El saludo del portero | Ecos del Balón

El saludo del portero


Termina el partido. Recoges tu botellita de agua, te despides de los postes si es que ese día han jugado a tu favor y agradeces a tu defensa los servicios prestados si es que hicieron algo más que romper el fuera de juego. Te encaminas al centro del campo y procedes con esa rutina respetuosa, pero burocráticamente fría, que supone despedir al equipo contrario. Sin embargo, hay una excepción. Siempre la hay. Tras el último de los «buen partido», reconoces a alguien que habla, viste y siente como tú: es el portero rival, uno de los tuyos. Al cálido apretón entre unas manos antes protegidas por un par de guantes, le acompaña una cómplice sonrisa y una palmadita en la espalda por parte del ganador. Intercambiamos unas palabras, nos guiñamos el ojo como muestra de mutuo respeto y marchamos con nuestro equipo sin poder olvidar que, durante noventa minutos, ambos pusimos la cara donde el resto puso el pie [1].

Lo puedes considerar tu tocayo, pues no hay mejor nombre que el de «portero» para referirte a él. Al igual que tú, cuando en el vestuario se anudaba las botas a los pies y el esparadrapo a las manos, visualizaba su momento. Sí, todos tenéis uno, pero ninguno se fundamenta en un sentido más dramático y existencial que el de ser la última diferencia entre la gloria y el fracaso. Cada portero tiene el suyo, desde el que desea ejercer un dominio tiránico del área ante un rival con una poderosa ofensiva, al que, desde el punto de penalti, prefiere exponer su futuro al fusilamiento de un batallón de leyendas en el campo del miedo escénico. La estética y forma de dichos momentos es indiferente, lo verdaderamente importante es la constante gracias a la que cual se entiende la esencia del cancerbero [2]: su soledad.

Esta es la primera lección: «en esto vas a estar sólo; y ni es posible huir, ni vas a querer hacerlo».

Comienza el calentamiento y las sensaciones son más positivas a cada disparo que atajas. La dirección de los mismos estaba previamente acordada, pero eso da igual, esto es lo tuyo. Estás rápido de reflejos, blocas todos los balones y sacas los puños en los centros laterales; te sientes imbatible. Desde que te abrochaste los guantes sabes que un ejercicio de tal responsabilidad requiere de una confianza sin matices ni condiciones, actúas conforme a ello y procuras que cada compañero que se anime a retarte sepa que hoy no va a ser posible. Ellos te necesitan y tú te alimentas de esa necesidad. Cada vez eres más grande, cada vez tapas más portería.

Si la idiosincrasia del juego no se ha esforzado lo suficiente por recalcar lo diferente que eres respecto al resto de futbolistas, tú echas el resto. Llegas a la portería, saltas para tocar el travesaño y con el pie golpeas ambos postes (evidentemente con la diestra al derecho y con la zurda al izquierdo, no vayamos a fastidiarla), pegas dos gritos a cada cual más tópico y aplaudes sin emitir ningún ruido por la presencia de los guantes. El árbitro está colocado, los jugadores alineados y el entrenador ya se está quejando; todo está preparado. Pero, ¡ojo!, falta un detalle fundamental. Sin él, sería materialmente imposible poner a rodar el balón. El árbitro lo sabe y, con el silbato ya en la boca, dirige su mirada hacia la portería que defenderás durante una hora sin importar el precio, levanta el brazo y pide tu aprobación para poder iniciar el encuentro. Paladeas ese momento como si del primer sorbo a una cerveza fría se tratara, cada segundo que trascurre muestra lo especial que eres. Sin prisa alguna y con un gesto de orgullosa complacencia, mascullas: «Arbi, estoy preparado, podemos empezar».

 

[1] «Donde el rival pone el pie, el portero pone la cara.» Juan Carlos Unzué, reflexionando acerca de la figura del portero en «La Classe del Barça».

[2] La palabra cancerbero encuentra su explicación en la mitología griega. Las puertas del Infierno estaban protegidas por un perro de tres cabezas cuyo nombre era Kérberos (Cervero).


37 comentarios

  • trouro 28 abril, 2012

    La gallina de piel. Que le pasa al niño que quiere ser portero? Ya no digo arbitro…

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  • Kay 28 abril, 2012

    Trouro:

    Sadismo y afan de protagonismo. No hay nada más placentero que pillar un uno contra uno y aguantar con toda la sangre fria al delantero rival, que tenía todas consigo, y poco a poco le vas pareciendo un gigante, le quema el balón con los pies y no sabe que hacer, llendose abajo mientras tu te haces cada vez más, y más grande hasta que finalmente la tira al muñeco como puede , no la protege bien y aprovechas para quitársela o sencillamente de tanto pensar te llega a ti solo el balón y lo coges tranquilamente.

