Luis García Plaza celebró su debut con la última victoria que le hacía falta al Villarreal CF para certificar su clasificación como primero de grupo a la siguiente ronda de la UEFA Europa League. El Submarino se impuso en el juego y en el marcador al Spartak de Moscú, en un encuentro que, contextualizando rival y escenario, sirvió como primera toma de contacto entre la plantilla castellonense y el técnico madrileño. Un triunfo con muchísimo contenido de trasfondo, y en el que su primer mensaje parece un indicativo de lo que está por llegar.
El Villarreal fue muy vertical con la pelota durante todo el encuentro
El madrileño planteó dos dibujos muy concretos para la ocasión. De inicio, el Villarreal formó en un 4-4-2 muy reconocible, y coincidente, a su vez, con el esquema empleado por el Spartak. Sin Trigueros ni Cazorla en el once titular, y con Javi Fuego y Cáseres en el doble pivote, el Villarreal situó a sus dos volantes, Samu (derecha) y Fornals (izquierda), a pie cambiado. Pero la ubicación de todas las piezas respondió a una intención bastante vertical con el esférico. Y en este sentido, con los dos jugadores de las bandas pinchados por fuera, el equipo amarillo no encontró el modo de proteger su ventaja en el marcador haciendo descansar la jugada a través de la posesión. Una situación que encuentra su explicación desde lo táctico, debido a que el sistema, bastante ancho por ambos lados, guardaba mucho espacio entre las partes. Así que, sin posibilidad alguna de juntar al equipo en torno a una única figura ni de hacerlo a través de 3-4 pases de seguridad, el Villarreal decidió adoptar un planteamiento tan agresivo como poco controlador desde el esférico.
Con Fornals y Samu tan abiertos, el Villarreal tan solo encontró en los toques de Gerard Moreno su principal referencia ofensiva desde el carril central. Cuando el equipo tenía la pelota, el doble pivote se situaba en paralelo y el ex delantero del Espanyol fue el único capaz de fluir a la espalda de los dos centrocampistas del Spartak. Una fórmula en la que Fornals y Samu tuvieron papeles muy distintos desde los costados: mientras que el primero, desde la izquierda, lanzó varias veces a sus compañeros al espacio, el segundo, desde el sector opuesto, volvió a ser el principal foco ofensivo del Villarreal con sus recepciones, su regate y su disparo, como ocurrió en el 1-0.
Pedraza, que entró en el 2ºT, fue extremo (izquierda) y no lateral
Los movimientos de Ekambi hacia fuera, marca de la casa, le dieron otro aire el Villarreal, y sobre todo le cedieron algo más de espacio por dentro al pie derecho de Fornals. En la segunda mitad, el Submarino Amarillo pasó a un 4-2-3-1 con el que ya acabaría el encuentro: con Pedraza (por izquierda), Fornals (mediapunta) y Cazorla (derecha) por detrás de Bacca. Pero la actitud grupal fue la misma que con el 4-4-2. Posesiones unidireccionales, un doble pivote muy estrecho y una puerta entreabierta, consecuencia de todo lo anterior, a través de la cual el Spartak de Moscú volvió a acercarse unas cuantas veces a la portería de Andrés Fernández. Habrá que esperar para ver cuál es el recorrido de este plan y por ver qué ocurre con jugadores como Trigueros. Pero lo que sí está claro después de estos primeros 90’ es que el Villarreal CF, después de mucho tiempo, vuelve a tener una idea reconocible. Y una estructura. Que no es poca cosa. Aunque ahora será el tiempo el que juzgue si es o no la más adecuada para la plantilla que dispone.
AdrianBlanco_ 14 diciembre, 2018
Tengo muchas ganas de ver cuál es el rol que Luis García Plaza le otorga a Fornals. Si la versión que a partir de ahora vemos con más continuidad del castellonense es la de la primera parte, muy pinchado en la banda en el 4-4-2, o más la de la segunda, ya en un 4-2-3-1 lanzando en vertical a los Gerard, Ekambi, Bacca y compañía. 😀