Una zaga culé muy justita y un golpe de fútbol blanco bastaron al campeón de Liga para voltear la Supercopa en cosa de 30 minutos. Ha sido un torneo divertido, pero de menos nivel que el del año pasado

Mientras perduren los proyectos actuales en Chamartín y Can Barça, el equipo azulgrana, por su estilo, tendrá ventaja en el mes de agosto; a menos que los merengues modifiquen su pretemporada para evitarlo como hicieron el año pasado.

Se viene el primer gran Clásico del año y, como en todos, habrá cosas en juego. En esta ocasión, una Supercopa de España y el titulillo que hoy para poco sirve pero todos quieren de mejor equipo del momento, que permanecería en vigor hasta el 7 de octubre.

Tito Vilanova recibió una plantilla extraordinaria, quizás la mejor, pero no por ello perfecta. En otro tiempo, sus pequeños déficits hubieran tenido una importancia relativa o nula. Hoy, con títulos de Liga fijados en 100 puntazos, no se pueden ignorar.

Seydou Keita terminó siendo un futbolista muy infravalorado. Aquel centrocampista de dinámica constante, despliegue impactante y optimismo ante el gol, quedó sepultado por el virtuosismo general.

Campeona de Europa y del Mundo, España era la obvia máxima favorita. Incómoda ante Italia y superada ante Croacia, el inicio no fue ilusionante. Se clasificaron, llegaron los partidos importantes y compitieron.

Estuvieron todos los que son. Los de hoy, los de ayer y también los del primer día. Incluso los de mañana. La Selección de Luis Aragonés y Vicente Del Bosque se convirtió en el mejor combinado nacional de todos los tiempos de manera idílica,

Ha pasado tanto tiempo que apenas recordamos lo que sentimos aquella primera vez. Han pasado tantas cosas que ponerse a hacer memoria no serviría para nada. Nuestra forma de pensar ya no es la misma,

Entre himno e himno, los rostros de dos nombres resonarán entre millones como baluartes para guiar a sus países al título. Andrea Pirlo “Cassidy” y “Sundance” Xavi son dos hombres frente a un mismo destino: ganar la Eurocopa, sí, pero a su manera.

Tenía que quedar 0-0, cualquier otro resultado habría ensuciado la historia. La primera semifinal de la Eurocopa de Polonia y Ucrania enfrentaba a las dos mejores defensas del torneo. A las dos más diferenciadas, también.

No defraudó. No hicieron falta goles para vivir un partido riquísimo en detalles, mejor jugado de lo que transmitió en un primer momento, con alternativas y actuaciones memorables. Pasó España porque fue mejor a una Portugal