El sexto gol de la temporada de Marcos Alonso sirvió para terminar de ratificar la nueva versión del futbolista español, mucho más cercana por momentos a la de un segundo punta que a la de un lateral tradicional. Porque el tanto de anoche no fue casualidad ni tampoco un hecho aislado. Este curso, cada vez que el Chelsea ataca por la banda derecha, sea cual sea la altura y la naturaleza de la jugada, Marcos Alonso centra su posición y carga el área para erigirse en una peligrosísima segunda referencia que se aproveche y/o potencie la de por sí ya amenazante presencia de Morata.
Esta evolución resulta bastante sorprendente por lo antinatural del movimiento, pero es muy coherente con la reorganización llevada a cabo por Conte. Al sustituir un mediapunta por un centrocampista, el italiano perdió varios registros ofensivos. La libertad de Bakayoko, que trata de romper a menudo a la espalda del 9, no ha terminado de compensar la pérdida de peso de Pedro, pero la capacidad de llegada de Marcos Alonso ha potenciado aún más el centro blue.
Álvaro Morata lleva 6 goles de cabeza en la Premier.
El canterano madridista siempre ha sabido interpretar muy bien cuándo y cómo llegar. Ahora, en vez de hacerlo hacia la línea de fondo como la temporada pasada, lo hace atacando el siempre complicado de defender segundo palo. Pero la constante es la misma. Alonso necesita movimiento, velocidad y zonas vacías para resultar primero útil tácticamente y más tarde peligroso de cara a portería. Si no, su -poca- técnica comienza a desnudarle en exceso.
Que Julen Lopetegui no le haya llamado para jugar con España no debería extrañar precisamente por esto. Nivel no le falta. Méritos, todavía menos. Pero el objetivo de un seleccionador no es convocar a los 23 mejores futbolistas del país, ni siquiera a los 23 que estén más en forma. Lopetegui sabe que España nunca va a gozar de los espacios que maneja el Chelsea en cada partido. Por eso, aunque parta con Silva e Isco por fuera, lo que libera el espacio para los laterales, Julen está priorizando en otros nombres. Esto, obvio, puede cambiar en cualquier momento. Marcos Alonso está jugando realmente bien desde hace ya tiempo. Pero pocos jugadores se verían tan perjudicados como él por cambiar el contexto que viven en sus clubes por el que manejarían en la selección española.
Puede hacer mucho daño al Barcelona. Pero está Piqué.
Sea como fuere, en el Chelsea es una pieza de muchísimo valor con capacidad para tener un gran impacto en cualquier encuentro, incluidos los dos contra el Fútbol Club Barcelona que están por venir. Porque a Marcos Alonso no se le ve llegar. Te ataca cuando miras para otro lado. Y cuando te das cuenta, ya es tan tarde como lo fue anoche para Mustafi, Holding y Chambers. Sobre todo porque además de instinto tiene disparo y remate, lo que hace que su amenaza se multiplique por lo inesperadamente versátil que es. A un futbolista así, en definitiva, sólo se le puede anular de dos maneras. Una es evitando que el Chelsea corra y ataque espacios con tanta frecuencia como lo hizo en el Emirates. La otra, sólo al alcance del propio Valverde, es teniendo un central del descomunal talento de Piqué. Nadie como él para anticiparse a lo inesperado.
Foto: Shaun Botterill/Getty Images
MigQuintana 4 enero, 2018
Tras escribir el texto ayer le leí un dato brutal al amigo Héctor Pérez:
Marcos Alonso es el segundo jugador del Chelsea que más remates hace tras Álvaro Morata.