El exprimidor granota

Alavés y Málaga marcan dos fronteras delimitantes de un escenario en el que nadie quiere verse. Como es sabido, las diez últimas jornadas, para cualquier objetivo, conforman la última oportunidad para reconducir situaciones. Han sido las dos últimas jornadas donde el Levante UD se ha desmarcado de Deportivo de la Coruña y UD Las Palmas. La llegada de Paco López al banquillo granota ha significado un soplo renovado que, de momento, Seedorf y Jémez no han logrado igualar. Junto a él, el Levante está fiando su ofensiva en Roger Martí, un delantero que no pide demasiado para lo que mucho que regala. Menos de dos meses ha necesitado para coger el ritmo tras su grave lesión. Su encuentro ante el Éibar fue una muestra puede que crucial en una hipotética salvación levantinista.

Roger es el ‘9’ que necesitaba en estos momentos

A menudo se resalta la capacidad de un ‘9’ para darle a su equipo respuestas en base a la pelota que tienen como un resultado una valoración más positiva que la realizada sobre una referencia atacante que lo hace a través de otras características. En equipo que además juegan con un solo punta, el juego se ha vuelto tan caprichoso que demanda al delantero compensar posibles déficits de creatividad en zonas más retrasadas. En el caso del Levante, el ‘9’ fue durante la etapa de Juan Ramón López Muñiz una cuestión fundamental. No en vano, sus máximos artilleros terminaron siendo José Luis Morales y Enis Bardhi. Ünal, Boateng, Alegría o Pazzini no sumaron lo suficiente.

Muñiz tuvo un problema con sus referencias en ataque

Para Paco López, contar con alguien como Roger supone no quedarse a medio camino. El conjunto granota ha tenido que jugar, en los dos últimos partidos, en dos escenarios muy diferentes. Getafe y Éibar son dos conjuntos que hacen de sus sistema de juego la razón más imponente de su competitividad, por eso necesita el rival de determinada adaptación a las virtudes de azulones y armeros. En ambos partidos ha venido fluyendo la inteligencia de Roger para camuflar determinados estados de ánimo. Una de las claves que más castigan a los equipos en dinámicas complicadas y objetivos de permanencia es la ausencia de iniciativas individuales ante el error. Roger pertenece a un tipo de referencia que, en soledad o acompañado, convive perfectamente con el fallo.

Ivi, Morales y Roger pueden valer la salvación

Ante el Éibar, Roger expuso todo ello en base a su movilidad. Martí juega su propio partido sin dejar apartado a su equipo. En un contexto en el que el Levante defendió muy abajo y tuvo la pelota muy poco tiempo, pero no creó menos peligro que su oponente. Pero lo más importante no es que Roger levante el ánimo en cada balón que merodea, sino que ahora, más que nunca, su alrededor está más potenciado. Las bandas, con Ivi y Morales, tienen en Roger un serio valedor de su velocidad y desequilibrio. Cuentan con un agradecido exprimidor.