En este nuevo episodio de ‘Caprica’, el equipo de ‘Ecos del Balón’ charló con Jacinto Elá, educador y ex-futbolista que con 13 años fue nombrado mejor jugador del mundo. Una oportunidad para conocer de primera mano lo que supone gestionar una realidad compleja para un niño, sus entrenadores, su entorno y su futuro. Conocemos, de la mano de Jacinto, el valor intrínseco y social del fútbol como deporte de equipo y su importancia en la vida para aquellos que no logran llegar a lo más alto.
Guion de la entrevista:
– 03:22. Con 13 años, el mejor jugador del mundo.
– 12.35. Manejar la frustración del niño que no será una estrella.
– 24.07. El papel ético y educativo de los entrenadores.
– 33.55. El fútbol como herramienta para la vida.
– 45.25. Balance de la conversación
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Pedro Lampert 12 diciembre, 2017
Escuchando todo esto, mi conclusión es que al niño hay que enseñarle a competir, pero también dejar muy claro que el fútbol no es todo ni mucho menos la única opción en la vida. Eso sin considerar el hecho de que un chaval pueda vivir del balón que no sea jugando en primera división de las grandes ligas de Europa. Se dice pronto, pero muchas veces hay el error de considerar un jugador que no esté en la súper élite como "malo" cuando este juega, yo qué sé, en la primera división de México. Eso no es así y acaba siendo un problema (el jugador termina llevando una "vida triste" por no alcanzar a un lugar donde no llegan más que 100 procedentes de todo el planeta).
Durante todo esto, he recordado el caso de Walter Casagrandre, que ha tenido muchísimos problemas con las drogas después de su retiro. Él ha dicho en una entrevista que su única manera de encontrar la felicidad después de dejar el fútbol era con las drogas porque nada llegaba cerca de la explosión de emociones de marcar un gol. Esto me parece gravísimo. Incluso él mismo ha reconocido la gravedad del tema y que esto casi lo ha matado.