La Liga ha ganado, si entendemos ese ‘ganar’ por aumentar, una cuota enorme de incertidumbre, en todos sus estratos competitivos. Lo podemos ver en todos los campos, en todas las jornadas. El Real Betis recibió ayer al Real Madrid en pleno mes de marzo, tras ganar los blancos al Barcelona hace unas pocas fechas, y encontró un equipo en construcción, tanto táctica como anímicamente, siendo éste un resumen perfecto de la irregularidad merengue, de la influencia de determinadas circunstancias y de la igualdad que ahora mismo existe, entendida como posibilidad de puntuar y/o ganar, entre un grande y un mediano. Muchas cosas pueden decirse de la introducción, del desarrollo y del desenlace del Betis-Real Madrid que culminó con victoria verdiblanca, una necesitadísima en el Villamarín. Y como casi siempre, comenzaremos por el principio.
Lo más relevante en la alineación parte del equipo visitante. La baja de Carvajal va a condicionar la puesta en escena del Real Madrid, una de la que acierta su entrenador en señalar a lo que (no) hace su equipo con la pelota como el principal mal de uno de los partidos más insuficientes del Real Madrid en lo que va de temporada, con síntomas muy parecidos a lo que ocurrió hace ahora ya unos meses con su visita al Mallorca, situaciones análogas en ciertos aspectos. Sin lateral derecho, el francés sitúa a Militao en la derecha, una decisión que le obliga a meter a Lucas Vázquez por delante para garantizar amplitud ofensiva que no le daría un perfil más interior sin la posibilidad de que alguien exterior doble o fije por fuera. Esta disposición va a estar presente, de una u otra forma y permanentemente, tanto en el juego blanco como en el verdiblanco.
El partido del Madrid no encontró ni un punto para la mejora
Rubi, por su parte, decide situar a Joaquín y a Fekir a pie natural, adoptando un papel reactivo de cierta comodidad, con fases de posesión estable pero sin demasiado peaje tras su pérdida, sobre todo por las imprecisiones posicionales y técnicas de su rival, que le permite crear cierto peligro, o al menos robos de calidad, sin tener que involucrar a muchas piezas para ello. Bajo este paraguas va a transcurrir un encuentro que el Real Madrid nunca va a dominar, ni cerca quedar de lograrlo, mientras el Betis va a poder encontrar esos espacios necesarios para que su talento florezca sin necesidad de tirar de sistema ni continuidad. En los primeros compases, el emparejamiento de la presión bética sobre el lado derecho de la salida blanca, con Fekir sobre Militao y Alex Moreno ahogando de espaldas a Lucas Vázquez va a dejar pistas de lo que está por venir.
Luka Modric, elegido por delante de Fede Valverde, va a hacer un partido fantástico en lectura y movilidad alrededor del balón. Fantástico. Como interior derecho, el croata hace de padre de ese costado, vigilando y apoyando a quien tiene la pelota para que no se quede solo. A Lucas, tirándole desmarques a espalda de Moreno, llevándose a Sidnei hacia línea de fondo, logrando hacer progresar la jugada, y en apoyo cuando la pelota está en campo blanco y la salida es exterior. Pero se ve rápidamente como esta serie de movimientos nacen tuertos, porque Militao apenas sube ni representa un papel activo en las jugadas, lo que lleva al Betis a olvidarse de activar a Canales en defensa. En lugar de tres hombres, el Madrid activa a dos -Lucas y Luka-, lo que hace innecesario que Canales baje, siendo quien transite a la espalda de Modric.
Sergio Canales se exhibió: inteligente, exuberante y participativo
Lo que ocurre en el sector izquierdo blanco es una decisión acertada de Rubi, sobrecargando con muchos hombres ese lado, el de Kroos, Marcelo, Vinicius y Benzema. Taponando y ahogando ese lado, sin espacio para que nadie se incorpore o combine, la circulación del Madrid apenas gana altura y si Kroos cambia de orientación, Lucas solo tiene dos opciones, pasársela a Modric en profundidad cuando el balcánico gana línea de fondo o poner un centro al área donde no hay absolutamente nadie. Así va a desarrollarse toda la primera mitad y parte de la segunda. El buen partido de Modric va a quedar en nada, porque el equilibrio del juego blanco va a ser inexistente. El Madrid, errático, no va a reaccionar desde la presión, permitiendo que el Betis avance.
Sergio Canales es el otro gran nombre de la noche victoriosa andaluza. Haciendo honor a su nombre para convertir al rival en un barco en mitad de Venecia, el centrocampista español hace absolutamente de todo, todo el partido, sin cesar, sin desfallecer. Activando espacios vacíos, cambiando el ritmo del ataque verdiblanco, que tiene muchos problemas a nivel de sistema, y llegando y ayudando a Fekir a crear ocasiones sobre el estirado dibujo madridista, el cántabro se erige como un factor determinante para mover el foco y exponer los importantes problemas que viene atravesando el Real tras la segunda y más crucial baja de Hazard.
Gonzalo 9 marzo, 2020
Me gusto mucho el Betis, intenso en la presión y atrevido. Mala lectura del partido de Zidane( como el mismo reconoció) y que mal le salió la jugada de Militao me decepcionó el Brasileño. Por otro lado gran lectura del partido de Rubí, valiente y yendo a buscar al Real Madrid arriba, me encanto el partido de el medio campo betico. Por otro lado que Liga más bonita estamos viendo, puedes dejarte puntos en todos los campos y eso es competitividad maxima.