Garitano y once bufandas | Ecos del Balón

Garitano y once bufandas


El Athletic Club de Bilbao iba a jugarse el pase a las semifinales de la Copa del Rey, a partido único y frente al Fútbol Club Barcelona, un rival que es y fue superior, al menos durante toda la segunda mitad. Es por ello que, mediante un acto subliminal, su forma futbolística adquirió los modos de su afición para conformar un largometraje corporativo de enorme impacto y competitividad. Así, el plan de Gaizka Garitano simuló las más de 50.000 bufandas que se plegaron y se desplegaron durante 94 minutos. En campo contrario, el equipo bilbaino se agitó al viento, zarandeado, sin descanso y moviéndose en círculos, emulando los movimientos con los que una bufanda gira como una carraca en el cielo. En campo propio, el efecto contrario, mostrándose como un equipo estirado en horizontal, a modo de barrera de tela que los aficionados agarran cuando suena el himno, tupido y contenido ante Lionel Messi. El premio a tan simbólica incondicionalidad llegó cuando Iñaki conecta un cabezazo y hace estallar el imponente estadio de San Mamés, hogar de quien puede ganar la Copa 36 años después.

Como en general suelen ser los Athletic-Barça jugados en tierras vizcainas, ambos fueron superiores al rival sin que ello signifique que el contrario esté ayudando a ello. Cuando un equipo, movido por un objetivo mayúsculo, que no incumbe a 11 o 14 futbolistas, sino a toda una ciudad, se pone a presionar sin freno durante muchas fases de la primera mitad, la lectura no discurre por lo que deja de hacer, en este caso, el Barça de Quique Setién. Errar es parte del plan; aceptarlo y resistir, hacerse competitivos. Por otro lado, cuando los culés toman decisiones, llegado el descanso y jugando a un ritmo más bajo, metiendo en el área a su rival, no debe concluirse que el Athletic fue un equipo deshinchado y conservador, incluso si esa fue su decisión. Visto con perspectiva, cuando la presión es incesante en los primeros y la circulación es lúcida en los segundos, toca estar vivos cuando el pájaro vuela, pues la efectividad en las áreas gana importancia y se hace juez en un deporte con porterías.

En la primera mitad, al Athletic le sentó mucho mejor el ritmo del choque

Es la presión a toda cancha, hombre a hombre y gota a gota, la que va a condicionar el ritmo del encuentro y la sucesión de los acontecimientos. Es una noche más emocional que táctica, y Garitano va a poner a prueba a propios y rivales para comprobar cómo encaja y asume la salida de balón del Barcelona semejante pressing. Emparejando efectivos sobre la medular blaugrana, el Athletic fuerza el pie de Marc André ter Stegen, al que deja sin línea de pase clara durante varios segundos en cada inicio del juego. Aunque Setién insiste en clavar a dos hombres abiertos sobre la última línea, la primera conexión del Barça no le va a permitir en muchas ocasiones ver el juego de cara y establecer un juego posicional clásico derivado de una salida con superioridad numérica y precisión en las conexiones. Es clave lo que van a hacer Ander Capa y Yuri Berchiche, pues ellos impedirán la salida lateral en un duelo de homólogos con Alba y Semedo, exponiendo la incapacidad del Barça para amenazar al espacio si un giro individual o un primer toque fantástico libera a un hombre y produce alguna transición ante los últimos hombres de la zaga local. La bufanda rojiblanca, ondeada al viento.

En esa primera batalla, se suceden pérdidas e interrupciones, mezclándose con otras situaciones donde el Barça gana un hombre más en el segundo escalón, da dos pases horizontales y encuentra al tercer hombre sobre el que cruzar la divisoria y volcar el juego hacia una zona más libre. Cuando esto ocurre, Garitano y sus hombres activan la segunda parte del plan: la bufanda estirada, de mano a mano. La fase defensiva bilbaina toma la decisión de eliminar todo espacio entre líneas, dando tiempo al pasador y nulo espacio al receptor: no hay metros a la espalda de Yeray e Iñigo ni en la retaguardia de Dani García y Mikel Vesga, haciendo de Messi un mediocentro en la práctica, expulsando y eliminando los escalones de la circulación culé, a cambio de transitar menos y lanzar al espacio a un Williams que ya siente con naturalidad ser, al mismo tiempo, el muelle que estira y el marco que ensancha los ataques. Por tramos, Athletic y Barça se van midiendo de un campo a otro, trasladándose una iniciativa que, en el cómputo, ve al Athletic seleccionando los ritmos del partido. Algo que el Barça va a cambiar.

