El Villarreal CF de Javi Calleja tiene menos puntos de los que su fútbol seguramente se mereciese a estas alturas. Completamente asentado el dibujo, un 4-3-3 que en su fase defensiva puede variar entre 4-1-4-1, 4-4-2 o incluso 4-4-1-1, y todos sus automatismos, el equipo castellonense es, por fútbol y sensaciones, una de las grandes sensaciones de la primera vuelta. Un equipo vertical y directo en todas sus posesiones que, a diferencia de otros años, y aquí esta el verdadero plus con respecto al año pasado, ha aprendido a correr en campo contrario incluso cuando no tiene tanto espacio. Los movimientos del interiores, el lateral y el extremo de cada lado, con futbolistas que se abren y se cierran antes y después de entrar en contacto directo con el esférico, son la verdadera clave de un equipo que, entre apoyos y rupturas, balones al pie y al espacio, puede dominar con el esférico y también sin ello.
La Real Sociedad volvió a quedarse coja en el peor momento
La Real Sociedad 2019/20 juega de memoria. Y esto no es cualquier cosa. Ante equipos que le presionan directamente muy arriba, como fue ayer el Villarreal de Javi Calleja, o ante rivales que le prefieren esperar más atrás, que también los ha habido este curso, el cuadro de Imanol Alguacil siempre encuentra soluciones para todos los casos. Tiene todos sus movimientos perfectamente automatizados dentro del dibujo, desde su salida de balón -la cual orienta siempre en función de si su pivote va a o no entre centrales- a la zona de finalización, pasando, por supuesto, por el escalón intermedio de este dibujo, la Real Sociedad se define como un equipo en constante movimiento. Entre los apoyos que emergen siempre por delante de la línea del balón, después de que los centrales dividan conduciendo, de que su mediocentro -Guevara- encuentre al hombre libre y de las rupturas que ofrecen constantes soluciones al pasador, el conjunto ‘txuri-urdin’ es un equipazo de culto de la presente temporada, una vez alcanzado ya el ecuador de la misma.
Martin Odegaard es muy bueno. Hasta ahí nada nuevo. Eso ya lo sabíamos. Pero es que el propio sistema de la Real Sociedad hace muchísimo mejor jugador, y sobre todo más diferencial, al futbolista noruego. Una vez consigue superar la Real Sociedad el medio campo con el esférico, todos los movimientos van orientados -directa o indirectamente- a que Odegaard reciba con el tiempo y espacio suficiente para inventarse una jugada con claro potencial de acabar en gol. Porque con tal de respetar el fondo, el cual lleva a la Real Sociedad a ser un equipo vertical y directo con la pelota en los pies, el esquema de la Real está pensado para ir ajustando consecuentemente su forma para conseguirlo. Desde la salida hasta su finalización, como decíamos al principio, todos los movimientos pretenden que Odegaard lo tenga más fácil para marcar la diferencia, y para ello los apoyos/rupturas de Oyarzabal, Willian José y Portu, ocupando el ancho, son claves para este movimiento.
Calleja le dio todo tipo de soluciones a su equipo desde la banda
Pero el equipo donostiarra está teniendo problemas este curso cuando su rival, en este caso el Villarreal, logra adueñarse del escenario (tanto de la posesión como del espacio). Y fue en este tramo del encuentro donde las decisiones de Calleja marcaron realmente la diferencia. Cambiando de posición a Chukwueze, alejándolo de la banda derecha para presionar y correr por dentro, como en la acción del empate; introduciendo a Cazorla en el momento justo, mejorando las posesiones del equipo y elevando la calidad de sus pérdidas para que la Real Sociedad no consiguiera correr nunca con verdadera ventaja; y ayudando con Trigueros a Alberto Moreno, en un duelo directo ante Januzaj que bien podría haber vuelto a cambiar la dinámica del encuentro, el entrenador madrileño le dio todas las herramientas a su equipo para iniciar, asentar y materializar un dominio que se acabó convirtiendo en remontada. Una victoria que se gestó en la pizarra de Javier Calleja.
AdrianBlanco_ 6 enero, 2020
Insisto en la idea inicial del texto: este Villarreal tiene menos puntos de los que seguramente, por fútbol, se haya merecido hasta este momento. A nivel de juego, con y sin balón, es un equipo bastante completo.