Montainer desempolvó para el Bernabeu la pizarra empleada 19 jornadas atrás frente a los blancos y puso sobre el tapete a una Real Sociedad con reminiscencias de aquella que en la primera vuelta vagaba sin rumbo. La tiza del galo volvió a confundir los caminos y dibujó a Griezmann y a Xabi Prieto lejos de su cal, tornándose ésta más blanca que nunca ocupada por los madridistas. Muy perdido se debió encontrar el quinteto de la zaga realista para que, entre tanta sinrazón, Higuaín hallara el sentido de su fútbol. Partiendo de la banda cual velocista que el partido necesitaba, el Madrid sumaba efectivos al tiempo que la Real acumulaba errores en cadena.
Por su parte, la pieza fundamental de la cadena de montaje del Real fue de nuevo Benzema, tejiendo por fuera e hilando por dentro, con Xabi Alonso en el engranaje para trazar, tras recuperación, el pase decisivo para la contra perfecta. En la definición, Cristiano, soberbio, brillante y determinante. Ni los cambios dieron la vuelta a un partido condenado a evocar tiempos pasados, pero con desenlace dispar para ambos. La Real continúa achacando su mayor dolencia a una falta de competitividad endémica y el Madrid le hace un jaque con un 5-1 que pone los peones en su sitio. Los de la ida y los de la vuelta.
Rafa 26 marzo, 2012
Totalmente clavado el análisis. Mismos sistemas en ambos equipos y la única diferencia fue que Higuaín tardó dos minutos menos en abrir el marcador, lo que unido al hecho de venir de dos pinchazos dejó el partido listo para hacer sangre. Lo bueno que tiene el alinear a Benzema en lugar de Ozil es que es tan inmenso que te permite jugar a la vez con dos delanteros y con dos enganches, y teniendo a un delantero como Higuaín por delante hace que se desate aún más su producción de jugadas.
Además de los tres mosqueteros blancos, me quedo con Kaká. Se movió por todo el ancho del campo en una clase magistral dedicada a Ozil. No volverá a ser el rey de su posición, pero se le sigue disfrutando en los partidos de casa.