Los cambios de Setién hicieron efecto: el Barça pasó a dominar con Messi oxigenado

Setién va a meter a Antoine Griezmann y Arthur Melo, y va a matizar su juego de posición por un juego de compensación ante la ausencia de delantero centro y extremos. La lesión de Piqué mediada la segunda mitad le va a restar margen de maniobra al no poder dar entrada a un Vidal pensado para completar el plan, por lo que va a ser Frenkie de Jong el encargado de separarse de Arthur en el eje horizontal y meterse entre Iñigo y Yuri para sujetar dicha línea, picar en ese intervalo y darle a Messi una diagonal visual hacia Griezmann y Jordi Alba. La circulación del Barça va a fluir, sobre todo por el buen trabajo de un Griezmann dinámico, por momentos sofisticado variando sus movimientos, muy relacionados con el oxígeno que Messi estaba perdiendo al jugar de falso ‘9’ en los primeros 45′. En un plan más asimétrico, con De Jong haciendo de ‘Vidal’ y Antoine multiplicando los papeles de ‘Suárez + Fati’, el Barça se hizo dueño de la iniciativa, de la idea de partido. Su continuidad ofensiva aumentó gradualmente, recuperó bien el esférico y rozó la ocasión definitiva ante un Athletic que viene demostrando que su defensa del área, al limite, apenas tiene agujeros. Con el reloj muriendo, y haciendo de broche de una Copa que se imaginó para fomentar y dar sentido competitivo desde el formato, Iñaki Williams, que ya estaba acompañado de Ibai y Aduriz -un centrador más dos rematadores-, vio a Garitano pegar saltos y lanzar los puños al aire, espacio en el que coincidió con miles de trapos a los que honró metafóricamente para soñar con levantar la Copa del Rey.


16 comentarios

  • thebues 7 febrero, 2020

    ¿Por qué no está consiguiendo el Barcelona que De Jong y Griezmann, jugadores de nivel bastante contrastado, estén marcando diferencias con cierta regularidad? Ojo, en global, no lo están haciendo mal. Pero a jugadores de esa talla siempre hay que pedirles más.

    Es un tema que está empezando a adquirir una importancia decisiva. Con la baja de Suárez, el Barcelona necesita que luzca Griezmann. Ya no basta con que se trate de adaptar a una delantera consolidada formada por Suárez y Messi. Ahora necesita que Griezmann y Messi generen esas sinergias. Y, de forma algo similar, en un Barça que quiere ser lo que Quique Setién cree, De Jong ha de ser un jugador diferencial.

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  • Carlos 7 febrero, 2020

    Recuerdo que nuestro querido Abel Rojas siempre decía que muchas dinámicas negativas vienen después de partidos donde se perdió, pese a merecer ganar.

    El Bar¢a ha tenido 2 derrotas así de dolorosas en menos de 30 días, que han significado perder 2 títulos.

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  • Asier Harro 7 febrero, 2020

    Gracias por el texto Alejandro, no se puede mezclar mejor forma y contenido. El primer párrafo y la metáfora elegida son una maravilla.

    Hablando del partido, al inicio tenía dudas de durante cuánto tiempo mantendría el Athletic la presión a los primeros pases del Barça. La falta de amenaza al espacio de los culés invitaba a prolongarla mucho, pero si no había un chute emocional (gol a favor, portería a cero, grada encendida) que incentivara los esfuerzos, pensaba que no iba ser sostenible para gente menos exuberante en lo físico y castigada por el kilometraje acumulado en el último mes (Raúl García y Muniain, sobre todo). Además, el emparejamiento de puntas con centrales + Muniain con Busquets obligaba a ajustes entre Dani García – Capa y Yuri – Vesga con el central de su lado para que no hubiera una recepción blaugrana libre de peaje. Enorme el partido de Núñez en las persecuciones a Messi y en los duelos individuales, dando sentido a todo lo anterior. Los catalanes sólo pudieron activar con regularidad al tercer hombre en posición de centrales, quedando luego estos en un pasillo donde sólo podían ir hacia adelante y lanzar a Ansu Fati o Sergi Roberto en duelo directo contra Yeray e Iñigo.

    Por otro lado, el aura que va cogiendo Unai Simón es de tener en cuenta. Los años servirán para corregir su toma de decisiones en balones divididos y otras lagunas que tiene actualmente, pero me parece importantísimo que un portero se sienta salvador e intimidante para que su techo se eleve. Intervino en ese rato del segundo tiempo donde mejor estaba saliendo y amenazando el Barça, con un Griezmann que permitía y desencadenaba jugadas a partes iguales y un Messi que en directo transmite cosas que no sé poner por escrito.

