Zinedine Zidane es un genio. Y como todo genio, el francés es tan peculiar que, con tal de dar rienda suelta a su creatividad, su camino no es el del resto de los mortales. En estos días en los que lo más normal es que todas las representaciones navideñas hayan desaparecido de nuestra vista, como poco hasta dentro de once meses y medio, Zidane consideró ayer que, sin Hazard, Benzema ni Bale, por lesión, ni Rodrygo ni Vinícius, por decisión técnica, era un buen momento para montar su particular árbol de navidad. En un sistema en el que Jovic, como delantero, fue el futbolista del Madrid que más tiempo estuvo por delante del balón, el técnico francés dio forma a un esquema con hasta cinco centrocampistas desde el inicio. Isco, Kroos, Casemiro, Valverde y Modric, de izquierda a derecha, fueron los ‘motores’ de un equipo muy superior al Valencia.
El Real Madrid jugó sin ningún extremo; ni al principio ni al final
Con Isco, como de costumbre, completamente liberado del sector zurdo, el Real Madrid se organizó de tal forma que, pese a arrancar el juego siempre desde su sector izquierdo, con un Kroos bastante activo en el primer pase, donde más y mejor se juntó esta vez en campo contrario fue en su perfil derecho. Con el malagueño dentro del carril central, saliendo hacia dentro con su mejora pierna, recibiendo de espaldas pero también girado hacia la portería contraria, el Real Madrid decidió atar a Mendy en el costado izquierdo como medida para ensanchar el juego y fijar el posicionamiento defensivo del Valencia. Así las cosas, con Isco por dentro y Mendy muy abierto, la distribución en el lado opuesto fue radicalmente distinta, tanto por fondo como por forma, pero tremendamente coherente con la estrategia pretendida en la pizarra.
No es la primera vez -y seguramente tampoco será la última- que Zidane decide situar a Carvajal en un escalón intermedio, entre la banda y la espalda del interior derecho, para fortalecer la transición defensiva del equipo tras pérdida. Sin extremos en ninguno de los dos lados, ni por izquierda -Mendy/Isco- ni por derecha -Modric/Valverde-, el Real Madrid consiguió ser dinámico, vertical y profundo, en ese mismo orden, gracias a su distribución sobre el césped. Con Modric y Valverde repartiéndose alturas y carriles en el sector diestro, con y sin balón, ya que el croata iba a la presión junto con Jovic (4-4-2) y el uruguayo volvió a estirar al equipo a través de sus desmarques verticales hacia línea de fondo, y con Isco y Kroos, en el perfil contrario, metiendo y asentando al equipo por encima de la divisoria, el Madrid completó, por fútbol, una de sus mejores actuaciones de la temporada, pese a lo mucho que le costó conectar (arriba) con Jovic, sobre todo cerca (dentro) del área.
Isco completó uno de sus mejores partidos en mucho tiempo
Que Jovic no tiene el juego interior de Benzema y que el Real Madrid, pese a todo, sigue echando en falta el regate de Hazard en el pico del área, es algo tan obvio que no haría ni falta escribirlo, pero al árbol de Zidane no le faltó todo tipo de detalles. Sin en su fase ofensiva, como ya hemos descrito, el Real Madrid consiguió castigar y ser profundo sin extremos, ni desborde en el uno para uno ni conexión con su delantero centro, en fase defensiva, tras pérdida, fue igual de eficiente y eficaz. El propio posicionamiento sobre campo contrario facilitó la presión adelantada del equipo hasta bien entrada la segunda mitad, y el plus físico que futbolistas como Valverde, Casemiro, Carvajal y Mendy están aportando en el retorno defensivo dejaron al Valencia sin prácticamente escapatoria a lo largo de los noventa minutos. Ni con el 4-3-3 ni con el 4-4-2, el cual recuperó poco antes del cero a tres con la entrada de Maxi para jugar al lado de Gameiro. El Valencia descubrió bien temprano que todo lo que Zidane le había ‘reservado’ era el carbón de debajo.
AdrianBlanco_ 9 enero, 2020
Partido completísimo del Real Madrid, en todos los registros. Hablemos de todo lo que ha ocurrido. 😀