    Ese malsano placer, por decir uno de ellos, no creo que lo viva un delantero salvo un poco en los penaltys si es de los que "esperan".

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  • Kay 28 abril, 2012

    Idem con los paradones. Ese momento de gloria, de cuando tiran a gol y en el último momento, tras volar, despejas, y cambias el destino del partido., te levantas tranquilamente seguro de ti mismo mientras tus compañeros están euforicos y los rivales con el rostro desencajado.

    El portero no deja de ser el antihéroe. En parte placer malsano, en parte demasiado expuesto al peligro, las críticas y el fallo vital, en parte gran capacidad, aunque menos preciada, de incidir en los partidos.

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  • Kay 28 abril, 2012

    Por eso me extraña tanto esta ola de generacioens de porteros que son "buenos chicos". No se, no me encanja con los placeres y moméntos buenos de ser portero. Aparte de que lo veo contraproducente. Una portero necesita ser agresivo, estar caliéntes, actuvarse (y que mejor manera que picarse, desafiar y asi olbigarte a hacer ese esfuerzo de concentración para estar listo para responder con todo y sin bacilar los 90 minutos).

    En serio, es que no lo entiendo. Yo cuando juego bien es cuando estoy "cabreado", picandome con mis rivales, en caliente. No cuando estoy tranquilito y contento, que entonces todo va más lento, tu cuerpo reacciona peor y dudas más, precisamente en el puesto donde no tienes que dudar ni un momento.

    De hecho una de mis "poses " antes de que me disparen es, a la par que doy pequeños saltios para abarcar más y tener las piernas listas para el salto, hacer a la vez el gesto con las manos de "ven", tanto para tener las manos también en movimientos y calientes, como para autoobligarme a despertarme. Y es que en realidad pese a lo chulo y desafiante que parezca, lo hago más que por chulería por mantenerme bien activo y caliente.

    Por eso nunca entendere a los buenos chicos de las porterias. Para el portero el futbol es un duelo a muerte donde no hay posibilidad de rectificar ni segundas oportunidades. Pocas veces si la cagas aparece un defensa a sacar el balón en raya de gol. O aunque no la cagues.

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  • Kay 28 abril, 2012

    Y otro placer es cuando has hecho varios paradones ver como se hacen blandiblu los rivales al encararte y en vez de disparar intentan constantemente la jugada "del barcelona" para empujarla a puerta vacia. Lo cual lleva a otro placer, la anticipación, sobretodo en tu área. Tirarte como una fiera a interceptar el pase y dejar con cara de tonto al rival. Y a la vez ver como ya , dentro del área, tienen miedo a pasar e incluso a controlarla por que saben que si tardas un segundo más te abalanzaras sobre el balón o le encimaras.

    Bueno, y paro que me puedo tirar horas escribiendo sobre el temita.

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  • @migquintana 28 abril, 2012

    @Trouro

    Te lo ha dicho Kay. Es cuestión de personalidad. Hay que tener un carácter muy marcado para aceptar un reto que, en teoría, te tiene preparado más tristezas que alegrías. Cada gol encajado, cada vez que recoges el balón de tu portería, es un puñal que se te clave en el corazón. Y es totalmente igual si fue error tuyo o hiciste todo lo posible, te han batido, te han superado.

    @Kay

    Lo que tú comentas es totalmente verdad, Kay. El portero, por lo general, es un bicho enfadado. Debe imponer respeto, debe acojonar a su rival: su área es su casa… y nadie quiere invitados molestos que se quedan a la sobremesa. Mismamente, por citar un caso, cuando Casillas lo ha pasado peor a nivel personal por temas extradeportivos es cuando cuajó un Mundial fastuoso y bastante reivindicativo.

    Anyway, entiendo que haya ejemplos más afables. Lo que nunca entendería es un portero que estuviese cómodo en los grises… porque este deporte se lo tragaría sin masticar.

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  • @juandoo 28 abril, 2012

    siempre el portero expuesto a no fallar mas q cualquier jugador, x eso siempre me pareceran los mas valientes expuestos siempre y pocas veces se les valora como lo que son

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  • Kay 28 abril, 2012

    Juanddo:

    Si, pero gracias a esa tensión y concentración extremas y pender de un hilo, la euforia y satisfacción es mucho mayor cuando salvas el partido. El clásico cuanto más se sufre, si tienes éxito, más grande es la victoria.

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  • @ecosdelbalon 28 abril, 2012

    David León, cuenta tu anécdota con los globos y tu prima.

