REVIEW: La cuarta esperaba tras el primer batallón inglés | Ecos del Balón

REVIEW: La cuarta esperaba tras el primer batallón inglés


Junto a ella, el certificado abstracto que presenta al FC Barcelona de Guardiola como una de las máximas expresiones futbolísticas de la historia. Es una musa inspiradora. Por su origen, su crecimiento, su valor estético, Lionel Messi y lo puntualmente poético de casi todo lo que le rodea. Apenas unos sueños después de besar la Ciudad del Amor y perpetuarse en la eternidad de Roma, cerró el círculo virtuoso justo donde empezó su vida, con una dirección de campo sublime del hombre cuyo toque de pelota fecundó el estigma del club. Pep se consagró como estratega resolutivo en el mejor partido de la UEFA Champions League 2010/11.

El escenario base fue diferente al planteado en el Podcast de Ecos, pues la ausencia de Fletcher impedía a Ferguson defender al Barça de la forma más propicia. Sin argumentos para el pressing en zona de interiores, la alternativa más optimista era la actividad intensiva en primera línea, sobre el circuito de salida. Para ello, el Manchester United orientó su agresividad hacia el perfil izquierdo, escorando ligeramente a Chicharito, cerrando a Park y exigiendo a Giggs en la marca de Xavi, con el ánimo de ensuciar el lado fuerte de la base de la jugada culé. El trabajo de Rooney, interesante durante la presión, no era sobre Busquets, sino sobre su línea de pase, lo que encarcelaba la circulación de balón en esa limitada zona y desactivaba el purificante cambio de orientación. Más de una pérdida y algún pase mal dado hacia Valdés incitaban a pensar que Ferguson podía sobrevivir a la ausencia de su centrocampista fetiche. Los Red Devils habían arrancado mucho mejor que su oponente.

A los 10 minutos, el Barcelona recordó que Pep lo había previsto todo. Que se había anticipado a lo sucedido. Tres fueron los matices más importantes: La permuta eventual Xavi porVilla como 9 desconectó a Vidic&Ferdinand del juego Busquets, la posición abierta de Iniesta durante la salida y el juego cerrado de Villa. Xavi podía recibir cómodo el primer pase en zona de mediocentro porque ni Giggs le acompañaba, ni Rooney rotaba atención hacia él. Iniesta, por su parte, sacaba de posición central a Carrick, dejando el hueco libre y ganando superioridad en su duelo personal. ¿Que no lo seguía? Pues recibía solo. Y Villa trabajaba el carril central para ofrecer profundidad, haciendo al United muy, muy largo. Demasiado para un equipo que comenzaba a defender tan arriba. La disposición táctica resultante en los ingleses invitaba al Barcelona a meter a un futbolista entre el gigantesco espacio que separaba a centrales y mediocentros, que a su vez también estaban bien lejos el uno del otro. Un Pastore, un Silva, un Ganso, cualquier de esos jugadores habría explotado hasta casi la victoria el regalo de Guardiola. Y el Barça al que tiene es a Messi. Es difícil describir su actuación. Messi ha estrujado el diccionario de tal forma que ya no se le puede calificar. De hecho, el calificativo es él mismo. Cuando vemos un desempeño ligeramente parecido, concluimos que recordó a Leo y todos nos entendemos.

Así pues, Carrick decidía si era Leo o era Andrés el que hacía al Barça cruzar de campo, pero evitarlo no era una posibilidad. Y superada la presión, el Manchester United estaba muerto. Xavi e Iniesta eranXavi, Iniesta y Messi gozaron de una cómoda Final flotados, las carreras de Messi no encontraban oposición y la actitud cuevera de los centrales permitía elevar mucho la altura de la circulación. Para colmo, Daniel Alves volvió a pesar en la fase ofensiva, manejando muy bien el timming de sus incorporaciones y ganando con holgura su particular duelo contra Park. La única esperanza de los ingleses ante tal dominio era Busquets, que en el 9´ fue salvado por el monumental Valdés pero que del gol de Rooney no se libró. La historia habitual, su falta de talento le priva de la toma de decisiones rutinaria en un 5 y acaba respondiendo a cualquier situación de la misma forma, corriendo hacia el conductor. En muchas ocasiones, como la del empate, llega tarde y ofrece al rival una solución que no tenía. Es tan sencillo como que si se queda quieto, Rooney no marca el tanto. Dicho sea de paso que tantas limitaciones tiene como don de la oportunidad le protege, y se valió de un buen quite para aparecer en la foto del 3-1 y ser parte de la gran fiesta.

Pep Guardiola y Leo Messi, la pareja más determinante de la historia de la Champions League.

Así cayó la Cuarta para el club, la Tercera para un buen grupo de jugadores y la Segunda para este equipo. Procedería en casi cualquier caso un mensaje de mesura y realismo, pero sería caer en la imprecisión. La duración del ciclo ganador está íntimamente ligada a las piernas de Messi. Tiene 23 años y seguro que igualar las 4 Ligas consecutivas del Dream Team y las 5 Copas de Europa del Madrid de Di Stefano está entre sus planes. Hay que tener mucha imaginación para insinuar que es imposible para él. Como bien confesó Guardiola: «Lo único que tiene que hacer el Barcelona es rodearle bien». Cuando él ya no esté, volveremos a asimilar que no es normal que a una Final de Liga de Campeones contra el Manchester United le sobren 30 minutos.


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