    Bendita sea esta nueva copa. Que no nos la roben nunca.

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  • Balotelli8 7 febrero, 2020

    Preciosa la metáfora del primer párrafo, Arroyo. La verdad es que esa imagen que dejó la realización del partido al terminar fue realmente inspiradora, un resumen de lo que es el fútbol y más concretamente de lo que es en la ciudad de Bilbao, con el equipo rendido a la grada mientras miles de bufandas ondeaban entre el público, con el campo entero emitiendo un grito atronador. Casi diez minutos después de sonar el silbato, la televisión intentó entrevistar a pie de campo a Busquets, y era imposible escuchar una sola palabra de lo que decía el futbolista al micrófono, por la cantidad de ruido que emitían las gradas… ¡para celebrar una victoria en cuartos! Alucinante es decir poco.

    Me encantó ver la alegría de San Mamés y el agradecimiento al sacrificio de su equipo. La segunda parte fue un ejercicio de resistencia y resiliencia continuo de los vascos, que mentalmente habría sido imposible de mantener sin 50.000 gargantas gritando de fondo, y si en la mente de los rojiblancos hubiera existido pensar en que habría partido de vuelta. En estos tiempos en los que el factor campo prácticamente ha desaparecido, como muchas veces hemos hablado en contexto champions, ayer el nuevo formato de Copa y San Mamés nos regalaron una pasión que parecía cada vez más desaparecida en este deporte; sustituida cada vez más a menudo por el forofismo, la estadística, la globalización y lo superfluo. Ayer La Catedral fue una oda al fútbol, tanto en el campo como en las gradas.

    Y precisamente el fútbol es lo que es porque se puede jugar de muchas formas, y se puede ganar de tantas otras. El partido del Barca, en la segunda parte, fue casi inmejorable. Setién apostó por mantener su idea de juego por encima de lo que muchos entendíamos que pedía el partido, que era la figura de Vidal enfrentándose a los tres centrales vascos, ante la ausencia de un nueve en el once blaugrana. Esa habría sido, por así decirlo, la "vía rápida" hacia lograr un resultado; pero las decisiones de Setién me parecieron querer reforzar la idea de crear un sistema, una identidad, que habría salido muy reforzada en caso de que hubiera entrado cualquiera de las dos o tres ocasiones claras que sacó Unai Simón a bocajarro. Y en parte creo que la decisión de Setién es coherente: el Barca ahora mismo necesita un modelo, no resultados. Valverde tenía resultados, y eso no fue suficiente; Setién busca otra cosa y como en toda apuesta, la moneda puede caer de cualquiera de los dos lados. Tras el partido de ayer, el Barcelona sale con una competición menos en la que luchar, pero a mi juicio reforzado respecto a que los jugadores sigan la idea de Setién.

    Por último, mencionar el grandísimo trabajo táctico de Garitano en su esquema con tres centrales. El año pasado la liga nos regaló muchas propuestas con este tipo de esquemas, pero ninguna trabajada con tanto éxito, ni tan buenas piezas, como la de este Athletic. La forma en la que Yerai, Unai e íñigo se juntan o se separan según lo que necesita el equipo, y la seguridad con la que cada uno puede abandonar su zona sabiendo perfectamente como los otros dos van a bascular, creo que está estudiadísima. Y eso añadido a unos carrileros que están interpretando perfectamente cuándo y cómo tienen que formar una línea de 5 muy estrecha, o cuando tienen que ser "centrocampistas" muy abiertos para presionar. Un gran trabajo ahí, muy coherente además con el hecho de que con estas piezas y la dificultad del Bilbao para acudir al mercado, los rojiblancos tienen más fácil competir desde la seguridad atrás que desde proponer con el balón.

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  • seaworld 7 febrero, 2020

    Voy a ser breve.
    La base de un equipo en salida de balon no puede ser el portero.
    En un equipo la jerarquia de juego no puede cambiarse de messi a ter stegen.

    Bueno , vi a un de jong algo reconocible.

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  • AArroyer 7 febrero, 2020

    @Asier @Balotelli8

    Muchísimas gracias a los dos :)

    No se nos puede escapar este formato de Copa. No puede volver al anterior. Por fin adquirió sentido y se hizo grande.