    Es importante que la Comunidad sepa de qué tipo de gente está compuesta.

    Respond
  • @DavidLeonRon 28 abril, 2012

    Gran artículo.

    No es la primera vez que comento que de muy pequeño era portero, bastante buenecito y vaya, las sensaciones que comentan kay y Miguel las conozco, así que puedo compartir algo.

    De entrada, me ha encantado la parte del artículo que habla del intercambio de saludos de los porteros. BRUTAL, sonreía cuando lo estaba leyendo porque me han venido mil recuerdos. En efecto, ese momento es totalmente íntimo, es algo así como un "estos cabrones no saben lo que es estar ahí solo, bajo palos… tienes mi respeto". Además, yo siempre tenía una actitud de respeto hacia el rival (parece obvio pero a esas edades no tanto). En un partido ante el clásico rival que cierra las clasificaciones con 0 puntos y mil goles en contra (todos hemos jugado contra ese tipo de conjuntos, los hay en todas las ligas), recuerdo que ganamos por 27-0. Al acabar el partido, me fui para el portero rival y le di un abrazo en señal de respeto. Solo entre porteros se puede saber lo DURÍSIMO que es eso.

    @trouro

    Por mi parte, no tenía idolos en la portería en aquellos momentos. Vamos, que ni Buyo, ni Zubizarreta ni nadie en especial me llevó bajo palos. En mi caso, yo detecté que tenía una facilidad enorme para reaccionar a los tiros y para estar cómodo en la portería, y la sensación de detener el balón, simple y llanamente, me gustaba. Y como jugador de campo no tenía nada, así que la portería era lo mío.

    @kay

    "Por eso nunca entendere a los buenos chicos de las porterias"

    Pero que enemigo de lo contemporáneo eres, Kay, de verdad ^^

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  • Kay 28 abril, 2012

    Quiero decir, por ejemplo la semana pasada hice un partidazo. Saque 1 balon que iba a la escuadra contraria a donde estaba con un espectacular vuelo, saque un trayazo que iba ajustado a media altura con otro vuelvo, en un rifirafe en el área para el balón 2 veces hasta la tercera hacerme con el, y en un pase de la muerte meti el pie en el último moménto rebañandosela al receptor. Aparte de paradas más normales, en parte gracias a que el que jugo principalmente de 9 es alguien a quien le tengo ya comida la moral y tiende a pensar y tirar fuerte y centrado (reventarla).

    No creo que el placer que senti el domingo pasado fuera equiparable al que podría haber sentido de haber hecho hat trick o marcar 2 golazos con regates y trallazos o desbordar continuamente al rival. A más tensión, más adrenalina y felicidad cuando triunfas sobre la adversidad.

    Respond
  • Kay 28 abril, 2012

    Como nota curiosa recalcar que ese ultrapartidazo que hice nacio de la rabia y mala leche que me entro cuando en los primeros minutos fui a despejar un balón, me resbale y un rival lo aprovecho. Lo cual da para hablar de otra cosita, que si no hubiera hecho ese ultrapartidazo salvándolo todo despues hasta parecer imposible batirme ese día, si "tan solo" hubiera evitado 3 goles posiblemente, pese a ya haber compensado mi error, hubiera quedado a ojos del resto como un partido mio agridulce……..Y es que ser portero es una injusticia, pero a cambio tiene su premio.

    Respond
  • @migquintana 28 abril, 2012

    @Kay

    Es que el partido perfecto no existe. Cuanto antes se aprenda esto, mucho mejor irá todo.

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  • @antoromega 28 abril, 2012

    Conozco a David desde pequeño y doy fe del talento perdido y no descubierto, por un Boada o similar, como cancerbero. En serio, TA-LEN-TO parador e intuitivo como Alves ( no recuerdo con los pies) y complicado sorprenderle desde chut lejano. Y qué pena David en lo que te has convertido ahora…un ser que le da miedo los tres palos aunque de central no lo haces mal.

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  • @Alvaz04 28 abril, 2012

    Yo como central tengo que decir que un portero puede variar completamente mi forma de jugar. Pero de forma radical, además. Eso es algo que muchas veces se obvia a la hora de analizar un portero, (por complicado claro) pero el efecto de un portero sobre su defensa (y viceversa supongo, pero no puedo hablar desde la experiencia) es tremendo.

    Gente especial los porteros, sin duda.

