Una de las dudas que surgieron tras la llegada de Pablo Machín a Nervión es si contaba con una plantilla que pudiera amoldarse a las características de un sistema que el exentrenador del Girona no negocia. Para su suerte, desde ese punto de vista, el verano sevillista estuvo plagado de competición, con tres rondas previas de Europa League que permitieron a Machín calibrar y probar su plantel hasta encontrar una fórmula que se vio truncada con dos lesiones de calado, las de Maxime Gonalons y, sobre todo, la de Sergio Escudero, uno de esos futbolistas que le permitía al mister soriano garantizar a su plan de la calidad, la participación y la profundidad del propio Escudero en izquierda y de Jesús Navas en derecha.
Lo que ocurrió con estas bajas llevó a Machín a actuar. Su primera idea era respetar el 5-2-2-1 que traía de Girona, con dos centrocampistas, dos mediapuntas y un único delantero. Esa disposición no tardó en modificarse para dar cabida a un centrocampista más, con Banega como mediocentro y una doble punta que iba a ser una de las grandes señas de identidad del Sevilla de esta temporada. Esa decisión iba a estar justificada y potenciada por el impresionante nivel de Jesús Navas. El de Los Palacios se convertía en el principal suministrador del ataque sevillista. Su recepción exterior y su posterior y clásico cambio de ritmo alimentaba a dos rematadores y un llegador. Todo se hacía por su banda.
Sin Escudero, Navas ha asumido todo el juego exterior del Sevilla
Esto, consecuencia directa de la baja de Escudero, se reflejó en la orientación de la salida de balón y en el protagonismo de la banda derecha sobre la izquierda. En este sentido, los mapas de calor que ofrecen las webs de estadísticas de partidos, reflejan dos datos principales: la altura del campo que el jugador ocupa de media y, con un color mucho más intenso, aquella zona donde participa más. Y la diferencia entre Navas y Arana era importantísima. El brasileño participaba muchísimo menos y dependía de que el balón llegara a su costado para subir la altura. Si no era así, esperaba más atrás.
Este reparto podía comprometer al Sevilla a la hora de generar espacios, pues no volcaba su juego sobre la aparición de Arana una vez Navas asumía cuota de participación tan alta. Así, Navas se convertía en el lateral del año en la Liga española. Pero ahora, ha llegado Sergio Escudero. Y desde el primer momento, ha cambiado las cosas. Una de sus virtudes principales es absorber juego y darle al balón un sentido realmente amplio por ese sector. Porque Escudero hace de todo. Y eso conlleva una lectura que ya se está dejando ver en la circulación y la fase ofensiva del cuadro hispalense.
Escudero influye muchísimo con sus intervenciones
De entrada, el protagonismo entre ambos carrileros se ha divido casi al 50%. Los dos intervienen mucho y lo hacen tanto abajo como más arriba. El Sevilla puede iniciar y apoyarse en ambos, indistintamente, para conservar el cuero y construir ataques. No obstante, este nuevo escenario no parece que vaya a limitar el juego de Jesús Navas, sino más bien al contrario. La gran diferencia entre ambos es su modo de interpretar el último tercio. El sevillano es un extremo de formación que termina todas sus jugadas pisando línea de fondo y centrando al área, mientras Escudero intercambia la cal con un compañero, traza rupturas interiores y no llega a línea de fondo por costumbre.
En esta diferencia en los últimos metros, Navas puede encontrar situaciones mucho más aclaradas en posición de extremo. Los mapas de calor y de toques en campo contrario reflejan como en el último partido los dos participaron de un modo parecido pero Escudero tenía por tope el pico del área, parcela del terreno donde puede construir una sociedad productiva con Vázquez y Silva, mientras Navas recogía lo generado y lo activaba con centros al área. Hasta la recuperación de Escudero, Machín actuó para exprimir el remate de Silva y Ben Yedder y el centro de Navas, pero con Escudero, el Sevilla puede hacer más cosas sin que lo anterior se vea limitado. Un win-win.
AArroyer 21 noviembre, 2018
Hay que recordar que el Sevilla empieza la temporada con un 3-4-1-2 , con dos centrocampistas y dos carrileros -Navas, Escudero-, y en cuanto se cae Escudero y las cosas no salen, Machín cambia a doble punta y tres centrocampistas -3-5-2-. Escudero te permite tener un centrocampista más, y sin él, el Sevilla perdía capacidad en salida y en construcción. A mí me parece un jugador importantísimo, que transforma mucho más de lo que parece.
Creo que el Sevilla con él va a ganar más presencia arriba, va a poder equilibrar mejor el campo y va a ser menos previsible. En principio creo que va a modificar comportamientos pero va a elevar el techo del equipo.