El Atlético persigue demasiados cosas y eso le está creando frustración. Partido a partido, su realidad apenas peca de ideas y encuentra mucha dificultad en la totalidad de los partidos. A su falta de gol del inicio, se pasó a una de remate, después a otra de profundidad y, ahora, a una falta importante de amplitud y continuidad. Tras la visita al Sánchez-Pizjuán, el conjunto rojiblanco se midió a un Bayer Leverkusen que nuevamente fue superior en mitad de la cancha, en la capacidad para acomodar su defensa en todo tipo de alturas y apenas sufrir, condicionando mucho a un Atlético que nuevamente pasó de puntillas por la primera mitad.
Dibujando nuevamente un rombo, pero esta vez con Ángel Correa entre la medular y el doble ‘9’, Simeone, como explicó en rueda de prensa replicó el plan de la ida, donde también entendió a los alemanes desde dicho 4-3-1-2, las sensaciones fueron ciertamente similares. El argentino se esperó a un Bayer largo, vertical, que corre y suma efectivos con vértigo, y que toma riesgos en salida de balón. Orientando esta fase del juego hacia fuera, tapando al mediocentro para que progresaran por fuera, lo cierto es que fue el Atlético quien se abrió por completo y quedó expuesto continuamente. Al tener un efectivo menos en la zona más ancha, los laterales, Arias y Lodi, trataban de dar un paso al frente para ajustar pero las jugadas eran más rápidas que sus ajustes y que la lectura de Koke y Saúl, así que el Bay Arena gozó de auténticas autopistas exteriores.
El Atlético volvió a tener un problema de amplitud en ataque
Más problemático, en cualquier caso, volvió a ser lo que le pasó a los colchoneros con balón, porque hasta que Saúl y Koke no puedan, si se llega a dar, darle continuidad al juego, recibir, orientar y dar fluidez a la circulación, los laterales no van a poder pasar mucho tiempo abajo o incluso a la altura de los centrocampistas, sino pincharse permanentemente arriba. Sin extremos puros en la plantilla y con la dificultad de sus puntas e interiores para combinar mínimamente, las referencias exteriores concederán siempre más espacio y un apoyo para desahogar. Sin ellos, el rival volvió a sacar mucho provecho defensivo, más con marcador a favor.
En ese punto, Peter Bosz supo leer bien las dificultades del oponente y bajó el bloque para mostrarse muy seguro en el centro lateral, en especial con la figura de Jonathan Tah, imponente con su envergadura ante todas las cometidas del rival. Si bien luego el Bayer no intimidó demasiado, aunque pudo salir con Bellarabi para restarle posesión al Cholo, los alemanes supieron aguantar bien un tramo en el que el Atlético volvió a reaccionar y a meterse al menos en el partido en la segunda mitad, una costumbre extraña y competitivamente peligrosa por el sobreesfuerzo que continuamente demanda la reacción a una situación adversa.
AArroyer 7 noviembre, 2019
Koke Resurrección 2018-2019: 66 pases por partido
Koke Resurrección 2019-2020: 51 pases por partido
Simeone tiene que corregir urgentemente este tema y el de Saúl, porque se van a quemar. El ATM juega con dos centrocampistas que no tienen ninguna influencia en el juego. Eso frustra a los dos y obliga a Thomas a parecer el mejor centrocampista del mundo en cada toque. Y eso no puede ser, más cuando al perder a Griezmann, que era el gestor arriba, los puntas tampoco dan demasiado más allá de un Correa que tiene que girar y romper, nunca ordenar el ataque ni intervenir continuamente.