La fórmula de Hungría | Ecos del Balón

La fórmula de Hungría


En la Eurocopa de Hummels, Bonucci, Granit Xhaka o de los centrales de España, un mecanismo de salida desde atrás que tiene a Király, Guzmics, Lang o Juhász en el primer escalón, se ha convertido en una de las ineludibles atracciones del torneo. No sólo eso, sino que la sorprendente Hungría de Berndt Stork ha edificado sobre ello buena parte de las superioridades que con justicia le concedieron el primer puesto en el mismo grupo que compitieron la Portugal de Cristiano o la Austria de Alaba. Sin nombres rimbombantes y con más carisma que trascendencia en el historial de sus actuales protagonistas, el desempeño de los magiares recuerda más al de un club que al de una selección, con un trabajo tan pulcramente diseñado y eficazmente ejecutado que no parece corresponderse con la realidad de una competición donde antes que ejercicios tan corales, es más común que veamos sobresalir ventajas concretas como las de contar con la base de jugadores de un club o con la virtud amalgamadora de determinadas piezas capaces de proyectar, sobre el colectivo, estructuras y rutinas por sí mismas.

Con piezas en su mayoría modestas, Hungría ha diseñado una de las mejores salidas de la Eurocopa.

La fórmula húngara en la salida, a nivel general, tiene que ver con la mezcla y la seguridad, siendo la distribución de las piezas una de las primeras cosas que sorprenden de ella. En el bloque inicial, el que se sitúa más próximo a su propia área, los cuatro zagueros se usan para limpiar la zona interior. Los centrales se abren a las bandas y los laterales ganan altura, en una maniobra que al mismo tiempo que crea un enorme corredor central, esboza una suerte de escalera en los costados para escalar sin mucho más riesgo en la pérdida que el saque de banda. El bloque más adelantado, por su parte, se mantiene arriba. No acompaña con el habitual escalonamiento en descenso de todo el conjunto al movimiento de la defensa. El delantero, los dos hombres de banda, el mediapunta Kleinheisler y en ocasiones también un segundo centrocampista, permanecen o en campo rival o cerca de adentrarse en él. Hungría encuentra en ello dos ventajas y una posible desventaja sobre el papel que a la práctica no es tal. Sobre lo primero, la presencia del segundo bloque en posición adelantada permite a los centrales la alternativa del juego en largo, con referencias en el envío directo y futbolistas cerca para ganar la segunda jugada.

Nagy es la pieza central de esta muy elaborada y eficaz salida de balónA su vez, esta posibilidad consigue matizar la terquedad con la que el adversario puede presionar el inicio en corto: aunque quiera nadar, tiene que guardar la ropa. La teórica consecuencia negativa de abrir a bandas a los defensas manteniendo arriba a tantos hombres, está en que cuando en el nacimiento de la jugada el mediocentro recula para recoger el esférico entre los dos centrales o muy próximo a ellos, la distancia que lo separa de los compañeros que tiene por delante es muy grande. Si hasta el momento esto no ha supuesto un problema y Hungría está disfrutando sólo de los beneficios de su planteamiento sin tener que pagar peaje, es gracias a un nombre, el de Ádám Nagy. Sería aventurado asegurar que sin el futbolista que por el momento protagoniza la gran aparición de esta Eurocopa el funcionamiento de la salida de balón húngara no tendría completo el sentido, y mucho menos se trata de restar méritos a un engranaje que no merece más que el elogio, pero sí hablamos de que, contrariamente a lo que ocurre en los demás puntos de la cadena, aquí el combinado húngaro necesita de una individualidad concreta para desarrollar una tarea que no es cualquier cosa.

Ádám Nagy es el hombre clave. Desde la posición de mediocentro, en él toma cuerpo la idea.

Casi todo el centro es para el joven NagyA la hora de hacer avanzar el cuero desde atrás, Nagy es un pequeño motor en constante ofrecimiento al que recurre cada pieza de su alrededor para mejorar la jugada. Es como un filtro: la pelota siempre les vuelve en mejores condiciones si previamente se la han entregado a él. Su radio de acción es amplísimo y en esta fase del juego va desde la corona del área propia hasta la divisoria pasando por ambos laterales, pero como el apoyo al balón siempre es suyo y lee el momento y el lugar desde donde ofrecerlo, el espacio termina siendo grande en posibilidades pero pequeño en cuanto a su gobierno. Interpreta la circulación, el tiempo y las permutas con agilidad de niño y lectura de adulto. Su misión es llevar el balón arriba, y como no lo pierde, puede hacerlo en solitario, a lo largo del enorme corredor central que le habilita la disposición del resto de compañeros. Conduce, gravita y en el momento justo filtra un pase hacia adelante que previa intervención de espaldas de un segundo compañero llega a un tercero de cara.

Por la madurez de su juego, Nagy ni parece tener sólo 21 años ni haber jugado únicamente en Hungría.

