces destino, mientras lo estudiaba en el verano de 2011. El entrenador es una diana bajo el sol de los 40º a la sombra; en pocos lugares es una figura más expuesta y juzgada. Ahora bien, aunque Míchel nunca se lo creerá, el actual técnico del Sevilla FC lo está teniendo mucho, pero que mucho más fácil que Manolo Jiménez, Antonio Álvarez, Gregorio Manzano y Marcelino García Toral. Ellos se llevaron la peor parte.
Tuvieron imposible triunfar. Hoy, visto con perspectiva, queda claro. Tras las 2 UEFAs, la Copa del Rey y la lucha por la Liga de 2007, el Sevilla fue condenado por una triple circunstancia mortal: 1. Iba a tener, sí o sí, menos calidad de la que había tenido, 2. Su gente tendría que sufrir el durísimo tránsito (negación, ira, negociación, depresión) de aprender a vivir peor, y 3. La autonomía táctica sería limitadísima, pues todo lo que se saliera del 4-4-2 (4-2-4) sería cuestionado por equipo, club, entorno y afición al segundo pinchazo. Afortunadamente, Nervión aceptó su historia, aunque las gradas atestigüen más de lo ideal que aún hay sevillistas deprimidos. En cualquier caso, Míchel recibió un margen de maniobra que no tuvieron los demás.
Míchel estaba tocando las teclas adecuadas, pero la mala suerte detuvo la progresión del equipo.
El inicio, ya en 4-1-4-1, se explicó desde la sociedad Cicinho & Navas. El crack se salió desde el primer día y el lateral tuvo buen encaje, aprovechando su avanzada puesta a punto -venía de Brasil-. Míchel cerraba los partidos y esperaba que su banda derecha venciese por desgaste, proponiendo choques de tanteadores cortos que, sin brillar, mereció ganar. El punto de inflexión táctico llegó con la Liga más asentada, en la jornada 4, ante el Real Madrid. Se sacrificó un punta y se incluyó a Maduro, mediocentro posicional, con el siguiente efecto dominó: Medel pasó del pivote al interior derecho, Rakitic del interior derecho al izquierdo y Trochowski del interior izquierdo a abrirse a ese costado. El resto siguió igual. Los automatismos fluyeron.
I. Rakitic y Trochowski, juntos en la izquierda, permitieron posesiones lentas muy útiles para Cicinho y Jesús NavasEl Sevilla resultante, que fue el mejor del año, se cimentó sobre dos máximas: llevar el peso del encuentro y perder la pelota en la zona de Navas. Antes de llegar hasta ahí se salía de manera lateral, sin usar a Maduro en los primeros pases. Normalmente por la derecha, con Cicinho de hombre fuerte, que encontraba pronto a Navas. La traba era obvia, quien nace y muere en el mismo costado no propone ningún reto táctico, y la superioridad física y técnica de Navas queda disminuida si el rival destina hacia él todas las ayudas. Es tan bueno que puede dar la Europa League, pero no la cuarta plaza, que es el objetivo. La otra salida, más rica, productiva y difícil, era por el sector izquierdo, vía Rakitic y Trochowski, que bajaban a recibir en la base de la jugada. En términos asociativos son los dos centrocampistas más dotados -Campaña no ha hecho por ser tenido en cuenta-, y lograban cadenas de pases interesantes que templaban el encuentro y obligaban al rival a bascular hacia ellos. O sea, a dejarle espacio a Jesús Navas. Para que el buscar el cambio de orientación hacia el extremo no fuese un canteo, Negredo trabajaba en la oscuridad con rupturas a espaldas de los centrales y caídas a banda izquierda que dividían atenciones. Incluso Medel pisó algo de área y mucha frontal, si bien su misión principal fuese otra distinta. Distinta e importantísima.
