Uno de los retos que el Sevilla FC decidió hace ya muchos años afrontar como parte de su idiosincrasia e identidad como club es asegurarse de que su dirección deportiva y su secretaría técnica alcanzaran un elevado grado de acierto en la configuración de la plantilla en base al modelo de juego del entrenador en el que han confiado, con tal de regenerar los proyectos y la estabilidad económica y deportiva de toda la entidad. Esta particularidad, a diferencia de los grandes clubes que invierten para amortizar en el tiempo y no por la venta del jugador, lleva al club hispalense a vivir en una continua remodelación de plantilla que necesita de un conocimiento profundísimo del mercado y una contrastada capacidad para hallar sustitutos idóneos en edad, perfil, precio y crecimiento. Y fieles a su esencia, la temporada actual no ha sido diferente. En este arranque de curso 19-20, con Julen Lopetegui a la cabeza, las sensaciones transmiten positivismo, no tanto por las victorias, sino por la rápida asimilación de conceptos que son fundamentales para un equipo entrenado por el exseleccionador.
Lopetegui ha logrado arrancar desde el ritmo y la agresividad
El 4-3-3 del vasco es de por sí una apuesta ambiciosa, exigente, siempre pendiente de dos conceptos: ritmo y profundidad. Si uno de ellos decae, su estructura puede verse seriamente afectada cuando pierde la pelota. En este primer mes de competición, el Sevilla está apostando fuertemente porque sus laterales asuman tareas muy importantes en estas dos ideas. Ambos, Navas y Reguilón, suben a la vez y son muy directos en sus decisiones cuando reciben la pelota. Allí, el Sevilla está sumando mucha más concentración con tal de crear arraigo en la creación de espacios y pueda ser profundo de forma fluida, uno de los termómetros de los equipos de Julen Lopetegui, dominantes en campo contrario y con pocos espacios para atacar. Evitar ser un equipo de posesión y horizontal es una máxima que el Sevilla necesitaba imperiosamente para no comenzar con dudas el comienzo de un proyecto muy diferente. Lopetegui, en pleno proceso de reconocimiento del ritmo que caracteriza al Sevilla, está asegurándose de que su equipo no caiga en la monotonía posicional y estática más ortodoxa.
Su liderato, por tanto, puede explicarse desde ese plus de agresividad que sin duda está caracterizando sus primeros pasos. Desde la amplitud y el tremendo cambio de ritmo de sus laterales y un cambio de orientación como medida disuasoria para elevar la altura de su juego para después romper hacia portería con Ocampos y Jordán, los de Julen están consiguiendo lo que se han propuesto en esta primera fase de temporada. Llegarán tramos fases de cierto desgaste pero para Lopetegui se tornaba crucial generar victorias y confianza para aguantar el ritmo y mostrarse como un equipo que no se parara a pensar demasiado ni le diera demasiadas vueltas a su ataque posicional. Junto al cambio de orientación, Julen cuenta con un trío de centrocampistas muy complementario en sus funciones que vuelve a tener a Ever Banega como metrónomo del sistema. El argentino hace las veces de interior más mandón pero con un punto de positiva y necesaria cabezonería e insistencia en batir línea y hacer progresar el juego.
El handicap puede estar en la imaginación de sus atacantes
De esta gran agresividad, verticalidad y premura por reiniciar ataques en campo ajeno, el Sevilla está generando un flujo de ataque envidiable, disparando y llegando con mucha frecuencia entre una acción y otra, garantizando una racha de puntuación vital para los inicios del proyecto. Sin embargo, su siguiente paso es la capacitad intimidatoria desde lo individual. Seguramente Ever Banega vuelva a ser el jugador más talentoso, el futbolista que se alzaría sobre el sistema y encajaría en cualquier tipo de modelo de juego. Esta circunstancia concede al Sevilla muchas opciones para crear una ocasión y activar la conexión en corto o en largo con laterales y extremos, pero está por despejarse la cuestión que haga del Sevilla un equipo con piezas autónomas para fabricar un gol puntual. Con cinco goles en cuatro partidos, y ante equipos que aumenten la exigencia, igualando en lo colectivo, la siguiente respuesta está en su trío atacante. Nombre por nombre, Lopetegui necesitará de cierta imaginación para agarrarse a la inspiración que lograron Ben Yedder o Sarabia. Será el siguiente ‘check’ de Julen.
AArroyer 16 septiembre, 2019
Buenísimo primer tramo del Sevilla de Lopetegui, inteligente en el objetivo, muy bien ejecutado el ritmo de juego y con victorias para sumar confianza a borbotones y asimilar más rápidos los conceptos que quiere Julen. Equipo agresivo, dominante, recuperando rápido y con capacidad para poder ir rotando tras asentar estructura y lo que quiere Julen de sus jugadores.
Ahora, para mí, queda que avanzada la temporada, las individualidades puedan aguantar esa ambición. A mí De Jong, Nolito, Munir, Oliver, Ocampso…. son jugadores que se me quedan muy cortos para tirar de inspiración si los rivales tapan a los laterales, igualan en ritmo y en cerrar espacios. No me parece casualidad ese '5 goles en cuatro partidos'. Creo que al Sevilla le falta calidad más allá de Banega.