
Hablar sobre Luka Modric es hacerlo sobre la aristocracia de este deporte. El centrocampista croata se ha convertido con el paso de los inviernos en algo más de lo que cuenta su fútbol, lo que viene a ser sinónimo de algo más que una de las estrellas que más acciones y conceptos dominan sobre un terreno de juego. Su excepcional repertorio, envuelto en una sencillez conquistadora, ha traspasado la barrera de lo concreto para transformarse en una influencia abstracta que infunde respeto a sus oponentes y que, sobre todo, engrandece a los que visten su camiseta. Desde cualquier esquema, desde cualquier sinergia y desde cualquier estilo, ningún colega de puesto necesita menos que Luka para elevar el nivel competitivo de sus conjuntos. Modric, como siempre, será una de las claves del Clásico de esta tarde.
La posición en la que él se sitúe determinará el tipo de partido que habrá planteado Zinedine Zidane, y valorando los últimos precedentes, las tendencias habituales del galo y las constantes más inmutables de los Clásicos celebrados en el Camp Nou, cabe esperarlo, sin o incluso con Casemiro, en el rol de pivote derecho. Lo cual implicaría que el Real saldría con la idea de, como norma, atacar al contragolpe.
La posición de Modric afecta de modo directo a la capacidad del Real para prolongar sus posesiones.
La consecuencia directa de que Modric ejerza de pivote derecho en un 4-2-1-3 -y no de interior derecho en un 4-3-3- radica en que el Madrid encuentra más dificultades para mantener la posesión en campo contrario. Con independencia de su número de participaciones, dos de los merengues que más tiempo suman con el balón controlado son Marcelo y Gareth Bale (quizá por ser el dúo con mayor capacidad de desborde del once de Zidane), lo que se traduce en que la mayoría de los ataques del Real acaban o en el brasileño o en el galés. Para alargar las circulaciones, el Madrid, como cualquier equipo, requiere de la formación de triángulos que ofrezcan a quien tiene la pelota dos líneas de pase diagonal (si solo hay una opción de pase, para el rival es fácil taponarla y la posesión se ahoga). En el caso de Marcelo, cuando está abajo halla un primer socio en Ramos y, cuando se aleja de Ramos y se va para arriba, en Cristiano (o Benzema si han intercambiado la zona), y en el caso de Bale, abajo cuenta con Carvajal y, arriba, cuando se aleja de Dani, con Karim (o Ronaldo). ¿Pero quién es el tercer hombre que completa esas parejas?
El 4-2-1-3 suele desembocar en que el Madrid concede metros y espera a sus rivales protegido atrás.
En el 4-3-3, son los interiores quienes cierran el triángulo por la parte más pegada al centro. En especial, cuando los dos titulares salen del trío compuesto por Kroos, Modric e Isco, ya que Kovacic y James son medios de movimientos más largos y, por consiguiente, menos proclives a realizar esta labor táctica. Sin embargo, en el 4-2-1-3, el ancho que en el dibujo principal se reparten un par de hombres queda en responsabilidad de sólo uno, el mediapunta, que cuando está apoyando a Bale, no alcanza a estar apoyando a Marcelo, y viceversa, y que en su afán de compensar ese déficit, a veces no apoya a ninguno. De esta guisa, la circulación del Madrid se resiente, su duración se acorta e, importante, el reparto de espacios que consta tras la pérdida le impide presionar con eficacia. Vamos a ver el porqué.
La clave reside en el concepto «estar juntos». Si el Real hace el triángulo en uno de sus perfiles (Ramos-Marcelo-Kroos, Marcelo-Kroos-Cristiano, Kroos-Cristiano-Benzema, Pepe-Carvajal-Modric, Carvajal-Modric-Bale, Modric-Bale-Benzema), en cuanto un rival realiza el corte o el quite, los tres blancos están cerquísima de él para, con cortísimos movimientos presionantes, ahogarle, comprometerle y forzarle a perder el balón o a escapar de esa prisión del trío merengue hacia una zona en la que está esperando el coco de los cocos, Carlos Henrique Casemiro, que es el especialista defensivo que aguarda detrás de cada uno de los triángulos (de ahí su dominio; es un especialista potenciado por el sistema). En el 4-2-1-3, el mediapunta o está en un sitio o está en el otro -o a mitad-, el Madrid no crea esa superioridad numérica instantánea, su presión es ineficaz o inexistente y se ve abocado a juntarse mucho más atrás. Es importante reseñar que esto no es un defecto, sino una diferencia, pues por lo general, los repliegues del equipo de Zidane muestran un nivel fantástico. Sobre todo, cuando Luka Modric está sano y exhibe su sabiduría posicional y su calidad técnica para el robo. Y, como se apuntaba, esta es la versión del Real que se vaticina para el Camp Nou, ya que, contra Messi, casi siempre le ha rentado más su vis más conservadora posible.