La pelota se pierde en la raya derecha, donde Cicinho, Medel y Navas cambian muy rápido el chip para recuperarlaLa realidad es que esta manera de volcar el juego sobre Navas repercutió más a favor de la defensa que del ataque. Sólo 2 goles se habían recibido en los 5 primeros encuentros. La zona Navas siempre acumulaba un mínimo de tres sevillistas de gran físico y ética de trabajo sin balón: el propio Jesús, Cicinho, que por más alegre que sea es defensor, y Medel. Estos tres jugadores presionaban al ladrón justo tras la pérdida, mientras que el resto del equipo ajustaba y Maduro cerraba. Maduro no jugó especialmente bien casi nunca, pero permitir que Gary llegase tan arriba estaba marcando diferencias. En base a todo esto, el Sevilla despegó. Lo hizo seriamente, ilusionó y con motivos; pero en el fútbol no hay nada peor que puntuar menos de lo que se merece, porque te hace dudar de algo que funciona. Es cierto que la falta de gol de la plantilla se paga, pasar de unir otrora a Fabiano, Kanouté, Kerzhakov y Koné a jugar los segundos tiempos con Babá no es algo trivial, pero aun así mereció mucho más contra el Rayo Vallecano, el FC Barcelona o el Levante UD, por ejemplo. Para colmo, Trochowski se lesionó por el camino, terminando de encender la alerta amarilla.
Que Cicinho suba menos que antes es el mayor síntoma de que el Sevilla ha perdido confianza.
En el fútbol se junta todo un poco y acabas destruido. Ésa es la preocupación fundamental de Míchel. Que Cicinho ya no sube porque le pillaron la espalda tres veces y metió el miedo en el cuerpo a la defensa, que lo que antes era una fortaleza táctica (Maduro) hoy luce como debilidad técnica, que entre quien entre donde Trochowski el resultado sea malo… Sólo los más fuertes se sobreponen a la desgracia de la mala fortuna, y parece que el Sevilla FC no está en ese punto. Lo primero es recordar que las cosas se hacían bien y aspiraban a llegar al notable, y recuperar ese modus operandi. Que Cicinho suba, que Medel se lance pero más hacia la derecha que para el centro y conseguir algún mecanismo en la izquierda que permita retener el balón siquiera un poquito. Se ha probado a Campaña -abriendo a Rakitic- y a Reyes. Son los dos nombres. Uno de ellos debe responder. Al menos si se quiere evitar el reconstruir desde un problema, que es mucho más difícil que hacerlo desde cero, como en agosto. La posibilidad de edificar un punto de inflexión, el domingo a las 21:30.
@SharkGutierrez 16 noviembre, 2012
Preguntaba en la columna de David León si era para tanto que la diferencia entre este Sevilla y este Betis es la pegada y Abel me confirma que efectivamente así es. Creo que la baja de Trocho es importante (quién lo diría la temporada pasada); pero viendo el inicio de ésta, es una verdadera faena.
Liberar a Medel y dejarlo como un interior de apoyos, me parece una idea oportuna. Hace no muchos, varios miembros del equipo de Ecos, comentábais que Medel por la espalda sufre y que necesitaba un escolta detrás para quedar él liberado. Quizás, mi percepción fuese diferente, pero al cabo de un tiempo he podido comprobar que el que no tenía razón era yo y si vosotros. Por eso, me gustaría preguntaros algo:
¿Quién es el hombre/nombre de la izquierda? Porque como decís, esa falta en la izquierda, ha vuelto quizás al equipo más previsible, más fácil de defender y menos ancho de lo que debiera por esa banda. Focalizar siempre una transición hacia el mismo lado es sinónimo de descompensación. Como el que el peso en una balanza se desnívelara; exactamente me viene esa imagen a la cabeza.
La lógica "posicional" indica que el 4-1-4-1 siga respetándose permitiendo a Reyes partir desde la izquierda pero generando permutas por dentro con Negredo, facilitando el carril libre para que Rakitic y Navarro puedan sumar en lugar de restar, mientras Maduro conserva su posición. Mientras que Cicinho suba su línea hasta la línea divisorio (quizás un poco más) para entrar por dentro, mientras Navas sirve balones a diestro y siniestro tanto a él como a Negredo, como a quien llegue.
No sé como Michel va a solventar dicha previsibilidad y por eso tengo ganas de derbi ya y de ver en acción a Michel y Mel con sus planteamientos y cambios de dirección o matices posicionales introducidas para ver el reflejo que tienen sobre el tapete verde.