    Respond
  • @DavidLeonRon 28 abril, 2012

    @migquintana

    "Te lo ha dicho Kay. Es cuestión de personalidad. Hay que tener un carácter muy marcado para aceptar un reto que, en teoría, te tiene preparado más tristezas que alegrías. Cada gol encajado, cada vez que recoges el balón de tu portería, es un puñal que se te clave en el corazón. Y es totalmente igual si fue error tuyo o hiciste todo lo posible, te han batido, te han superado"

    Juer Quintana, deja de meterte en mi cabeza tío ^^

    Clavado. No sé si todas estas anécdotas las habré contado, pero es que molan mucho. En el campeonato de aquel año, 1996 creo recordar (fallaré fijo en la fecha), habíamos estado brutales, teníamos un equipazo y, salvo contra los campeones (que estaban en nuestro fase de grupos y nos habían dado candela), habíamos ganado todos los partidos y con autoridad. Nos veíamos ya en semifinales, que se jugaba estilo Final Four en un finde en el pabellón donde jugaba el equipo de Primera División (que ese año además jugó la mejor temporada de su historia y se metió en Playoffs me parece).

    Vamos, que era un sueño. Sueño que nos quitaron en la ronda de Cuartos cuando no lo esperábamos. En la primera parte nos fuimos ganando 1-0, con una actuación mía de flipar, parándolo tooooodo. Me quisieron hasta mantear mis compañeros en el descanso, pero vamos, que yo sabía que eso no se ganaba, lo intuía. Y así fue. Cada gol en la segunda parte fue un PUÑAL en mi corazón que aún lo tengoxD Y como dice Quintana, poco importaba que yo hubiera alargado el milagro, poco importaba la 0 responsabilidad tuya. Te querías matar con cada balón que cruzaba la línea.

    @Abel

    "David León, cuenta tu anécdota con los globos y tu prima.

    Es importante que la Comunidad sepa de qué tipo de gente está compuesta"

    Eres consciente de lo mal que ha sonado eso, no??

    Esta también es genial. La verdad que esta casi os va a gustar más. Pues nada, lo típico, reuniones en casa de los abuelos, con primos, tíos, etc. Si os fijáis, en las casas antiguas suelen darse mucho esos pequeños pasillos que conectan el salón (donde está la televisión, etc) con la sala grande, donde está la mesa comedor típica que abarca media casa. Pues bien. Ese pasillo tenía una apertura que simulaba perfectamente una portería, sobre todo para la edad que teníamos en ese momento. Cuando "los mayores" retiraban la mesa comedor, pues ahí veía yo mi posibilidad de continuar mi entrenamiento hacia el estrellato, claro
    B)

    El plan era claro: "Abuela, me das un duro para un globlo?" Salíamos corriendo mi prima y yo a por el globlo a la tienda de justo al lado (Anita se llamaba, espero que esa buena mujer siga viva), se lo dábamos a mi abuelo para que lo llenara y… el entrenamiento podía comenzar.

    Ustedes dirán: Bueno, ¿pero qué hacías? ¿Te tiraban disparos con el globo? Ni mucho menos. Yo iba más allá en mi entrenamiento. Mandaba a mi prima a meterle golpes hacia el techo al globo. El objetivo: El juego aéreo.
    http://1.bp.blogspot.com/__8DXejcB39s/TLhtO9P7shI

    Una y otra vez, golpe de puño, blocaje, golpe de puño, salidas… Yo sabía que la paella de los domingos en casa de mis abuelos no era una reunión familiar. Para mí era mucho más. Era un modo de continuar trabajando mi técnica en la portería.

    Con un globo de Anita, siempre.

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  • @antoromega 28 abril, 2012

    @DavidLeonRon

    Hay que decir, que las lesiones se han cebado con tu prometedora carrera deportiva. Aquella pretemporada en la playa donde tu rodilla derecha dijo basta. Te recuperastes ( dandote sesiones de fisio leyendo tu Marca, Mundo Deportivo,..sin comentarios) pero volviste a recaer en una simple pachanga. Fin. Duro para el fútbol español.

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  • @marcvior 28 abril, 2012

    Qué gran artículo! Creo que ya he comentado alguna vez que yo fui portero… de hoquei patines. Aun así, los locos, estamos igual de locos en todos los sitios y me siento totalmente identificado con todo lo que se dice aquí. Yo no pegaba patadas al palo, yo les daba con el stick: derecho, izquierdo y travesaño.

    De todos modos, creo que los porteros somos iguales en todos los sitios. Tipos raros a los que nos gusta saber que no tenemos salvación, que no ha y red, que jugamos al borde del precipicio. Y lo jodido es que nos gusta estar ahí, nos gusta recibir los golpes, nos gusta no tener margen de error.

