El Liverpool FC 0-Manchester United 0 podría resumirse en apenas unas líneas. Los de Klopp, desde un 4-3-3 aquejado por la muy retrasada posición de sus dos interiores, asumieron el peso de la posesión sin lograr darle a esta ni sentido ni profundidad. En parte, su ineficacia se debió al buen ejercicio defensivo de los hombres de Mourinho, que ordenados sobre un 4-2-3-1, juntaron líneas, comprimieron espacios y permitieron, por ejemplo, al pivote Ander Herrera concretar un total de 22 acciones positivas en defensa. Sus problemas vinieron luego: carecieron de transición defensa-ataque.
Con esta base, quien se mostró más impotente fue el Liverpool FC. Su único salvoconducto hacia el desequilibrio en ataque residía en la banda izquierda, donde Milner trataba de profundizar como carrilero y donde, en especial, Coutinho trataba de agitar el avispero. La traba, como se introdujo, radicaba en que su posición casi nunca ganaba la espalda del pivote derecho Fellaini, sino que se fijaba frente a él, facilitando la labor del belga. Como contrapartida provechosa, el situar tanta gente por detrás de las líneas defensivas del Manchester United proveyó a los de Klopp de una poblada batería de efectivos dispuestos a realizar la primera presión y sesgar la calidad de los pases de escape de los visitantes.
Y decíamos que el Liverpool se sintió más impotente que el conjunto de Old Trafford porque fue este segundo el que pareció aceptar el resultado con mejor rostro. Su entrenador, Mourinho, no realizó ninguna modificación reseñable a pesar de que su intento de transición contragolpe nunca funcionó. Un intento que, dicho sea, se limitaba a que Ibrahimovic se impusiera en el juego directo y a que Pogba, como mediapunta, dominase las segundas jugadas. Con el nivel que atesoran Zlatan y Paul, el gol siempre es una opción, y de hecho lo fue, pero el volumen de acciones peligrosas resultó tan bajo que el cero en su marcador fue tan probable, por demérito propio, como probable el cero en el del Liverpool, por, en ese caso sí, mérito atrás del ¿otrora? club más grande de la Premier.
Foto: Clive Brunskill/Getty Images
Pedro Lampert 18 octubre, 2016
En ese momento de la temporada, tengo claro que el United y Mourinho salen de Anfield satisfechos. Apenas han sufrido contra un rival que venía de pasar por encima de Arsenal y Chelsea. Dicho eso, preocupa muchísimo lo del United post-Ferguson.