Entre otras muchas cosas, y salvo sorpresa, Julen Lopetegui va a intentar recuperar la figura del extremo en su sistema. O al menos, y aquí entran los matices y la flexibilidad, un tipo que si bien no reciba y encare permanentemente, abra el campo cuando los centrocampistas tengan la pelota con independencia de que dicho protagonista finalmente trace diagonales o cargue el área. Los equipos del vasco se han movido en índices de posesión alto, con gusto por la combinación más corta y socios permanentes alrededor de balón. Si en esta ecuación añadimos alguna dificultad para profundizar en ataque posicional, la figura de Lucas Ocampos aparece como importante en los planes del nuevo Sevilla.
Julen siempre ha necesitado extremos profundos
El jugador argentino destacó, por encima de otras etapas, en una disposición análoga al escenario más previsible que puede crear Julen. En el Olympique 17-18 de Rudi Garcia, el conjunto francés, que aglutinaba talento y mucha imaginación con Lopes, Payet y Thauvin, imaginaba un tipo de ataque en el que Ocampos, en el lado contrario al de la gestación de la misma, dispusiera de aclarados, con espacio, y con metros y tiempo para cargar el área y sumar la presencia que seguramente necesiten los Banega, Oliver, Jordán y Vázquez, jugadores de control, balón al pie, juego interior y técnica precisa. En el 4-3-3 de Lopetegui, el dibujo que mejor se asocia a su plan principal, el éxito que pueda tener su propuesta pasará por imprimir a su posesión ese plus de energía y verticalidad que se le reconoce al Ramón Sánchez-Pizjuán. Y Ocampos puede ayudarle a conseguirlo.
Lucas Ocampos es un tipo de atacante que ataca mejor los espacios que a los defensores. Aunque puede mezclar, su fútbol encuentra acomodo y respiro cuando llega y aparece, en situaciones de transición o de instinto para armar el disparo, elegir lado de salida y ejecutar. Aunque sus cifras tampoco son muy altas durante su carrera, Ocampos no tiene porque ser un fin en sí mismo para el juego, sino un medio para también dar espacio a los pasadores con arrastres y diagonales a portería que liberen el costado para encontrar la subida de los laterales. Sin embargo, donde imaginamos su mejor escenario posible, y por lo que más intenso suena el motivo de su llegada a la capital hispalense, es por completar las virtudes de los centrocampistas y de Jesús Navas.
Ocampos podría tener en Jesús Navas un gran socio aunque estén alejados entre sí
La presencia del de Los Palacios como renovado lateral, siendo extremo prácticamente al uso, deriva el juego en multitud de centros al área que ya potenciaron la presencia de Ben Yedder y Andre Silva, y que tendrá en Ocampos a un gran complemento entrando desde el segundo palo, en una de las acciones más evidentes de todo su repertorio. El jugador argentino detecta bien los espacios en el área y es enormemente potente, en arrancada y envergadura, para sumar remate aéreo o raso para el centro de Navas. Que uno de los extremos aporte desmarques de ruptura y compense la superioridad de pasadores por dentro se hace necesario en los equipos de Julen. Y en Sevilla no será excepción.
Ja Souki 21 julio, 2019
Todavía no me acostumbro a la idea de Lopetegui en el Sevilla. Leo juntos los nombres y me parecen antagónicos. Lopetegui me parece un buen entrenador, pero me cuesta imaginar el escenario en el que en Sevilla le tengan paciencia a su proyecto y creo que precisamente es paciencia lo que necesitará, para que el equipo se adapte a su estilo de juego. Jugadores para llevarlo a cabo, creo que tiene y se ha reforzado de buena manera, pero aún así, me cuesta imaginar este proyecto triunfando. Ojalá esté equivocado, porque en el papel, si le dan el tiempo necesario, suena a que puede ser un equipo divertido de ver.