    El portero es el único del equipo que necesita poco o nada para ser villano y, en cambio, necesita demasiado para ser el héroe. Mirad el otro día Neuer. Para dos penaltis imposibles y los flashes se los lleva Schweinsteiger que sólo transformó el suyo. Y lo jodido es que a veces, ser el villano no es ni tu culpa. Hay veces que los defesas deciden que no van a estar en su sitio, que no van a cortar ese balón y tu te quedas sólo ante el peligro. Si la paras, es tu jodido trabajo. Si no lo paras, "tío, no paras nada, eres malísimo".

    Cuando jugaba, jugué en las mejores pistas de Catalunya con un equipo de mierda dónde, para qué no decirlo, el único que podría haber llegado a jugar más allá de la última división era yo. Salir de la pista con 13, 15 o 20 goles en el marcador, llorando de pura impotencia y que te llegue el entrenador contrario y te diga que no lo has hecho mal… te lo miras con una mezcla de "no me toques los cojones ahora, bromas las justas" y "joder, hay alguien que ha visto lo mismo que yo". Eso no tiene precio. Lo jodido es que si de esos 15 goles, tú te has comido 4, en el vestuario o en el entreno ya se encargarán de recordártelo esos cabrones que fueron incapaces de dar medio pase seguido. Esos que te dejaron sólo en un 3 para 1 y que tú sacaste 2 pero la tercera ya era imposible.

    Hablabais de chulería, yo no creo que el portero tenga que ser chulo, lo que si creo es que tiene que parecerlo. Yo en los 1 para 1 y en los penaltis siempre sonreía. Siempre. Era una manera de pasar toda la presión al jugador.

    ps: había escrito un mensaje mejor pero al connectarme al twitter, sólo ha quedado el primer párrafo ¬¬'

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  • @migquintana 28 abril, 2012

    @DavidLeonRon

    Por si alguno no lo tenía claro ya, es evidente que David León nació para ser portero. Está muy grillado, sí.

    Respond
  • @antoromega 28 abril, 2012

    @DavidLeonRon

    Por favor, ni el mismisimo Bruce Lee hacia entrenamientos tan específicos de coordinación, reflejos y precisión como los tuyos utilizando los vaivenes de los globos de tu prima.

    Respond
  • Kay 28 abril, 2012

    David. Y lo que más jode es cuando el partido se desboca, que sueles hacer por activación más paradas, pero también te dejan más situaciones injustas (2 VS1 ect…) donde para el resto "es un gol más" pero para ti no.

    Igual que cuando no llegas a un balón por cm, o peor, lo rozas pero no lo suficiente para desviarlo. O cuando te quedas sentado pensando si podías haber llegado a ese balón,……

    Yo por mi parte, aunque no fuera mi mejor partido (tampoco hice tantas paradas la verdad, 4 en concreto) recuerdo con especial emoción un partido que fue lo más peliculero del mundo y tuvo de todo. Yo motivadísimo (si, como no por una chica) en la final (futbol playa) impecable actuación pero me marcaron un gol tras pillar el segundo rechaze. nada qeu reprochar…en teoría. Para mí el desánimo era enorme, ya os podeis imaginar el por que,encima aumentado por la presencia de la chica claro. Último minuto, todos arriba en un corner. El balón va a mi, me dispongo a cabecer con todas mis fuerzas……..y me rebota en la nuca , con la acojonante suerte de que cae a los pies de un compañero para que la empuje.

    A los penaltys.

    Allí tenía ya de por si las de ganar, tu con la esperanz y confianza recuerada y el rival a lreves. Asi que con el ego por las nubes no tuve otra idea que que señalar antes del primer penalty a la chica en cuestión. Y no soy para nada un parapenaltys, al reves. Pero ese primer penalty me tire a lo Neuer a la derecha y lo saque (soy de complexión similar la verdad) .La felicidad que senti tremenda. Los otros dos penaltys no tienen mucha historia dado que los rivales estaban hecho caquitas (uno tirado fuera y el otro tirado lentamente pero en el mal sentido).

    En fin, que hubo de todo, tragedia y comedia con final feliz y hasta con amor. Por que de hecho esa chica acabo siendo mi novia y la verdad es que fue (y es) una persona muy importante para mí. Asi que yo a ese partido siempre lo llamo "El partido de mi vida". Aunque salvo por un penalty decisivo solo fueron 4 paradas y solo una "GRANDE". Cosas de futbol.

    Respond
  • @migquintana 28 abril, 2012

    @Marvior

    Eso que has comentado me pasó a mi en unas de mis temporadas en fútbol sala. Llegué y el equipo estaba en la segunda mejor división de Madrid (si la memoria no me engaña y no ha querido alterar la historia), ese año jugamos ante Boomerang y en su campo me llevé 13 goles. Que recuerde esa situación por encima de las más positivas de ese año, define bien a las claras lo que es pensar como portero.

