¿Por qué son tan especiales? | Ecos del Balón

¿Por qué son tan especiales?


La Atalanta BC de Gian Piero Gasperini es un equipo muy particular. Clasificado para octavos después de un 7/9 ante Manchester City, Dinamo Zagreb y Shakhtar Donetsk, en la segunda vuelta de la fase de grupos, y cuarto actualmente en la Serie A, por delante de otros equipos como Milan, Napoli o Fiorentina, el cuadro bergamasco es peor que un dolor de muelas. Con un índice de posesión que en esta Champions League rara vez se ha ido mucho más allá del cincuenta por ciento, aunque en Italia -donde es el equipo más goleador del campeonato- tan solo está por debajo de Napoli, Juventus y Roma en este aspecto, la Atalanta es un equipo que hace de la agresividad (con y sin balón) su principal virtud. Porque el cuadro de Gasperini es el mismo que, partido sí y partido también, trata de emparejarse defensivamente con el dibujo desde el que ataca su rival, al tiempo que responde, siempre de forma vertical, con seis o siete hombres en las inmediaciones del área, prestos en la zona del remate.

El Papu Gómez es cada vez más ‘playmaker’ en esta Atalanta. Jerarquía absoluta en campo contrario

El 3-4-1-2 que por momentos, en ciertas fases de los partidos y ante según qué rivales, muta ligeramente a un 3-4-2-1, con dos mediapuntas por detrás del delantero centro, es el sistema que viste habitualmente a la Atalanta. Con dos carrileros muy largos desde fuera, aprovechando que los dos futbolistas de 3/4 de campo juegan a pierna cambiada, y dos pivotes con mucho recorrido ofensivo, capaces de acompañar todos los ataques para cargar la frontal del área, la Atalanta es un equipo eminentemente vertical desde su fase de salida. Una agresividad que, teniendo en cuenta que en Italia, por norma general, los equipos (¿todavía?) no presionan tan arriba como en LaLiga o en la Premier, le permite alcanzar y cruzar la divisoria con la suficiente comodidad como para acumular numerosos efectivos por delante de la línea del balón desde sus primeros pases en la fase de salida. Y más teniendo en cuenta que la diferencia cualitativa entre las dos áreas del equipo sigue siendo muy grande.

La Atalanta de Gasperini es un equipo muy particular. Es un equipo muy agresivo, con y sin balón

Porque la agresividad con la que ataca y defiende la Atalanta BC en realidad es su mejor tapadera ante una serie de carencias estructurales (técnicas, que no tácticas) que el propio Gian Piero Gasperini lleva años escondiendo detrás de la pizarra. Después de los marcajes individuales con los que el equipo, hace ahora tres temporadas, completó una gesta histórica clasificándose para la Europa League, y de haber tenido que ir ajustando el sistema de acuerdo a las necesidades -y sobre todo las exigencias- de la plantilla, este curso Gasperini está teniendo que llevar a cabo la transformación definitiva de su mejor futbolista. Alejandro ‘Papu’ Gómez ha destacado estos últimos años por ser un jugador tremendamente escurridizo en el uno para uno. Partiendo siempre desde la izquierda, a pie cambiado, para recibir muy abierto, recortar hacia dentro y salir siempre con su mejor pierna para asociarse, cambiar la orientación del juego o atacar el área desde el centro o el disparo, el argentino es, desde hace bastantes temporadas, el motor ofensivo de este equipo. Y desde hace unos meses, a medida que ha ido perdiendo explosividad en sus duelos individuales, y que ya no tiene la capacidad de reproducir tantas veces durante un mismo encuentro ‘su jugada’, también es el motor creativo de esta Atalanta con balón.

