Marc Bartra ha llegado al Betis de Quique Setién para hacer sistema con balón y sostenerlo sin él. Porque su perfil como central no sólo encaja con el modelo de juego de su nuevo entrenador, que lo hace con total naturalidad, sino que además puede ayudarle a dibujar una realidad más sostenible, equilibrada y, por ende, competitiva.
En su llegada a la Sevilla bética, Setién ha tenido que lidiar con un problema muy evidente: el primer pase. Esta cuestión ha quedado siempre muy bien escenificada en la figura de su mediocentro, Javi García. El ex de Benfica, Zenit o ManCity es un muy buen futbolista. Pero ni tiene la calidad técnica necesaria en una idea tan exigente ni, sobre todo, tiene la velocidad gestual para acometer los retos que le van a plantear los rivales. Recientemente, en Balaídos, Javi García trató de salir de la presión de Nemanja Radoja con un control orientado que le permitiera girarse y, de paso, girar al contrario. Pero ni el primer toque fue preciso ni su cuerpo se movió al ritmo necesario. Y el gol de Aspas tardó sólo dos segundos en llegar.
Sin un futbolista como Roque Mesa o como Lobotka dirigiendo las operaciones, superar las magníficas presiones que plantean los equipos de La Liga le es demasiado complicado a este Betis. La posición escorada de Fabián Ruiz ha ayudado a aligerar ciertos procesos, haciendo más ancho el campo y trazando una línea de pase más simple, pero no siempre es suficiente. Se necesita más.
¿El lugar y el momento indicado para Bartra?
Y es aquí donde Bartra entra en juego. El catalán tiene calidad para pasar, lanzar o conducir y domina todos los conceptos asociados a estas cuestiones: encontrar al hombre libre, crear líneas de pase, atraer para soltar, dividir atenciones… Sus pases construyen sistema, resuelven retos y se cobran riesgos mal medidos. Es decir, pura escuela Barça. Por eso su presencia debe reconfigurar el circuito de salida del conjunto bético, aliviando así la carga que viene «padeciendo» Javi García y, quizás, matizando la idea de juego que se viene ejecutando. Sobre todo porque, además de lo que haga con balón, Marc Bartra trae consigo la posibilidad de anticipar constantemente a muchos metros y de, por supuesto, corregir situaciones límite a campo abierto, con lo que ello supone a la hora de tomar decisiones, manejar alturas y cerrar posiciones.
Tras una experiencia en Dortmund que parece más positiva en el fondo que en la forma, Marc Bartra puede estar ante su momento de ofrecer el mejor nivel de su carrera. Continuidad va a tener, responsabilidad también. A sus 27 años ha llegado a un club que está deseando corresponderle. Pero el primer pase debe ser suyo.
Foto: Ronny Hartmann/Bongarts/Getty Images
Jaime Ratazzi 7 febrero, 2018
Parece desde luego una carta bien jugada por la secretaría técnica verdiblanca. Parece que sus virtudes pueden pesar mucho y sus defectos difuminarse, una pena lo de Feddal.
¿Haréis algún contenido referente al proceso que comienza en los países bajos en general y Koeman en particular, de aquí a 2022?