A menudo las soluciones en el fútbol no vienen por un cambio de hombre o uno de posición, sino por uno de situación, sobre todo cuando el que lo acomete es el más inesperado de todos. El Sevilla estaba esperando a Lucas y Rodrygo, más Jovic. Conocía sus movimientos, sus jugadas y lo que podría venir cuando los laterales y los centrocampistas se sumaran a campo contrario. Lopetegui y sus hombres defendían bien tres parámetros/zonas defensivas: el achique hacia delante, la basculación y la frontal. Y el Madrid necesitaba sorpresa o iniciativa que modificara el perfil de encuentro que dominaba un equipo que hace gala de una gran defensa en mediocampo y campo contrario pero que además tiene mimbres para sujetar flujo ofensivo del rival dentro del área.
Y fue eso y no otra cosa, cambiar el tipo de partido que estaba aconteciendo, y con ello obligar al Sevilla a perder la iniciativa defensiva, lo que logró el Real Madrid con la entrada de Vinicius, que siempre hacer lo mismo pero siempre con mucha determinación, insistencia y verticalidad, y la lectura de Casemiro para entrar en la zona de Diego Carlos y aparecer. De todas las situaciones que surgen en el juego, las haya inesperadas o directamente ilógicas, como esta última. Pero no por ello es imposible, pues Casemiro, al que le bautizaron en una pila determinación, y que tiene suficiente calidad para rematar, se alzó como autor de los dos goles sin que nadie le hubiera dicho que se fuera a ser delantero centro.
Gravesen 19 enero, 2020
Quien hubiera pensado que aquel brasileño que debutó contra el Betis en 2013 sería lo que es hoy en día. Para mí ya está en el olimpo de mediocentros del equipo blanco. La cuestión es en que puesto, ¿como de lejos o cerca andará de los Redondo, Gallego, Alonso y compañía? Porque a más de uno tiene que haber superado.
Sobre el partido, un apunte. Me sorprendió la entrada de Mendy por Marcelo, no por el ingreso del francés en sí, sino porque creía que iba a mantener a ambos en el campo. Era un buen día para probar un poco ese Marcelo interior.