De primeras, un motivo para ambos | Ecos del Balón

De primeras, un motivo para ambos


La ida de la final de la Copa Libertadores 2018, la que desde cualquier prisma y desde todos a la vez se anticipaba como una suma de dificultades para coger vuelo, generar detalles tácticos de valor y una emoción acorde a la cita, fue un notable partido de fútbol. Si bien los dos equipos tuvieron motivos para salir con la cara torcida de La Bombonera, pues tuvieron que ajustarse constantemente, también la tuvieron para soñar con que el desenlace, el fundido a negro, podrá ser el último suspiro y que el pitido final que se oirá en el Monumental podrá ser agónico y no un formalismo que habrá visto una sentencia y un dominio que explique una gran superioridad. En los primeros 90 minutos de la final de las finales, el fútbol fue su actor principal, una sensacional noticia que tuvo lugar de los hechos, titulares, encabezados, reporteros y lectores a la altura. Buenos Aires, el mundo entero, vio un buen espectáculo.

En lo estrictamente futbolístico, el camino tuvo innumerables paradas en las que detenerse a ver las cosas de muchas formas. La primera gran razón para hacerlo la argumentó Marcelo Gallardo. El técnico de River saltó al campo con una disposición novedosa, pues dio entrada a Martínez Quarta como tercer central, retirando de partida a un centrocampista. Intuyendo una posible presión alta de Boca y una dificultad para defender zonas interiores una vez los carrileros fijaban hombres exteriores en el ancho del terreno, River armó el primer plató de la ida de la final. Aunque esto tendría un efecto posterior, en el arranque se jugó a un ritmo muy alto. La intención de los dos equipos descansaba en no descansar. Pases largos, al espacio, conducciones tras recuperación, incursiones individuales… y muchísimas pérdidas de balón.

Marcelo Gallardo sorprendió con línea de tres centrales

En esos primeros compases, el Pity Martínez constó en el choque, ubicándose a la espalda de Pablo Pérez y rompiendo en conducción cuando tenía oportunidad. Con la ayuda de Montiel en ruptura y de Pratto fijándole un central, Martínez volaba libre, distrayendo a Barrios, que basculaba y dejaba la zona del pivote abierta para la llegada de la segunda línea millonaria. El resultado de ese primer quinto de encuentro tuvo un claro protagonista: Agustín Rossi, autor de cuatro paradas de gran valor que certificaron la mayor productividad visitante, atisbo de un duelo que no discurrió por un discurso dominante de cualquiera de los dos.

De ahí, tardó el partido en asentarse y lo hizo cuando Boca recibió el primer varapalo: Cristian Pavón se rompía en un esprint y cedía el testigo a Darío Benedetto. Alrededor de esa circunstancia, River y Boca ‘pactaron’ bajar el ritmo de los primeros 15′ y todo se jugó en cancha bostera. River sacaba partido de su superioridad en salida, su anchura en campo contrario y su presión tras pérdida, pero había perdido la sorpresa al espacio, la posibilidad de imponer la calidad en el ida y vuelta. Boca se quedó sin salida exterior, un problema serió en su estructura, pues sus laterales van escasos de calidad y conceptos ofensivos, lo que dejó todo al corazón y determinación de su doble punta, Benedetto-Ábila. Nández cerraba un costado, Villa el otro y Boca encontraba orden en campo propio, reducción de espacios y una transición más directa, menos versátil pero del todo peligrosa.

Benedetto y Martínez representaron la mayor dificultad para sus rivales

De lo individual a lo colectivo, Pity y Benedetto representaban historias relevantes. Al primero no se le podía dejar suelto; su velocidad demanda defensa escalonada y ayudas en los intervalos de la jugada. El gol que dio la igualada a River, anotado por Pratto, vino de un grandísimo envío de Martínez. El segundo protagonista es una mezcla de fundamentos, pundonor, diferencial físico y una innata capacidad para materializar lo producido o producir para que materialicen. La locura se narró en La Bombonera en apenas dos minutos. Boca y River gritaron sus primeros goles de la final sin tiempo para asimilar cada uno de ellos. Dos éxtasis para seguir igual. Como Boca había entrado en planteamientos de mínimos, pues no gozaba de figuras exteriores y veloces ni de centrocampistas de finura e inspiración, su plan pasaba por seguir ordenado y esperar a que su doble punta castigara futuros acercamientos. Así pasó, que el ‘Muñeco’ pasó a la acción.