    Ese año choqué rodilla con rodilla contra un delantero-rinoceronte y aún pago las consecuencias. Por suerte ahora estoy volviendo a disfrutar una barbaridad con mi equipo, tengo unas ganas tremendas de que llegue el próximo sábado y dar la palmadita del ganador al otro portero. ^^

    Cómo nos mola contar batallitas, madre mía. 😀

    Respond
  • @DavidLeonRon 28 abril, 2012

    @marcvior

    "Lo jodido es que si de esos 15 goles, tú te has comido 4, en el vestuario o en el entreno ya se encargarán de recordártelo esos cabrones que fueron incapaces de dar medio pase seguido"

    Jajajaja, de verdad, lo que estoy disfrutando con esta entrada. Me estáis haciendo viajar en el tiempo.

    Tal cual. Los compañeros raramente empatizaban contigo. No era una culpa directa, claro, pero…

    Eso sí, como contaba antes, cuando se daban casos flagrantes como ese 1-0 mantenido casi por ti en exclusiva, ahí si venían a jalearte y endulzarte el oído. Y lo que te salía no era otra cosa que "anda, dejadme en paz"xD:p

    @antoromega

    Qué mamón. Ten amigos para esto.

    @migquintana

    ¿Pero a que me entiendes? ^^

    Respond
  • Kay 28 abril, 2012

    Es que eso es lo más duro. El poco reconocimiento que tienes. ¿que ganais 1-0 con 4 paradones tuyos y un golazo de un trayazo de otro que tampoco es que haya aportado mucho más? La gloria para el y para ti un "has hecho muy buen partido".

    ¿que haces un partidazo pero perdeis pero que has tenido ya no 2 fallos, si no semifallos, en plan "podías haber hecho más"? Nada de reconocimiento.

    En fin. Cosas que hay. Y lo peor es eso, cuando haces un partidazo y aun asi acabas goleado. Recuerdo una final de un torneo de bares, primera parte ibamos ganando solo por mi, mientras me acribillaban. Segunda parte tras encajar un gol sin culpa deciden "echarse palante" a lo kamize y ya se convierte eso en la locura. Te llegan en 30 minutos 30 veces en 1 VS1, 2Vs1 o ¡ hasta 3vs 1 varias veces por que cada vez se lanza más al ataque "para remontar" y te paras 24 de los 30 tiros, en situación todas de 1 VS1 y de esos 6 cuatro son de rechace tras primero parar. ¿y que hay despues para ti? Felicitaciones tibias . Al menos ese día tuve la suerte de que estaban esperando para jguar otros de un liga local y uno de los equipos hablo conmigo para ficharme, lo cual te hace ver que si, que pese a todo si, hiciste un gran partido.

    Que es que es lo fuerte, que a veces hasta te pones a pensar si has hecho un partidazo o no. Pero igualmente me repatea más cuando se llevan la gloria los atacantes a poco que hagan, sin importar que sin tu actuación su gol hubiera valido una mierda por que os hubieran metido media docena.

    Respond
  • @DavidLeonRon 28 abril, 2012

    @Kay

    "David. Y lo que más jode es cuando el partido se desboca, que sueles hacer por activación más paradas, pero también te dejan más situaciones injustas (2 VS1 ect…) donde para el resto "es un gol más" pero para ti no"

    Y da igual lo que hagas, lo que grites, lo que sientas: Ellos van a pasar de tu rabia y tu instinto asesino. Definitivamente, estás solo.

    Respond
  • @migquintana 28 abril, 2012

    @DavidLeonRon

    Se lo preguntas a alguien que esta temporada ha jugado partidos con una camisa con cuello por debajo de la equipación. Y en Ecos hay lectores que son compañeros míos en el equipo que pueden confirmártelo. Pero vaya, que si quieres te digo si te entiendo o no… :)

    @Kay

    Pero eso es lo que hay. Llevarás muchos años jugando para saber como funciona el sistema de críticas y alabanzas tanto en un equipo de fútbol como en el gran grueso de la opinión pública. Yo la verdad es que lo disfruto, el portero que requiera de la aprobación del resto para confiar en sí mismo… mal le va a ir. Las dudas no caben en este oficio.

    Y bueno, en lo que si estoy contigo a muerte es en esos 30 minutos. El equipo va perdiendo merecidamente y, claro, la opción más natural es desconectar del partido jugando al ataque. Luego te dicen: ''Bueno, es normal, el partido estaba decidido''. Pero tú mientras tragabas lodo y el sufrimiento no se detenía. El que recoge los balones de la portería no es el equipo, sino el portero.

    Respond
  • unoMás 28 abril, 2012

    Vaya psicodrama tenéis montado.