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  • AArroyer 7 febrero, 2020

    @theblues

    Yo creo que el nivel de De Jong no estaba tan contrastado como para no sufrir en su aterrizaje en el Barça, que no quiere decir que no es tan bueno como se pensaba -para mí es un proyecto impresionante de jugador, una maravilla de centrocampista-. Pero para mí De Jong está en una encrucijada a nivel táctico y de personalidad entre Sergio Busquets y Leo Messi. De Jong está pasando por un periodo de reconocimiento propio y del entorno colectivo por el que tiene que ajustar su fútbol a las acciones, los metros y los espacios de los que puede responsabilizarse, que son bastante menos que en el Ajax. Yo creo que no hay ni una sola individualidad de talento diferencial en el fútbol que pueda ser el mejor jugador posible jugando con Leo Messi. Se tiene que supeditar a él y después encajar todo lo que su cabeza le permite hacer para adaptarse a lo que necesita Messi. Por eso por ejemplo Vidal brilla tantísimo.

    Frenkie de Jong en el Ajax de Ten Hag podía hacer todo lo que quisiera en los dos ejes. De arriba a abajo podía iniciar de centrales y acabar en el área contraria mientras a la vez podías verle en una banda para recibir la pelota o sobrecargar la zona del balón. Entre Schone y VdB le daban espacio. Él no tenía ataduras. Y en el Barça, ser interior fijo le condiciona, hasta el punto de que él no se ve con galones y confianza para marcar diferencias en salida de balón ante presiones altas, que es donde es un fenómeno conduciendo y girando.

    Lo de Griezmann yo creo que se veía venir pero yo creo que está mejorando muchísimo y se le ve más cómodo que en noviembre, compartiendo parte de los problemas descritos en cuanto a Frenkie a nivel colectivo.

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  • seaworld 7 febrero, 2020

    @ arroyer

    El que esta en una encrucijada de rendimiento ew busquet, muy debatible su rendimiento y que aporta.

    Digamos que es un caso parecido a marcelo , salvando distancias.

    Para mi de jong no es un caso de adaptacion es de rol , actualmente como jugador es el medio de mas nivel del barca y de largo.

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  • José Luis 7 febrero, 2020

    El talibanismo de Quique Setien en salida de balón encaja mejor con el Ajax que con el Barsa. Es decir, va con un equipo que no está obligado a ganarlo todo, y que gracias a ese estilo, acaba potenciando sus piezas y hacerlas más visibles para aumentar el precio del jugador en una futura venta.
    Imaginad en Champions los dos errores en salida de balón. Te pones 0-2 y el rival repliega. Ya no vas a necesitar salir jugando con el portero porque el contrario te espera en su campo. Sólo usaría esa forma de juego cuando voy ganando. Le pongo el anzuelo al contrario, sube líneas, salgo de presión y tengo a Messi descansado para marcar o dar último pase. No sé, siempre escuché a Cruyff decir que lo que más le gustaba era el pase Koeman-Stoichkov de 50 metros, eso sí, siendo el dueño de la pelota.

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  • AdrianBlanco_ 7 febrero, 2020

    @theblues

    Yo me quedo con la segunda parte de De Jong. El neerlandés, desde el interior derecho, se movió de una manera mucho más agresiva que de costumbre: ofreciendo mucho movimiento vertical (sin balón), desmarcándose por delante y finalizando varias veces desde la segunda línea. En una declaración de intenciones bastante significativa. Pero esto mismo, como ocurrió en Mestalla (con Vidal), le está restando mucho control al Barça. Pierde un jugador por detrás de la línea del balón (a cambio de querer ser más profundo), pero la historia es un poco la de la pescadilla que se muerde la cola. La manta, por ahora, no está dando para tanto.

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  • torralba8 7 febrero, 2020

    Yo querría destacar dos cosas: los duelos individuales que planteó el Athletic en la primera parte que les dieron el dominio absoluto de todo lo que paso en esos primeros 45 minutos. Y segundo el partidazo de Unai Nuñez, como sostuvó el libero al equipo en los momentos en los que algún jugador del Barcelona era capaz de eliminar a un rival. Refiriendome a esto último, creo que también debemos reconocer a Dani García que no solo es un excelente jugador con balón, sino que tiene también una gran intelegiencia táctica.
    A mi la segunda parte del Barcelona me gustó, me parece que le facilitó las cosas a Messi, y eso es muy importante. Va a ser bastante interesante ver como afecta esta derrota y la posible ausencia de un líder como Piqué.
    Por último, es interesante como el Athletic en la primera parte domino el partido y sobre todo jugó mucho en campo rival,. ¿Pero no habla un poco mal qué pese a todo eso hasta el minuto 70 no tirasen entre los tres palos?