Tras todo lo visto en esa primera mitad, Gallardo volvió a los orígenes: línea de cuatro defensas, un medio más y la intención de vivir con balón ante el armado Boca Juniors. No tendría esto un significado correlativo y consecuente, pero como pasa en el fútbol, River empató a balón parado y desde ahí, entraron dos ideas personificadas que costó poner en práctica: Carlitos Tévez y Juan Fernando Quintero. Nacidos para encender luces, sólo constó la que tuvo Benedetto a pase del ‘Apache’. Se moría el partido y un recepción del venerado xeneize escapó a espaldas de Pinola y cedió a Darío, que si bien trazó al centro el disparo, chocó con una acción extraordinaria de Armani en tiempos, colocación y postura, salvando a River de la derrota. Intermitentes, bosteros y millonarios se verán las caras el próximo día 24 habiendo dejado la sensación de reconocerse y extrañarse a partes iguales al mirarse al espejo. Gran igualdad que pospone la decisión para el último momento.


5 comentarios

  • StevieG97 12 noviembre, 2018

    Gran análisis como siempre. Para agregar se sintió que la lesión de Pavón ayudó a Boca a ordenarse y sobre todo para dificultar la salida de River por ese 3X2 con Benedetto y Wanchope, el partido hasta el 2-2 me parece que tenía un ritmo y desparpajo que nadie esperaba, posteriormente ya vimos un partido más trabado y sin ocasiones hasta la salvadora de Armani.
    Para mencionar piezas puntuales, los LD de ambos me parecieron MUY pobres en ofensiva, perdí la cuenta de la veces que Montiel mandaba un pésimo centro teniendo ventaja y que decir de Jara que estuvo perdido también defendiendo. Cabe mencionar el pésimo nivel de P. Pérez siendo el encargado de construir (tirando verdaderos ladrillos en ocasiones) y del mal nivel de Nacho Fernández en River que no le dió nada nuevo al equipo.

    Gran partido y a esperar (una victoria millonaria) el 24/11.

    PD. ¿No les parece una lástima que el Pity vaya a la MLS? ¿No tiene nivel para un equipo que pelee por europa en España? Tristisimo.

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  • Potrerito 12 noviembre, 2018

    Sin lugar a dudas creo que la lesión de Pavón terminó beneficiando a Boca, River le desbordaba, les estaba haciendo la cancha muy ancha con los laterales/wines, la salida de Pavón le permitió armar un más clásico 4-4-2, hacerse más ancho en su campo y al fin al cabo reafirmar su idea incial, ser compactos, ralentizar el juego, "espezar" en campo propio y aprovechar los espacios abiertos en campo contrario con juego largo y directo; por otro lado tampoco es menor resaltar que tanto Ávila como Benedetto tienen orígenes en el fútbol del ascenso donde es muy común jugar con "doble 9", se complementaron muy bien, a distintas alturas sin superponerse. Páblo Pérez no tuvo buen partido, pero es que también la tenía bastante complicada, nadie con quien asociarse, infiltrado con dolores, en un campo mojado muy pesado y contra un mediocampo/equipo de un ritmo natural mucho más rápido que el propio.
    Partidazo el de la vuelta con muchas incógintas, River seguramente recuperará a Ponzio (y Scocco), habrá que ver si Pavón llega (no creo), la del Monumental es una cancha más grande que la de la Bombonera, usualmente pasto más bajo y ya sería muy coincidente que diluvie como éstos días en Buenos Aires, cosas que podrían favorecer el tipo de juego que busca River; pero no sé realmente sin en éste caso la localía será favorable o no… el sólo pensar que Boca saque ventaja mínima sin haber "creado" juego, cosa que ya hemos visto no es tan inusual, en el Monumental puede poner varias cabezas fuera de lugar, inmediatamente plantería un tipo de partido que a éste Boca le encanta… por otro lado creo que la pérdida de Borré puede ser mucho más relevante de lo que pareciera en primera instancia, River no tiene otro delantero con esas características, hace un trabajo de diagonales, arrastres, ataques al espacio, desmarques que ni Pratto ni Scocco hacen, Mora no creo que tampoco esté para jugar semejante partido, habrá que ver con que sale Gallardo… finalísima para no perderse.

