La Premier League giró una mirada furtiva dirección Londres desde que Didier Drogba marcó el 0-1 hasta que Ángel Di María se dispuso a patear la falta que supuso la igualada. De haber ganado el Chelsea ayer en Old Trafford

Uno repasa la hemeroteca que rodeó el fichaje de Cesc Fàbregas por el Chelsea de José Mourinho y podría explicar el rendimiento del catalán sólo atendiendo a las palabras del portugués y a extractos de diversos

Como excepción a una norma de sobra conocida, esta vez fue el Arsenal quien aceptó las reglas del juego y compartió ritmo de partido con el Chelsea, en un choque caracterizado por las bajas revoluciones

James Milner es el jugador al que Pellegrini suele usar cuando entiende que necesita un poco de consistencia. Lo bonito del caso es que Milner no es un especialista defensivo, y eso que es muchas cosas, pero se le asigne el rol que se le asigne,

3-6 iluminaba Goodison Park cuando Everton y Chelsea dejaron de correr. La crónica deportiva de tan espectacular duelo se presta al ritmo y a la emoción, los giros de guion y los sucesos extraordinarios

Cesc Fàbregas pareció destinado a convertirse en leyenda hasta que Wenger se quedó sin gol. Dicha carencia colectiva gunner le forzó a subir un escalón su zona de influencia -del mediocentro a la mediapunta- y con el cambio se le cayó aquel aura

«No quiero que cambies ahora que estás aquí». Una de esas frases que un entrenador dice sin ser preguntado por ello. Una puntada con hilo. Nacidos para encontrarse, Jose Mourinho y Diego Costa

La Champions League 2011/2012 escribió uno de los grandes relatos de la historia de la competición. En aquella edición, la Copa de Europa no sólo pagó sus deudas con el Chelsea de Petr Cech, John Terry y Frank Lampard,

Esta es la historia de un partido, no uno cualquiera aunque sí peculiar. El vencedor acabó fuera del torneo, mientras que el derrotado terminó avanzando con honores. Era la liguilla de la Champions League 2005-2006

Se la pasaron todo el tiempo. Agarraron la pelota, hicieron ancho el campo pero sin alejarse los unos de los otros y empezaron a combinar con una movilidad, una precisión y un ritmo que abrumaba incluso al televidente.