    No habíamos quedado que de portero se ponían los que eran pésimos jugando y/o los últimos en tocar el poste tras recibir gol¿? 😉

    PD: Genial artículo Miguel. Porteros bordes/chulos que más rindieron: Khan, Cañizares y sobretodo VV. Porteros simpáticos/amigos de los niños que fueron únicos: Buffon, Casillas y sobretodo Neuer. Puto término medio: Cech y Julio Cesar.
    ¿?

    Respond
  • @acobrerosf 28 abril, 2012

    Excelente artículo.

    Sobre le tema de porteros tengo una pregunta. En balonmano se caracterizan por estar absolutamente locos, pero vamos, yo diría un paso más allá de la esquizofrenia… Fijaos si es así, que entreno además un equipito de benjamines y el que mejor lo hace de portero está como una putísima cabra.

    ¿Es igual en fútbol/resto de deportes?

    Respond
  • @migquintana 28 abril, 2012

    @unoMás

    Maximum Trolling. ^^

    A mí la gestualidad de Víctor Valdés me encanta. El otro día en la Champions, todo el equipo estaba concentrado y él estaba con esa mueca chulesca en la que deja abierto medio lado de la boca. De verdad, brutal, lo debería enseñar los entrenadores de fútbol base a sus porteros. Lo que es muy sorprendente es que él odiara ser portero, como quedó claro tras ver el Informe Robinson.

    P.D: Y sí, kay está un poco melodramático. ^^

    @acobrerosf

    Evidentemente yo no tengo ningún miedo al balón, pero recuerdo que cuando en el colegio tocaba jugar al Balonmano y yo me ponía de portero… buff, ponía una velita a cada santo y rezaba en arameo. No me extraña nada esto que comentas o lo que ha dicho antes marcvior con el hockey patines.

    Respond
  • @DavidLeonRon 28 abril, 2012

    @migquintana

    Madre mía, madre mía, madre mía… totalmente. Ser portero de balonmano me aterraba en el instituto. Y claro, como nadie sabía jugar, no había defensas y ahí se tiraba impunemente cada misil… Me encaja totalmente la locura máxima del portero en esta disciplina.

    PD. Yo no sé si a Valdés no le gustaba ser portero o la tensión del puesto y el club. Todo va unido, pero no es exactamente lo mismo.

    Respond
  • @antonioleonro 28 abril, 2012

    ¡Vaya, vaya!

    No esperaba reirme tanto con un artículo y comentarios de Ecos. Supongo que está pensado que en una semana de depresión para la mayoría de los aficionados (Bayern, Chelsea, Guardiola) vuelva una sonrisa. Además han vuelto los recuerdos de aquellos fines de semana que llevaba a mi David a los diferentes campos. Y de verdad, (no es amor de padre), era un portero con unos reflejos extraordinarios.

    Respond
  • El Kun 28 abril, 2012

    Yo de portero tengo una anécdota:

    Con diez años absorbía todo lo que tuviese que ver con fútbol. Todo. Hasta conceptos de portero. Aquel año, cuando todavía mi hermano menor me idolatraba, decidí que el tenía que ser portero, y me pasaba todas las tardes pateando en un parquecito que teníamos en la casa, en el espacio de los columpios que simula una portería, y el tratando de evitar goles. Cada disparo venía seguido de un consejo: "Ponte en punta de pies" , "Tratar de blocarlo", "Usa los puños", "Flexiona las rodillas para estar listo para saltar", etc, etc, etc.

    Logré hacer de él un portero más o menos competente, y, de hecho, en las finales de los intercursos, expulsaron al portero de su equipo, el fue a portería y atajó dos penaltys. Eso sí, mandó el de él al palo.

    Respond
  • Kay 28 abril, 2012

    unoMas:

    Eso solo marcaba al portero ocasional que se iba turnando. Lo normal es que de pequeños todos quieran ser mediapunta o delantero, pero que toque que se vayan poniéndo de portero, hasta que uno tiene cierta calidad innata, le ve el gustillo y su gloria y decide quedarse.
    Acobrerosft:

    Hombre, es que hay que tener una personalidad muy especial. Un poco sadomaso sabes? Si no lo normal es mandarlo a tomar por culo, y suponiendo que tengas calidad.

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  • @ecosdelbalon 28 abril, 2012

    "Con diez años absorbía todo lo que tuviese que ver con fútbol. Todo. Incluso conceptos de portero."

    Achicabas en mediocampo como Higuita, Kun?

