
No importa qué ocurra a su alrededor, qué ronda compita, qué campo visite, qué jugador se marche. El Ajax de Ámsterdam actual es un equipo de autor, que hereda mucho más que una manera de jugar: una manera de pensar. Transmitida esa filosofía a todos sus futbolistas, Erik ten Hag y su sistema de juego han desbordado a Bayern Munich, Real Madrid y Juventus de Turín. Desafectados por el peaje que pueden pagar si el rival salta su presión, esa autoconsciencia para interpretar los partidos única y exclusivamente por sí mismos lleva a pensar que poco cambiará de un encuentro a otro en estos cuartos de final de la Champions League 2018-2019. Los holandeses vienen desarrollando una presión constante e innegociable que requiere de respuestas específicas, sabiendo, del mismo modo, que no existe la escapatoria total, entregando tantos errores como riesgos asumen los holandeses. Allegri sabe que tendrá que perder muchas pelotas antes de generar un contexto favorable, de ahí que deba darle muchas vueltas para superar un duelo que se presume nuevamente incómodo para el campeón italiano.
La presión del Ajax es una marca registrada en estos momentos. No sólo se activa como un resorte sin descanso, sino que lleva al oponente a tener que adaptarse constantemente a ella; obliga a cambiarse de atuendo para poder competir, entendiendo que el ritmo es impuesto por ellos y será así por más que todo cambie en el transcurso del choque. Su condición de mixta lleva a los once miembros del equipo rival a pensar constantemente qué necesita la jugada de ellos a nivel posicional para ocupar el campo de la manera más productiva para poder escapar de ella, y esa necesidad de tener que pensar, concentrarse y moverse sin tregua conlleva un desgaste importantísimo. Cuando el portero rival saca de puerta, las trampas comienzan a situarse, haciendo del once contra once una guerra de guerrillas.

Marcas individuales en mediocampo: 3 vs 3.

Los delanteros 'duermen', después acosan
Es importante contextualizar en qué consiste esa presión. Ten Hag parte de un 4-2-3-1 en el que sus tres hombres de mediocampo, Van de Beek, sobre el mediocentro rival, y Schöne y De Jong sobre los interiores, completan tres marcas individuales sobre los mediocampistas rivales. Junto a ellos, los laterales se suman a las marcas fijas, pero no así el resto de piezas. Son, como se ve en la fotografía, sus tres delanteros, los que aparentan defender en zona, concediendo línea de pase a centrales y laterales del oponente, para después activar un pressing agresivo cuando el contrincante conecta un pase horizontal entre central y lateral. El Ajax espera en primera línea, cede 4-5 metros para que ese pase se produzca, y cuando el central arma la pierna y da el pase, Neres, Tadic y Ziyech basculan a toda pastilla para obligar al rival a realizar un pase hacia delante. Como por dentro las marcas, cinco, son tan pegajosas, mantener el control es muy complicado, produciéndose un robo en campo contrario.
Para complementar con balón esta ventaja, que parte desde lo posicional pero se culmina por una altísima intensidad y concentración en la recuperación, obligando al rival a recibir de espaldas, Ten Hag lleva la pelota a los costados, donde más que triángulos, situaciones de 3×2 o 3×3, orquesta rombos y pentágonos -ver fotos en el párrafo siguiente- para ser siempre uno más que el rival en esa zona, sin importar cuántos efectivos tenga que acumular en la zona del balón con tal de ser más en número en el origen de la jugada. Si la pelota profundiza, el Ajax no puede permitirse tener menos número que su rival, sea el pico del área, salida de balón o zona de castigo. Como sus ventajas se originan de manera bidireccional -primero presión, después posesión, y viceversa-, el rival está constantemente ajustando sus posiciones sin estabilizar ninguna fase concreta del juego. A la espera de poder salir a la contra, no queda otra: toca sentirse inferior.

Rombo en lado fuerte, espacio vacío en el débil

Seis jugadores alrededor del balón
Ocurre que la Juventus tiene toneladas de experiencia a sus espaldas y cuenta con un Ronaldo que nunca abandona su imposible cita con el gol y sus consecuencias. A estos factores, Allegri y sus futbolistas pueden condicionar esa presión para estirar sus momentos con balón y darle un sentido más continuado a su salida de balón. Es sabido que si el rival desactiva a Miralem Pjanic, la Juventus, siendo esa una de sus pocas carencias, no dispone de jugadores de gran pie, tanto en el pase como en los recursos individuales, para eliminar presiones de gran recorrido y máxima intensidad. Sea por falta de activación mental o por talento individual, Cancelo, Alex Sandro, Matuidi o Khedira/Can/Bentancur no atesoran jerarquía y rango de acciones de calidad para inventarse jugadas que deshagan acosos como el del Ajax. Necesita movimientos de apoyo constantes y ganadores desde la pizarra.
Cristiano Ronaldo, Federico Bernardeschi y Paulo Dybala son las llaves de Allegri. Y su ayuda al poseedor ha de ir acompañado de movimientos que a la Juve no le son naturales en su sistema pero que va a tener que realizar obligado por las circunstancias. Aunque las marcas individuales coarten la libertad para recibir de sus mediocampistas, surgen aquí como oportunidad, como deben entenderse las marcas individuales que son perennes y sistémicas. Como el centrocampista marcado, se mueva a donde se mueva, va a ser perseguido, sus desmarques alumbran espacios que bien ocupados, en sincronización con la marca que comienza a alejarse, puede conceder un enlace para cruzar la divisoria y salir del acoso antes descrito que activan los tres delanteros ajacied. Son portugués, italiano y argentino los jugadores más capaces para venir en apoyo, controlar, girar o conducir, de ahí que sean los jugadores que más veces deberían recibir de centrales o laterales. La capacidad que tenga la Juventus para superponer el primer pase, el desmarque de arrastre y la activación de ese espacio en apoyo indicará cuánto quiere intervenir Allegri en esa fase del juego para que su equipo sea el primero en superar técnica y mentalmente uno de los grandes desafíos de esta edición de la Champions.
Asier Harro 16 abril, 2019
Cómo recuerda esa energía y ese pressing al BVB de Klopp, por ejemplo con esas emboscadas en banda. Esa juvenil inconsciencia de los holandeses puede ser un argumento a favor en la competición del miedo, máxime cuando, pase lo que pase en esta eliminatoria, el Ajax ya ha ganado y la Juve de CR7 tiene tanto que "perder". Creo que la baja de Mandzukic va a ser dura para Allegri porque el juego directo sobre él podría ser una buena herramienta en caso de verse en problemas por la presión del Ajax.