Con Josep lo teníamos claro. Lo mismo nos pasó con Frank y con Phillip. Intuimos que con Patrick, Ronald y Michael, si algún día cruzan la línea que los separa de los grandes focos, pasará igual. Su carrera como jugadores estuvo tan ligada a una escuela de fútbol tan singular que era imposible que al asumir el mando de un banquillo sus equipos no fuesen reflejo de eso que, como futbolistas, expresaron. No por nada sus clubes vieron en ellos el rescate de un pasado con tiquete al futuro. Son hombres de un sólo rostro y de mirada diáfana. Con Clarence Seedorf, hermano de cuna, ocurre todo lo contrario. No tenemos ni idea de qué va a ser el Milan hoy cuando salga al campo.
Y es que el de Surinam tuvo más de un yo y tiene más de un pasado. Seedorf mutó casi al ritmo de sus cambios de look. Entre el niño de cabello rizado y el hombre de cabeza afeitada hay cuatro Copas de Europa, más de cinco entrenadores de élite y múltiples variantes del mismo futbolista. La fuerza de lo inmortal, empero, nos lleva a relacionarlo especialmente con el primero y último de sus equipos en el viejo continente, con la poderosa influencia de Louis van Gaal y el aún por ver efecto de Carlo Ancelotti en aquellos a quiénes dirigió. Con tanta disparidad de orígenes y destinos sólo queda preguntarnos… ¿Qué va a ser, Clarence?
Jesús Abraham 19 enero, 2014
Para mi, lo que Seedorf hará es: un Milan con posesión del balón como punto de partida, pero siendo rápidos al momento de crear. Buscar decir adiós a la posesión inútil de los esquemas de Allegri.
una 4-2-3-1 donde la salida de Montolivo y la dupla Kaká-Honda sean la base de la creación (que es obvio). También quizás experimente dándole galones creativos a Balotelli y ponerlo detrás de Pazzini. Hay variantes.
Ahora bien, el problema sigue siendo la dupla de centrales. Contra el Hellas es Zapata-Bonera, pero apuesto que terminará siendo Rami-Mexés/Silvestre (si se recupera). O a Mattia De Sciglio en plan improvisado.
A esperar.