Alemania cerró su semana triunfal alzándose como campeona de la Confederaciones ante una Chile que se dejó el alma por impedirlo. El planteamiento de Joachim Löw, un técnico que ha crecido a la par que su propio proyecto y que en este momento está capacitado para marcar la diferencia, resultó clave en la desactivación del vigor rojo y en la resistencia segura mostrada en los tramos más duros.
Juan Antonio Pizzi dispuso un 5-2-3 con Arturo Vidal como falso «9» de un ataque que situaba a Alexis Sánchez y Eduardo Vargas en los costados. Y motorizados por el Rey de Múnich y enriquecidos por un costado izquierdo donde el gunner y el carrilero Beausejour causaban estragos, Chile protagonizó una puesta en escena digna del precioso proyecto que ha supuesto esta generación. El ritmo impreso y la variabilidad de las jugadas exigía un ejercicio defensivo enfrente en el que no se adivinaban facilidades. Pero Löw, precavido, había apostado por una línea de cinco defensas donde Ginter, Mustafi y Rüdiger como centrales mantenían superioridad numérica en la zona del remate chileno, donde no había nadie y todos llegaban con prisas. Gracias a esto, las finalizaciones de Vidal, Vargas y Sánchez fueron o precipitadas o muy apuradas, con la merma de precisión que ello supuso. Es el peaje de este modelo.
Löw preparó un partido de pesadilla para Marcelo Díaz.
La otra ventaja estratégica que sembraría Löw radicaría en la naturaleza de su presión en campo contrario. Al formar en defensa un 5-4-1, protegía las bandas con dos hombres, lo cual le permitió asignar a Draxler y Stindl, sus extremos, un rol defensivo muy, muy agresivo. Ni siquiera defendían a los carrileros Isla y Beausejour, sino las líneas de pase que iban desde el triángulo de salida formado por Jara, Medel y Díaz hacia los dos externos. Alemania conocía los riesgos asumidos por Chile en la gestación del juego y se preparó para obtener rédito de estos incluso cuando la elección de su primer fase fuera, dentro de sus modos, la más conservadora -salir por fuera es más seguro que salir por dentro-. Y encontró el éxito.
Goretzka se ha destacado como el mejor futbolista del torneo.
Tras el 1-0, Alemania halló la superioridad desde el control y la mantendría hasta que Pizzi comenzó la ronda de cambios. Los ingresos de Sagal y, en especial, Puch sembraron dudas en la defensa germana y dieron nuevas posibilidades a Alexis Sánchez y Arturo Vidal, si bien ter Stegen anduvo en la línea requerida y abortó las pocas terminaciones chilenas dirigidas entre los tres palos. En respuesta, además, los de Löw activaron su peligrosísima contra con un eficiente Rudy dando el pase de escape, unos utilísimos Draxler y Stindl por las bandas y una lectura del carril central por parte de Goretzka y Werner que desangró al campeón de América. El torneo de Goretzka y Werner, de 22 y 21 años de edad, ha sido de futbolistas que competirán por ganar el Mundial de Rusia dentro de 12 meses.
Foto: Dean Mouhtaropoulos/Getty Images
Abel Rojas 3 julio, 2017
El crecimiento de Joachim Löw es digno de mención. Recuerdo su Eurocopa 2012 como un torneo muy, muy flojo del seleccionador alemán y de 2010 rescataría su apuesta y su creación de ilusión pero no mucho más que eso. En los últimos dos torneos, Mundial y Confecup, hemos visto un técnico que toma decisiones y genera ventajas.