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  • @marcvior 28 abril, 2012

    @acobrerosf
    Absolutamente sí. Para ser portero hay que estar loco. Los de balonmano y fútbol sala son los peores, seguramente seguidos por los de hoquei patines (que sí, que van hiperprotegidos, pero en uno de mis últimos partidos me chutaron a los testiculos y sólo recuerdo mandar la bola fuera la pista y caer. Uno de ellos tardó un par o tres de horas en volver a su sitio, no se lo deseo a nadie, la verdad… Y eso con protección eh!). El simple hecho de "meter la cara dónde otros meten el pie", cómo dice el artículo ya denota un cierto problema mental importante xD

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  • @acobrerosf 28 abril, 2012

    @marcvior

    De echo, nunca olvidaré un partido contra el desaparecido Ciudad Real cuando mi desaparecido Algeciras estaba en Asobal hace unos años. Lanzamiento de 7m por parte de Coelho, nuestro mejor jugador con un brazo impresionante y que fue pichichi ese año en ASOBAL, en la portería Sterbik el portero más DIOS que he podido ver en directo.

    Flipando me quedé cuando Coelho hizo un lanzamiento durísimo a la altura de la cara un poco hacia la derecha, a Sterbik no se le ocurre otra cosa para pararlo que PONER LA CARA!!!! La rozó con el flequillo y no pudo pararlo, pero su intención fue esa, pararla con la cara a unos 3 metros de distancia (el lanzamiento es de 7m y el portero suele adelantarse 4m de la línea de gol) al jugador cuyo lanzamiento rozaba los 100km/h…

    Hay que estar tan loco… por eso es el mejor portero del mundo y uno de los mejores de la historia.

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  • @danidelacuesta 30 abril, 2012

    Llego tarde, muy tarde, y Quintana me va a matar, pero allá voy que me lanzo.

    @trouro
    ¿Qué le pasa al niño que quiere ser portero o árbitro?
    Esto es algo que me atormenta. En serio. He sido portero desde que tenía 6 años, no recuerdo haber jugado de jugador más que en un par de ocasiones muy puntuales porque, o jugábamos contra un equipo muy malo y me ponía pesado o hacían conmigo un Clemente con Molina. Cuando mis entrenadores en prebenjamines insistieron en que me hiciera portero (era obvio que era la posición que mejor se me daba, no es que fuera horrible con los pies), lloré muchísimo. No quería. Racionalizándolo de adulto, imagino que era una manera de expresar que quería jugar. Ser portero es una cosa seria, uno no puede jugar como tal siendo portero. Todo lo contrario, tanto porteros como árbitros son quienes le ponen reglas al juego, quienes "deciden" si lo que hacen los demás es válido o no para hacer gol, quienes deciden -en cierto modo- si un tiro es bueno o malo.

    ¿A qué niño le puede gustar eso? Es francamente horrible.

    En cambio, una vez lo asumes, te das cuenta de que es una responsabilidad grandísima. Yo lloraba (sí, lloraba mucho de pequeño) cada vez que me metían un gol, pero eso solo servía para, como dice Kay, activarme más y más. No fue hasta los 12 años, que empecé a acudir a las escuelas municipales, cuando empecé a hacer entrenamiento muy específico de portería y le cogí el gustillo a eso de parar.

    Sí que hay una cosa muy cierta en lo que comentáis sobre los porteros. Somos los más diferentes sobre el campo. No hablo solo de profesionales, hablo de todo el rango. Fijaos que hay pocos puestos en el terreno de juego que tengan un comportamiento tan unívoco como la portería. Tenemos que evitar goles, sí, pero hay una sola forma de hacerlo bien, no hay lugar -apenas- a la creatividad o a la innovación. Hay que parar. Punto. Quizás solo se parezcan a nosotros los delanteros centro, esos 9 que tanto nos suelen gustar a los ex-porteros. Además, somos la base de la pirámide de los fallos, donde su gravedad es mayor, donde la responsabilidad es abrumadora. Como decía, de esto es consciente un portero desde que es niño y eso pesa mucho sobre su carácter. Creo que, desde que no juego de manera federada, mi carácter es más dado a desmoronarse e, incluso, me cuesta más sobrellevar responsabilidades.

    Tengo multitud de recuerdos agradables, pero casi todos incidís en que lo que se le queda un portero son los malos recuerdos. Es algo bastante curioso y concuerdo. Le sumo algo. No solo se quedan los malos recuerdos, a mí también se me han quedado los recuerdos malos que fueron menos malos gracias a mis compañeros de equipo. Aquellas remontadas en partidos en los que uno ha fallado, eso es imborrable. En lo de las goleadas no os puedo decir mucho, pocas veces las he recibido, muy pocas veces y en circunstancias normalmente extrañas, siempre jugué en equipos aguerridos (?).

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