La zona de influencia del Papu Gómez cada vez se extiende a más alturas y carriles. Sin un organizador puro en su centro del campo, a pesar del rol que tiene Freuler, porque Pasalic y Malinovsky son directamente otra cosa, centrocampistas más relacionados con el movimiento que con la distribución, la jerarquía del Papu le lleva a absorber mucho balón muy lejos del área. Es más, cuando el argentino se acerca a los primeros pases del equipo en campo rival es Pasalic/Malinovsky, quien ocupe el pivote izquierdo dentro del sistema, el encargado de completar ese hueco con su presencia y recorrido hacia el área. Porque si algo caracteriza a esta Atalanta es su fijación en que, cada vez que ataca, los tres carriles estén siempre completamente ocupados; aunque su propia verticalidad, en ocasiones incluso excesiva para el fondo y la forma del propio sistema, le lleva a ser un equipo que generalmente sufre en su transición defensiva. Sea como fuere, con el Papu bastante liberado de la que, teóricamente, es su posición en el dibujo, yendo y viniendo, entrando y saliendo del carril central para recibir por delante o por detrás de la línea del balón, la Atalanta, entre sus múltiples sinergias y automatismos, es un equipo que, a nivel técnico, no le puede asegurar demasiadas ventajas a sus mejores futbolistas. De hecho, por no asegurarle, no les asegura prácticamente ninguna. Tanto el Papu Gómez como Josic Ilicic, sus dos mejores regateadores, deben hacerse muchas veces el hueco ellos mismos a través del ‘dribling’ para disparar. Y pese ello, como destacábamos unas líneas más arriba, el cuadro bergamasco es el máximo goleador hasta el momento en la Serie A de la Juve de Cristiano, Dybala e Higuaín, la Roma de Dzeko, el Napoli de Milik e Insigne y el Inter de Lautaro y Lukaku. La Atalanta de Gian Piero Gasperini es un equipo que no sabe contemporizar en sus partidos, ni aun cuando va ganando, pensado para atacar desde el talento y la acumulación y defender mediante la presión y las vigilancias. Uno de esos equipos, por encima de cualquier otro distintivo, que por suerte para el analista y el espectador neutral aparecen de vez en cuando entre los 16 mejores del continente. Sigamos disfrutando de ellos mientras nos dejen.


7 comentarios

  • AdrianBlanco_ 19 febrero, 2020

    En unos octavos con equipos solo de las principales ligas europeas, es una bendición que la Atalanta haya llegado hasta esta fase final. Equipo súper agresivo donde los haya. El Valencia es muy superior. Pero nos lo vamos a pasar muy bien. :)

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  • Juan Rodríguez 19 febrero, 2020

    Me encanta el Atalanta. Es una.legión romana. Compacto, frontal, geométrico, aplastante a la mínima que puede

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  • Faetón 19 febrero, 2020

    Esta eliminatoria me recuerda mucho a ese Dortmund (gigante que renacía tras apostar por Klopp y los jóvenes)-Málaga(sin pasado en champions hasta ese momento, pero con con ese sello que Pellegrini imprimía a sus equipos) de hace unas cuantas temporadas. Dos incursiones novedosas en estos últimos años tan huérfanos de ellas, con apenas alguna salvedad como Mónaco y Ajax.
    En clave Valencia, su reconstrucción tiene muchísimo mérito por la cantidad de obstáculos que ha tenido que superar. Y lo del Atalanta… equipo de autor hiperoptimizado y contracultural, en la línea del Ajax o el Getafe de Bordalás, dejando a un lado las claras diferencias estilísticas.

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  • AdrianBlanco_ 19 febrero, 2020

    @JuanRodriguez

    Ya somos dos, Juan. Hoy mismo han entrevistado al Papu Gómez en El País. Recomendadísima la entrevista. 😉 https://elpais.com/deportes/2020/02/18/actualidad

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  • AdrianBlanco_ 19 febrero, 2020

    @Faetón

    La Atalanta y el Slavia de Praga. Vaya dos 'outsiders' más molones hemos tenido este año. ¡Larga vida a estos equipos!

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  • torralba8 19 febrero, 2020

    Que mal lo va a pasar el Valencia esta noche. En especial esa pareja Mangala-Diakhaby, el Papu se puede poner las botas.

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  • Juan Rodríguez 19 febrero, 2020

    @AdrianBlanco

    Gracias por el aviso, Adrián. Muy interesante el Papu. Yo veo a su equipo más ejército de lo que él mismo lo ve. Ejército de conquista del campo contrario (si se puede) pero ejército al fin y al cabo.

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