Marco Silva se enfrentaba en el Everton a un complicado reto, que consistía en equilibrar el hecho de que los toffees sean uno de los equipos más poderosos para salir al mercado de todo el fútbol europeo, y la realidad de que aún con eso su margen de maniobra no le permite alcanzar a corto plazo al top 6 de la Premier League. Bajo esas dos premisas puede decirse que su rendimiento en esta primera mitad de temporada está cumpliendo con las expectativas.
Marco Silva está consiguiendo definir un sistema de juego que está potenciando las incorporaciones
Este Everton ha conseguido asentar una idea muy clara, y más allá de la ocupación de los espacios -el técnico portugués ha ido intercambiando entre dibujos con zaga de cinco y cuatro defensas-, la intención clara a la hora de agredir al rival es robar en zonas intermedias y transitar muy rápido al ataque, para lo que cuenta con varios atacantes que se amoldan perfectamente al plan de juego.
Con Sigurdsson como nexo tanto si actúa por detrás de un punta –lo habitual- como si acompaña a un pivote en medio campo –algo que sucede de forma más constante cuando el equipo juega con tres centrales-, Silva ha diseñado un modelo en el que los puntas pueden intercambiar jugadas en las que corren al espacio sin balón con otras en las que lo conducen a gran velocidad, lo que está obligando a sus rivales a ajustar bien cómo tener la pelota y dónde ubicar su bloque.
De ahí puede explicarse que la idea inicial del técnico, que fue que Cenk Tosun partiera como delantero centro titular, haya mutado hasta darle esa posición más adelantada bien a Richarlison, o bien, tal y como está ocurriendo en las últimas semanas, a Calvert-Lewin. Dos perfiles radicalmente distintos pero con un denominador común: su capacidad para estirar al equipo de una u otra forma y de amenazar en esas transiciones rápidas y verticales.
Richarlison, Bernard y Walcott están encontrando un contexto favorable
El plan se está viendo completado por figuras que se adaptan francamente bien en posición de extremo. Tanto si entra Richarlison, que está variando entra la punta y la banda izquierda, como si juegan Walcott o Bernard, el equipo tiene dinamismo y profundidad. Sobre la izquierda y con el apoyo de Digne se suelen acumular conducciones y más rango de pelota, y sobre la derecha, con Walcott corriendo para atacar el lado débil, una mayor amenaza sin balón. Un Everton realista con respecto a sus pretensiones y con una buena elección del plan en base al perfil de jugador con el que cuenta, lo que explica que por el momento se estén moviendo dentro de sus objetivos.
Juantelar 29 diciembre, 2018
Lo de Richarlison en punta es un notable recurso, ante la ausencia de un nueve de garantías. Porque además, con las condiciones del brasileño, que cae tan bien a las bandas y tiene esa zancada y facilidad en la definición, es un delantero ideal para el juego de contragolpe del Everton. No sé si su futuro estará en esa demarcación o en la izquierda, pero hoy por hoy parece la mejor solución.
El equipo me suele gustar más cuando opta por el 4-2-3-1. Creo que la mejor fase de la temporada fue cuando empleó ese dibujo con el brasileño en punta, aunque últimamente se ha decantado por Calvert-Lewin y la defensa de tres centrales. Pero yo prefiero a Sigurdsson algo más liberado en la mediapunta, porque también ante la ausencia de un goleador, el islandés más cerca del área es determinante.
Ahora, lo que me está sorprendiendo es el nivel de Digne. Uno de los mejores laterales izquierdos del curso, que tenía además la complicada misión de relevar a un mito como Baines y está cumpliendo. Si hasta está marcando goles de falta y todo