El Parque de los Príncipes acoge esta noche la vuelta de la eliminatoria que más focos y atenciones ha generado en estos octavos de final. Con la necesidad de remontar, el PSG busca un golpe de efecto que resitúe por completo la visión que propios y extraños tienen de un proyecto que nació para imaginar y hacer posible un nuevo orden europeo. Unai Emery, su entrenador, tiene la misión de voltear un marcador que le obliga, por encima de todo, a un cambio de actitud. Las dificultades emocionales que supone una remontada es un reto para el que ya no le queda margen. Ante el vigente campeón, el París Saint-Germain va a tener que ser todo lo que la teoría le ha traído hasta aquí y lo que en la práctica no ha podido ni podrá ofrecer, sin Neymar, al máximo de su capacidad. Unai Emery tendrá que mover fichas en la noche de hoy.
Por continuar con el citado cambio de comportamiento, los parisinos han de sumar una agresividad que potencie la zona del campo en la que recuperar la pelota y configurar un ataque o una sucesión de ellos. Antes de que conozca el vasco el dibujo a utilizar, si con dos centrocampistas o con tres, las intenciones explicarán un choque que dependerá en grado sumo de generar el primer arreón y el posible 1-0. Gestionar después esa ventaja aparece como su mayor caballo de batalla. Si bien cuenta con dos centrocampistas de jerarquía y elaboración, la naturaleza de sus atacantes y la genética de su plantilla, sin costumbre por dominar y manejar una hipotética ventaja o clasificación, serán grandes preguntas que posiblemente tenga que responder en el día más importante.
Unai Emery podría abogar por un cambio de actitud en sus hombre
Una de las claves de su cambio de conducta será la posición, primero, y la utilización después que hará Emery, de los tres carriles ofensivos. Dónde colocará a Di María y Mbappé -vienen jugando a pie natural- y quién se encargará de apoyar entre líneas y girar al bloque de Zidane para construir cadenas de pase alargadas y sólidas. Todo lo que argentino y francés llevan en la sangre es la aceleración. Si bien Kyllian tiene todos los movimientos en su repertorio, el PSG cojea en determinados ritmos de juego y Cavani tampoco es el punta más relacionado con el enlace. Si no juegan a pie cambiado para buscar diagonales, los hombres de Emery necesitarán jugar arriba y verticalizar. Y para encarar así el encuentro seguramente encuentren un talón de aquiles: la movilidad madridista.
El Real Madrid ha recuperado su capacidad para crear ocasiones, materializarlas y además, hacerlo desde la movilidad de sus puntas. Ante la baja reciente de Kroos y Modric, Benzema, Ronaldo y Bale, sobre todo los dos primeros, están dotando y equipando al sistema de movimientos de toda índole, con una clara vocación por hacer progresar la jugada y llegar al gol desde todos los caminos. Tal es la concentración y la actividad de cada jugador en posesión del balón, que nunca una fase de la jugada está quedando huérfana. Los tres muestra capacidad para fijar y salir de la marca a tiempo, pausar, romper a la espalda o combinar para llegar a zonas de peligro y recuperar la pelota en ventaja. A ellos se sumarán, en uno u otro momento, Marcelo, Asensio e Isco Alarcón.
Cristiano Ronaldo e Isco Alarcón serán los grandes argumento de Zidane
Cuando el bombo deparó este cruce, el malagueño surgió como el arma más difícil de detener para el París Saint-Germain. Asimétrico en líneas y en disposición de todas las líneas, los de Emery no disponen de una estructura sólida para asumir lo que supone una versión protagonista de Isco. Ante la posible ausencia de determinados perfiles en la sala de máquinas, Isco aparece como el nexo de todos futbolistas inspirados que actualmente figuran en las filas blancas. Cristiano, Marcelo y Benzema van a acompañar a Isco para tener la pelota y evitar que la pérdida sea todo lo alta y vigilada posible para evitar el mejor galope de la Copa de Europa.
Será el portugués el que cierre el argumentario de una previa y una fecha a la que Ronaldo llega pletórico. Afilado para la ocasión, no sólo ha sacado punta a su indiscutible determinación, sino también a su implicación, su movilidad, su lectura y su participación. Su toma de decisiones en zonas intermedias está resultando de nuevo notabilísima y el impacto de cada uno de sus toques está suponiendo para su equipo una constante posibilidad de dominio. Si despojado de la fluidez y la finura con la que cuenta ahora fue capaz de traer dos goles de ventaja a París, la noche de hoy le sitúa como el verdadero rey entre príncipes.
Foto: Denis Doyle/Getty Images
Señor 6 marzo, 2018
Cuando me trato de poner en la piel de Zidane la duda que me surge es si potenciar el control con Isco, y tratar de tener el balón el más tiempo posible y que no ocurran muchas cosas (estilo primavera 2017); o favorecer las transiciones rápidas y matar la eliminatoria en una contra con Bale y Asensio. Hace unos meses creo que hubiera optado por la primera opción, pero ni veo a Isco particularmente fino últimamente, ni el reciente crecimiento del equipo se ha materializado con esa versión de mayor control.