La titularidad o no de Iniesta fijará en buena medida el alcance del fútbol de Modric en el Camp Nou.
La tremenda importancia de Modric en el 4-2-1-3 y en clave Camp Nou deriva de que él es, además de un fenómeno, el jugador blanco más relacionado con dos de los tres obstáculos con los que se toparía el Madrid. El primero, partiendo de la base de que el FC Barcelona amasará mayor cuota de posesión, sería el déficit defensivo que podría suponer Kovacic como pivote del sector de Messi. Leo castiga sin piedad a los centrocampista impetuosos que intentan presionarle o quitarle la pelota, porque los elimina y luego ataca el espacio que dejaron descubierto tras su decisión de buscar la gloria, y con la amenaza que supone Luis Suárez distrayendo a Ramos y la profundidad de Sergi Roberto limitando las ayudas de Marcelo en el carril central, a Modric se le amontonarían los focos a compensar. En este sentido, nada le ayudaría más que no medirse a Iniesta, pues el actual momento de Denis Suárez, André Gomes, Arda Turan o cualquiera de las alternativas podría aportarle un respiro que muy probablemente iba a necesitar. También existe la posibilidad de que Zidane cierre con un 4-4-2 con Isco trabajando sobre Messi como extremo izquierdo, algo que ya cumplió con nota sobresaliente de la mano de Ancelotti con un balance de 0 goles y 0 asistencias en juego del argentino en tres partidos, pero el entrenador francés no acostumbra a emplearlo de ese modo y, salvo novedad, cabría esperarlo más en zonas de Busquets.
Si forma un 4-2-1-3, Zidane necesitará la versión más valiente de Modric para hilar algunas posesiones.
La otra limitación del 4-2-1-3 merengue es la presentada en los primeros párrafos: al Madrid le cuesta más trabajo mantener la posesión; y aunque no vaya a ser su plan base en el Camp Nou, es algo que va a requerir en varios compases tanto para aflojar un hipotético dominio culé como para crear peligro en ataque. No en vano, el último Clásico se decantó en favor de los de Zidane en cuanto Kroos, Modric, Marcelo, Bale y compañía comenzaron a desplegar su categoría con el balón, aunque su planteamiento troncal fuera muy defensivo. Pero a falta del 4-3-3 que favorece ese flujo asociativo, o Isco se muestra capaz de repetir su, hasta que se demuestre lo contrario, irrepetible primera parte del Vicente Calderón, o Modric va a tener que desplegarse para repartirse esa altura con el propio malagueño y servir apoyos a Benzema y compañía que permitan al Madrid sembrar dudas en los azulgranas. Con el plus de que, en estos momentos, el estado anímico culé es más bajo, lo que en principio le volverá más feroz pero, a su vez, también más vulnerable si los primeros puntos de inflexión del Clásico caen en el zurrón del Madrid. Con el 4-2-1-3, Zidane necesita un Modric valiente -cosa que no siempre sucede- para irse a ese 40% de posesión que le dé margen de maniobra para trazar jugadas jugosas en ataque posicional.
Y si eso es tan relevante se debe a que el contraataque del actual líder, sin el temible Gareth Bale, pierde demasiado potencial como para ser lo único que exponga de cara a la creación de ocasiones. Aunque esa es otra historia que encaja, y continúa, mejor en este artículo dedicado a Cristiano Ronaldo.
Foto: PIERRE-PHILIPPE MARCOU/AFP/Getty Images
genserico 3 diciembre, 2016
De acuerdo en la importancia y jerarquia de modric, presiento que zidane va a alinear navas-carvajar.-varane-ramos-marcelo- casemiro-modric- kovacic- lucas vasquez-ronaldo- benzema
Lucas vasquez con su alto "work rate" ayudaria compensar la banda izquierda dandole de vez en cuando algo de libertad a modric.