Todos los veranos, y ya son muchos como entrenador del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone cuenta con un nuevo jugador, mínimo, para uno de los dos costados. Desde el mercado de fichajes de 2012, el club rojiblanco ha acudido a su cita estival o invernal para adquirir un perfil determinado para sus bandas. Desde Cebolla Rodríguez o José Sosa, hasta Alessio Cerci, Yannick Carrasco, Nico Gaitán o Vitolo Machín. Más despliegue en unos, sacrificio en otros, con desborde o golpeo de balón, cada movimiento ha tenido un sentido propio dentro de la evolución táctica que los planes y proyectos del Cholo han ido experimentando. El último en llegar, Thomas Lemar, no se parece en nada a ninguno de ellos. Por tipología y por calidad, es el jugador de banda con más potencial que ha manejado el argentino desde su llegada. Y seguramente el que más libertad demande.
Las bandas, motivo para crecer en el proyecto de Simeone
El ya exjugador del Mónaco explotó hace dos temporadas, en el divertido y velocísimo equipo de Leonardo Jardim, también de Fabinho, Falcao, Mbappé, Mendy, Bakayoko o Moutinho. 107 goles, semifinalista de Champions, campeón de Liga y unos cuantos rasgos que favorecían la creatividad, la iniciativa y el cambio de ritmo, las tres ideas que rodean al hoy mediapunta del Atlético de Madrid. Y si bien es este actual equipo colchonero uno muy diferente al de sus años más rocosos, en esta nueva relación entre equipo y Lemar, hay distancias que deberán salvarse. Hasta el momento, el único jugador con libertad absoluta para abandonar su posición y tejer sociedades a cualquier altura del campo ha sido Antoine Griezmann. Fue el primer gesto que evidenció que en el discurso de equipo compacto y mentalidad inquebrantable, el talento disponible y futuro era de equipo grande. Simeone equilibró el equipo para atender las necesidades de Antoine. Salía a cuenta. Pero ahora, llega Lemar, un jugador que quizás no en un primer momento pero sí con el paso del tiempo, necesite volar.
Lemar gozaba de libertad para crear en el Mónaco de Jardim
Para contextualizar la evolución del Atlético de Madrid y la evolución del perfil adquirido en un costado hay que fijar la mirada en lo que hace Lemar cuando recibe la pelota. Y es cualquier cosa. Todo tipo de acción, salida por cualquier lado y en puntos del campo muy diversos. No hay una táctica concreta en su juego, un concepto completamente diferente incluso para jugadores de por sí más libres y no tan fijos como pudiera ser Carrasco. Lemar no recibe fijando en banda con continuidad. Puede hacerlo ahí… o puede que no. En aquel Mónaco, sus intervenciones eran más propias de un crack: bajaba a recibir, ocupando el espacio de otro compañero, y después se equilibraba la jugada con la ocupación, por parte de dicho socio, del espacio dejado por él, o era su calidad la que eliminaba una situación de defensa organizada y él creaba la jugada, desequilibraba tácticamente. El matiz, nada sutil, entre ser parte de un entramado o crearlo él por pura individualidad.
Y Simeone mide bien los movimientos de los hombres de banda
Como el fútbol es de los futbolistas y así entendió Jardim que contaba con un grupo de jugadores de una naturaleza muy especial, el Mónaco provocaba multitud de situaciones de uno contra uno, dos contra dos, aceleración, verticalidad, combinaciones y profundidad. Jardim comprendió la juventud de los suyos y les desató las riendas para galopar. Pero Simeone y su Atlético siempre han acotado el espacio de cada extremo o centrocampista ubicado en banda, también delanteros -Correa-. Desde los costados, el argentino ha construido su sistema. Fue así con Arda más Koke, juntándose ambos alrededor de Filipe, fue también con Arda y Juanfran para favorecer el centro al área que derivaría en Mandzukic, y ha sido también con Ángel Correa y su movimiento de ruptura entre central y lateral. Los primeros fueron estructurales, el último, un movimiento complementario al sistema de Griezmann, el del carril central.
Los costados han definido los sistemas del Cholo
Por eso será fundamental la comprensión del sistema por parte del jugador y las concesiones que irán haciéndose mutuamente, poco a poco, en un quid pro quo que facilite los procesos de adaptación y permita despegar el talento de un jugador que llega con algunos vicios en la toma de decisiones, fruto de un talento extraordinario para crear situaciones con el balón en los pies. A falta de cierta consistencia en su juego a la hora de elegir la mejor opción para la jugada, el compañero y las virtudes del rival generadas de un robo, Lemar partirá con la ventaja de poder desempeñarse por ambos costados, izquierdo y derecho, con total naturalidad, hasta el punto de que, aunque pueda parecer lo contrario, gira, desborda y finaliza jugadas con mucha frecuencia en banda natural. No le importa que su zurda quede ciega para el disparo si actúa por izquierda, atesora salida, giro y toque -es buenísimo con el exterior- para hacer lo que se le ocurra.
Para lograr la mejor versión de Lemar, Cholo puede que tenga que ceder
En clave ‘compañeros’, Lemar podría esperar en una altura más avanzada, equilibrando los espacios, sin tener que bajar a por la pelota, una misión que a priori no le corresponderá y que no le deberá corresponder en el sistema de Antoine Griezmann, pues el Atlético de Madrid va a ocupar su zona de mediocentros con más pasadores que nunca. La llegada de Rodrigo Hernández, un asentadísimo Thomas Partey, la utilización de Koke o la calidad de Filipe Luis suministrarán con garantías a los jugadores más adelantados. En dicho sentido, la competencia de la que gozará Simeone con Correa, Vitolo y Lemar, todos muy diferentes, con capacidad para jugar en ambas bandas y ser complementarios, sumará muchas alternativas a su ataque. En lo respectivo a la relación individual que mantendrán sus ideas y sus postulados con el jugador francés, tocará moldear y negociar en dicho aprendizaje. Ambos tendrán que ceder para encontrar la mejor versión del jugador.
AArroyer 19 julio, 2018
Soy escéptico con este movimiento. Jugador muy joven, ciertamente irregular y con vicios tácticos y de toma de decisiones que no casan con una estructura tan definida desde lo táctico. Lemar tendrá que adaptarse a Griezmann y Simeone y tendrá que jugar de manera muy diferente a como lo podía hacer en Monaco. Pero claro, es muy bueno, puede jugar por ambas bandas y es fantástico en espacios reducidos, peor fantástico al máximo nivel. Y por eso Simeone tendrá que tener cintura… lo que le permita la competencia, porque creo que Vitolo la va a romper, va a ser importantísimo.
¿Cómo veis el fichaje?