A sus 25 años, Leo Messi sigue teniendo muchos retos por delante. El más grande de todos llegará el año que viene, cuando se cite cara a cara con ese Mundial que promete ser inolvidable. Mientras tanto, el argentino puede ir buscando otros desafíos. Medio en broma medio en serio, nos preguntamos si resolver partidos sin salirse de un radio de 25 metros no podría estar entre ellos. En Granada el cuatro veces Balón de Oro generó una importante producción ofensiva desde el esfuerzo más rutinario; un descanso que su equipo, con la cabeza en San Siro, agradeció enormemente. A los de Alcaraz les faltó alguna cosita, pero han recuperado el optimismo, que a falta de 14 jornadas es bastante más rentable que 3 puntos.
Los granadinos salían con el dibujo que les había dado el pleno de victorias desde el cambio de técnico. Dos líneas de 4 (con un centro del campo especialmente rígido y alineado, casi en modo futbolín)Lionel e Ighalo, protagonistas con el regate y arriba Ighalo y Aranda como bombonas de oxígeno. El conjunto de Los Cármenes planteó un repliegue más bien bajo; la defensa no quería pisar su área pero Mikel Rico y Recio no salían a terreno rival. El inicio iba a ser claramente culé en base a dos nombres: por un lado, obviamente Messi. Leo, al ver que tenía el día tonto en el regate, decidió no esforzarse demasiado: pelota al pie con Rico y Recio delante, gambeta, apertura a banda y acción de gol. El pan de cada día. El Granada, muy atrás, lanzaba en largo a sus puntas para intentar salir pero Busquets, acertado en el juego aéreo, cerraba los caminos del contragolpe andaluz. Los locales no encontraban a Aranda (ningún desborde completado en 40 minutos) así que el héroe que tendría que ser Ighalo. Y vaya si lo fue. El nigeriano volvió loco a un Mascherano que cada vez parece menos recuperable. No ayudó Adriano, lesionado poco después. Con más mérito que justicia, el Granada hacía el 1-0 en su segundo disparo del encuentro.
El Barça se alteró poco tras el gol. Leo seguía recibiendo entre los pivotes y un Nolito que cerraba su posición para dificultar algo la tarea al dribbling de Messi. Cesc, pelín mustio toda la tarde, sí leyó bien el asunto y comenzó a cambiar de orientación (muy de moda en los de Tito) hacia un Alves que se ponía las botas. Dani protagonizó una actuación de dos caras: llegando al espacio fue un coloso al que solo la casualidad le apartó de ser determinante; cerrando el segundo palo en defensa fue un desastre. Le sigue costando mucho interpretar esas situaciones, a pesar de su notable capacidad de sufrimiento. Con Alexis como resumen del acierto culé en el remate, el Barcelona llegaba al descanso en desventaja.
Alves estuvo en todo lo bueno y lo malo de la primera parte culé
Los azulgranas iban a encontrar el empate del modo menos frecuente. Ver disparar desde lejos al Barça debió causar tal estupor a Toño que el portero alicantino dejó muerto un rechace que Messi aprovechó con voracidad. El Granada sintió el golpe y durante un rato casi bajó los brazos. Alcaraz sacaba a un tímido Aranda buscando más actividad en El-Arabi. No fue suficiente. Leo ajustició con un buen golpeo de falta, completando la remontada visitante. Quizás aquí estuvo el principal error de Alcaraz. Un Barcelona con la mente en San Siro demandaba un escenario más agresivo. Lo pretendió con la entrada de Brahimi (si por conducción fuera, este chico sería élite mundial) y la presión más adelantada de toda la noche. Solo fueron 20 minutos, pero bastaron para obligar a Valdés a realizar su segunda parada relevante en dos semanas. Forzar a Leo a levantarse de su silla es el camino para atormentar al Barça cuando no está. Si le dejan sentarse, la silla se convierte en trono y desde allí reina con tiranía.
Abel Rojas 17 febrero, 2013
Yo no creo que Alcaraz se equivocase "regalando" esos 30 minutos. Esperó su momento, más bien. Él sabía que el Barça ayer no tenía 90 minutos de juego, y que si llegaba vivo al final, "iba a empatar", y la jugada le salió redonda en todo menos en el último toque. Para mí el partido de los locales fue una entidad tremenda. Desde luego superior al que jugó contra el Madrid, pero no solo eso, sino que también me gustó más que la semana pasada pese a la goleada. No comparto que no tuviera contragolpe en la primera mitad.
Por otro lado, creo que ayer el Barcelona acertó con los dos extremos abiertos. Pese a que el sistema más fuerte es el otro, éste da a Messi más espacio, que es lo que necesita el Barça cuando está con la mente en otro lado. El campo ancho le dio muchas soluciones -de hecho es que mereció sin duda ganar pese a los méritos que cito del Granada-.
Por último quiero nombrar a alguien, porque tres partidos consecutivos lleva: Diego Mainz.