El mecanismo es recurrente y se reproduce también en los costados. Pase hacia adelante, descarga de espaldas y activación del tercer hombre. La salida de balón de Hungría, sin embargo, maneja un par de variantes para suavizar el salto entre escalones que tanto exige a su prometedor director. Una tiene que ver con la sujeción atrás de uno de los dos laterales para relevar al central en su posición escorada y que éste sea quien actúe en el centro de la salida de tres hombres, permitiendo de este modo a Nagy jugar unos metros por delante al no tener que bajar tanto para recibir el esférico. La segunda consiste en el acercamiento de Zoltán Gera a la base, como apoyo a su joven mediocentro y distracción para los marcadores rivales. También cuando esto sucede sigue siendo aconsejable mantener un ojo fijo en Nagy y en su trabajo para escalonar posiciones, abrir espacios y dibujar líneas de pase por delante del balón. Es la aguja que más brilla en el ajustado reloj de Berndt Stork.

 
 

Foto: Shaun Botterill/Getty Images


7 comentarios

  • hola1 26 junio, 2016

    Lastima que me pierdo este partido. Tenia ganas de ver a Hungria.

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  • Abel Rojas 26 junio, 2016

    Vaya articulito se ha marcado el señor Morén.

    Claro que todos los que lo conocemos sabíamos que lo haría ^^ Buena salida de balón, buena circulación, buen reparto de espacios en campo propio, buen ritmo ofensivo, transición ataque-defensa eficiente…

    El equipo que haría (o intentaría hacer) Albert Morén si fuera entrenador.

    Lo de marcar goles es otra cosa. Aunque Hungría haya sido la máxima goleadora de la fase de grupos ^^ En mi opinión, de forma poco "explicable" porque creo que arriba le faltó tanta claridad como pegada.

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  • Axelesleyenda 26 junio, 2016

    No entiendo a partir de lo del espacio, alguien me explica?

    "pero como el apoyo al balón siempre es suyo y lee el momento y el lugar desde donde ofrecerlo, el espacio termina siendo grande en posibilidades pero pequeño en cuanto a su gobierno."

    Y luego
    "Luego es cierto que tienen alguna pérdida peligrosa, sobre todo cuando no aciertan a encontrar a Adam Nagy en el carril central, como comenta Albert"
    En que parte comenta eso Miguel?

    Saludos, con muchas ganas de ver a Hungría hoy

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  • Joseba 26 junio, 2016

    Igual soy el único, pero a mí Adam Nagy me recuerda mucho a Ander Herrera. Su flaca apariencia física, la manera de pedir el balón en la salida del balón del juego, incluso en el carácter al transformar el equipo a su gusto. Sé que la posición de Ander es más mediapunta que pivote, pero cuando el vasco ayuda en la creación del juego de su equipo, puede tener un símil con el joven húngaro, no creéis?

    Por cierto, enhorabuena por los videos de Youtube de la Eurocopa (no me lo pierdo ni una).

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  • @Cmarquez1995 26 junio, 2016

    Vaya señor artículo, Albert. Aunque también es verdad que es muy fácil contentarme si me hablas de "mi equipo y mi jugador" de esta Euro ^_^.

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  • @eumd 26 junio, 2016

    @ Axelesleyenda

    – Como resumen se podría decir que Nagy siempre está cerca de la acción gestionando una cantidad de metros muy grande. Cuando Hungría toca el balón en su campo, entre que los centrales que se abren, que medio equipo se mantiene arriba o que los laterales se adelantan, a Nagy le queda una zona enorme "que le pertenece" y en la que tiene la posibilidad de intervenir. Por otro lado, lo que sucede es que como él siempre es el apoyo cercano, es el hombre al que buscan sus compañeros en esta fase del juego, aún con eso la acción siempre se desarrolla a su alrededor. No se le va lejos. Por así decirlo, su juego abarca muchos metros pero dentro de ese "campo grande" hay uno más pequeño que siempre lo tiene a él dentro y que se desplaza según Nagy opte por moverse hacia un lado u otro.

    – Sobre lo segundo, es que tampoco es muy normal el espacio que asume Nagy en esa salida^^. Y sobre todo que la pierda tan poco. Ahí me parece que tiene más que ver el jugador que la táctica, por eso cuando el protagonista en esa zona no es él, es más fácil que aparezca el error peligroso. De hecho es que casi sería lo normal XD

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  • Uruguayoafull 26 junio, 2016

    Que Pena que aca e Sudamerica no puedo ver todos los partidos de la Euro y ninguno de Hungría, lo único que sé es que siento que el fútbol le debe alguna alegría a este país por su historia pasada, siempre me pregunte el por qué del "bajón" de esta potencia revolucionaria y fina de antaño. Me encanta que le vaya bien ahora y espero que llegue lejos con los aparentes flacos recursos futbolísticos que tiene.

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