La lógica dice que esto tiene que parar. Habría que acudir allá donde el fútbol es ingrediente social y genético para encontrar dos generaciones consecutivas que lograran alzarse con el cetro mundial. Tienen un papel muy complicado, por el glorioso pasado reciente y por el recuerdo grabado a fuego que dejarán aquellos a los que deberán sustituir. Y sin embargo, uno percibe en ellos motivos para creer que la sucesión es posible. En sus ojos está el descaro y la chulería del que no creció en la derrota. Rusia 2018 nos dirá qué lugar ocupamos de forma definitiva en el escalafón de la pelota. Entonces será su momento.
Siendo el más joven, es el más maduro, quizás porque la evolución y mejora del futbolista no va tan ligada a la edad como falsamente asumimos, sino al número de experiencias que uno va sumando.Iker es el más joven y a la vez, el más maduro Iker Muniain ha completado una temporada llena de ellas. Pieza clave del ya inmortal equipo de Bielsa, su fútbol se ha consolidado a caballo entre zonas exteriores y otras más focalizadas al desequilibrio interior, de las que se enamoró rápidamente, repitiendo una historia que nos es familiar. Su romance con el gol en días señalados choca con su flagrante incapacidad para el último toque, a día de hoy, el principal defecto, y el que definirá hasta dónde puede llegar. Si tienen dudas de su personalidad, solo fíjense en cada recepción durante la segunda parte de la final de Bucarest. Encontró el coraje en medio del pánico.
Es, seguro, el más especial de los tres. Lo sabemos todos y él antes que nadie. Esteta incurable, su querencia por el gesto técnico virtuosoThiago tan solo quiere soñar y ser feliz. roza el paroxismo, sin que ningún técnico haya podido limitarlo del todo. Quizás no se deba. Thiago Alcántara vive en un aprieto. Quiere gritar y no puede. Quiere soñar y no le dejan. “Es por tu bien”, le susurran, pero él no cree a nadie. Su club, con la fórmula mágica para ganar durante casi un lustro, trata de inculcarle ideas maquiavélicas: alejarse del balón, esconderse tras el rival… ¡¡huir de la pelota!! Thiago baja la cabeza, sufre y espera su momento. “Volar, yo solo quiero volar… que no me lo reproche nadie”
Thiago quiere balón, arriesgar, experimentar. El club, lo contrario
Hubiera sido difícil encontrar mejor destino para debutar en Primera. La vuelta a casa, el calor de los seres queridos y la brisa de la Costa del Sol en el rostro. También lo futbolístico resulta idílicoIsco sabe que fallar sí se le está permitido: Un proyecto cuya maduración comparte los tiempos con el propio futbolista y un entrenador que pregona la libertad y admite el error como parte del aprendizaje. Esto es fundamental. Isco se equivoca, se equivoca mucho. Más que nadie. Su juego no es sólido. No conoce los entresijos de un partido, se cansa, se agota. A Pellegrini no parece importarle lo más mínimo. Al chileno, que desde mitad de temporada le dio la titularidad indiscutible, no se le escapa lo que todos intuimos: el poder de su gesto técnico es el más desequilibrante de esta hornada de talentos… como poco.
El error de Isco no es un problema para Pellegrini
Tres talentos, tres genios. Diferentes, con matices propios y rasgos comunes, nacidos a la estela del espejo máximo, el equilibrio futbolístico a perseguir. Rusia será el Mundial de sus vidas. La Selección unirá sus caminos, para deleite general. Mientras tanto, disfrutemos de la evolución de todos ellos y recemos para que ningún contratiempo estropee este sueño. Nuestros cracks ya no son peores que nadie. Ahora manda España.
@Morelliano 22 mayo, 2012
Fantástico.
Creo que dentro de los posibles escenarios que imaginamos, ya tenemos claro el tipo de jugador en el que pueden convertirse Isco e Iker. Ya me permito tener una visión sobre su brillante futuro, teniendo en cuenta que su estilo parece definido aún con las cuentas pendientes que tiene cada uno con su proyección. Con Thiago esa sensación no me es tan fácil de encontrar. La situación de Thiago en el Barça puede convertirse en un factor que le desoriente y lo deprima, puede frenar su proyección. Creo que el camino a seguir tiene que llevarle del descaro, de las ganas de volar y de finalmente lograrlo al aterrizaje como un jugador maduro, con más experiencia que peso sobre su espalda. Tiene que equivocarse, encontrarse como jugador y evitar las prisas.
Es una generación magnífica.