    PD: Soy ya muy añejo en ésta página, por lo cual a mi no me cabe absoluta duda de sus formas e intenciones, pero como Argentino me ha resultado inevitable no reirme al leer en una página tan seria: "… los primeros 15′ y todo se jugó en cancha bostera". Es que el "Bostero" es de esas cosas tan típicas de Argentina, algo similar al "Boludo" si se quiere; ellos mismos se proclaman orgullosos Bosteros pero no deja de ser un mote despectivo muy usado por los de River, es muy fina la línea entre el mero sobrenombre y la sorna, depende de quien, cómo, cuándo, etc.; en éste caso particular para un desprevenido esa frase puede sonar… vamos a decir "polticamente incorrecta". En fin, sólo quería comentarlo porque leer algo así en un lugar como Ecos me ha causado gracia, si hay algún Xeneize desprevenido sólo tiene que leer un poco de Ecos para entender que nunca jamás ha habido mala intención en Ecos.

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  • Albert Blaya Sensat 12 noviembre, 2018

    Nández y Wilmar Barrios hicieron un partido superlativo. Qué pulmones y qué inteligencia para anticipar, robar y dar salida.

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  • José Luis 12 noviembre, 2018

    Pues muchas cosas que apuntar….

    De primeras, lo esperado. El ambiente. Insuperable. No se puede comparar lo visto ayer con ningún espectáculo deportivo en el mundo. Con ninguno. Un Boca-River (en palabras del Mono Burgos) será siempre un Boca-River aún jugándose en El Monumental. Y no defraudó en absoluto.

    Por otro lado, el aspecto técnico. Terminé de ver el Barsa-Betis, me quedé algo dormido luego y a continuación, mis ojos vieron el Boca-River. A priori, un cambio a peor inpresionante. Pero, poco a poco comencé a descubrir (a Pavón ya la había visto) jugadores y me encantó la primera parte. Mucho. Parecía un partido inglés, por el ritmo, más que un partido sudamericano. Hubo talento, más de lo esperado, en el partido.

    En el plano táctico, cada vez estoy más convencido de que la línea de 3 centrales va a ocupar parte del futuro de este deporte. Lo rescató Van Gaal del cajón de los recuerdos allá en el Mundial 2014, y lo están perfilando técnicos del estilo de Guardiola, Conte, Allegri, Setién, Machín…. Colocar a 3 hombres atrás está suponiendo que el carrilero se olvida de bajar con el centrocampista rival y permite mantener descolgados a 2-3 hombres ocupando el ancho de la cancha. Gallardo acertó de lleno. Primero por la sorpresa, luego por la ejecución de sus hombres atrás.

    Me encantó el Piti Martínez. Es el típico 10 de River de toda la vida. Palacios y Barrios llegarán a Europa muy pronto. Y Pavón me parece un extremo muy interesante. No lo había visto a pierna cambiada, pero destacar en las dos bandas está al alcance de pocos jugadores. El Arsenal se rumorea que lo tiene fichado. Emery dará buena cuenta de él. Podría ser su "Vitolo" particular…

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  • AArroyer 12 noviembre, 2018

    @José Luis

    "En el plano táctico, cada vez estoy más convencido de que la línea de 3 centrales va a ocupar parte del futuro de este deporte. Lo rescató Van Gaal del cajón de los recuerdos allá en el Mundial 2014, y lo están perfilando técnicos del estilo de Guardiola, Conte, Allegri, Setién, Machín…. Colocar a 3 hombres atrás está suponiendo que el carrilero se olvida de bajar con el centrocampista rival y permite mantener descolgados a 2-3 hombres ocupando el ancho de la cancha. Gallardo acertó de lleno. Primero por la sorpresa, luego por la ejecución de sus hombres atrás".

    Y el presente ya lo está ocupando de una manera expansiva al máximo nivel. Es un debate muy interesante. A mí en general es un sistema que me deja dudas en determinados escenarios y que en fase ofensiva cuesta crear superioridades cuando el rival no te presiona arriba, porque tus tres zagueros te hacen atacar con 7 un bloque de 10 hombres. Tiene la ventaja de fijar a dos hombres, lo que dices, por fuera, generando espacios por dentro y eso a los laterales rivales les vuelve un poco tarumba, pero es evidente que están siendo realmente exitosos.

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