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  • Jos 7 febrero, 2020

    @AArroyer
    Yo creo que no hay ni una sola individualidad de talento diferencial en el fútbol que pueda ser el mejor jugador posible jugando con Leo Messi

    Ahí está lo que para mí es el mal del Barcelona en los últimos 6-7 años. Supeditar el rendimiento del colectivo de esta manera ha hecho peores a todos, Messi incluido. Sería mucho mejor equipo uno con Griezmann y de Jong al máximo con un Messi al 60% que al revés. Nos hemos acostumbrado durante los últimos 6-7 años a que Messi obre milagros haciendo cosas que no debería hacer, antes hechas por jugadores como Alves, Xavi o Iniesta. Y con el Messisistema se ganaron ligas y copas porque los demás tampoco son fijos precisamente, pero cuando llegan las eliminatorias de la orejona suceden "accidentes".

    Yo sigo creyendo que hasta que un entrenador no haga que Messi no tenga que bajar a la media, el Barcelona se quedará otro año (más) anhelando la Champions

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  • Jos 7 febrero, 2020

    Cuando puse que el resto de jugadores no son fijos me refería a cojos, pero da igual quetnombre pongas al lado de Messi, en Champions en eliminatorias, menguará

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  • Retape 8 febrero, 2020

    No estoy de acuerdo del todo en esa supeditación del equipo. Si veo una necesidad a veces patológica de Messi de bajar al mediocampo que a veces es innecesaria (aunque precisamente no es el caso de las eliminatorias de Champions). Pero los jugadores a veces firman por el Barça sin saber a lo que van. Para ver al mejor Griezman tendría que jugar en la posición de Messi (cómo que no va a ser posible) y con un delantero centro por delante (a ver si de la nefasta planificación técnica también es culpa de Messi), es decir, no sé en qué pensaba Antoine cuando le llamaron para fichar la verdad, desde luego en qué iba a jugar al 100% no. El caso de De Jong es distinto, el Barça es un equipo en el que la rigidez posicional de los interiores es casi un mantra durante el último lustro, ya las razones se me escapan, pero dudo mucho que disfrute de la libertad que tenía en el Ajax.

    Pero vamos, el Iniesta de la 2014-2015, el Suárez de las 2014-2015, 2015-2016 o el Neymar de las 2015-2016 y 2016-2017 son unos claros ejemplos de asumir galones en el equipo, marcar diferencias, llevar la iniciativa y gozar de libertad de movimientos, además de jugar al 100% ellos sin que Messi jugara al 60%. Por otro lado Messi necesita conectarse en el partido y las "jaulas de Zidane" o los marcajes individuales que le han hecho a veces tirarse 30-40 minutos sin oler la bola le desconectan y nadie más da el paso casi nunca, y los rivales lo saben. El Barça no crea peligro por sistemas o sinergias y fluidez desde 2011, sólo por individualidades, y eso cuando las hay, cuando no… ¿Recordáis alguna eliminatoria en la que un equipo cree tan tan pocas ocasiones (ninguna prácticamente) como el Barça contra la Roma, o la Juventus? Recordáis la sangrantísima eliminatoria contra el Bayern en la que no tiramos a puerta ni creamos ninguna ocasión el año que Messi se lesionó? Es más ¿recordáis en los Barça Madrid de Pep y Mou un partido (salvo el 5-0) en el que las 3-4 ocasiones del Barça no las forzara Messi (la conducción o el pase que rompía líneas) Y por aquel entonces Alves, Xavi e Iniesta estaban en plenitud. El Barça debería dejar esa rigidez de los interiores tan estáticos, de que juegue Busquets (el estatismo hecho persona y el más señalado cada vez que el partido se "descontrola" e intentar fluir y correr, no tener miedo a correr.

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  • Juan Rodríguez 8 febrero, 2020

    Opciones del Granada?

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  • Medio 8 febrero, 2020

    El Athletic sigue supeditando su excelente defensa a echarse muy atrás. En cuanto se enfrenta a equipos que no atacan tanto, sufre en las contras. Está claro que un partido como el del Jueves invitaba al equipo a jugar como lo hizo… pero sigo pensando que al Barcelona se le hace más daño presionándole, obligando a Messi a que suba al mediocampo muchas veces y se canse (big data, los metros que recorre Messi en cada partido… cansar a Messi es sinónimo de esperanza en un partido contra el Barcelona) de subir y bajar.

    El Barcelona alterna fases de buen juego colectivo con otras más mediocres de control de partido. Si consigue estabilizar estas últimas, ganará la Liga.

    De Jong debe romper defensas y saltarse líneas de pase para que Messi no baje tanto. El problema es que no se contempla eso en el libro de Setién…

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