
Leo Messi se volvió a vestir de verdugo. Con los dos de anoche ante el Manchester United, uno con cada pierna, el argentino volvió a ampliar su ventaja como el jugador que más goles le ha metido a los equipos ingleses en la Liga de Campeones (24); el doble que el segundo (Cristiano Ronaldo: 12) y quince más que el tercero (Müller: 9). Ocurrió en un lapso de apenas cuatro minutos, después de que el FC Barcelona lograse aguantar el chaparrón inicial de los de Ole Gunnar Solskjaer, que a punto estuvieron de darle la vuelta a la eliminatoria en los primeros compases. Pero esto no acabó sucediendo y el cuadro de Ernesto Valverde se protegió del agua a partir de su interior izquierdo y de su delantero centro. Con Arthur en una zona intermedia entre la defensa -donde Busquets bajaba entremedias de Piqué y Lenglet para generar una primera superioridad numérica en la salida de balón- y el ataque, recibiendo, girando y activando -muchas veces sin darse la vuelta- al futbolista libre, y con Suárez por delante, ofreciéndose en el apoyo y permitiendo que el equipo se estirase -por pura inteligencia y control de su golpeo- ante la presión de su rival, así es como el Barça consiguió adueñarse del partido.
Arthur y Luis Suárez consiguieron asentar el dominio de los suyos mediante la pelota
Procurando avanzar siempre desde atrás con ventaja, con Busquets haciendo y deshaciendo con la pelota y sin ella, yendo por dentro pero también por izquierda y por derecha -uno de los interiores compensaba esa movilidad situándose como pivote-, atrayendo la primera vigilancia de Lingard -sin necesidad, en ocasiones, de intervenir directamente en la acción- y aclarando las recepciones de Arthur, que se movía de arriba abajo en busca de la pelota, y de Rakitic, que volvió a ser el interior diestro, consiguiendo que estos dos recibieran siempre por delante de Pogba y McTominay, la labor de Sergio Busquets también fue primordial para acercarle el testigo del encuentro al FC Barcelona. Con el escenario -en primer lugar- y el resultado -después- de cara a sus intereses, ganándole el pulso táctico a Solskjaer tras sacudirse de su buen arranque, y de que Leo Messi enfilase la puerta de De Gea aprovechando que, como buen equipo británico, el Manchester United volvió a meterle la pierna lejos y mucho antes de lo aconsejable, el segundo detalle a analizar es que tras pérdida el Barça no quiso rebajar sus líneas sino que el 4-4-2 con el que quiso protegerse Valverde defendía hacia delante.
Cuando el Manchester United recuperaba la pelota, que generalmente era en el carril central y a muchos metros de la portería de Ter Stegen, la idea de Solskjaer fue colocar a Lingard por detrás de Busquets, al tiempo que Martial -izquierda- y Rashford -derecha- buscaban fijar la posición del lateral y el central de cada sector -Sergi Roberto y Piqué; Jordi Alba y Lenglet-, para que, de abajo arriba y de arriba abajo, el colectivo consiguiera saltar la presión del FC Barcelona apoyándose en Lingard, que en teoría debía controlar la pelota libre de marca, y proyectándose al espacio a partir de los envíos verticales de sus centrocampistas. Un conjunto de directrices, en definitiva, pensadas para castigar la débil transición defensiva de los barcelonistas. Pero que en la práctica, en cuanto Piqué detectó las intenciones de Lingard a la espalda de Busquets, no cumplió con su objetivo.
El FC Barcelona acabó explotando la conexión Messi-Alba-Coutinho desde lo táctico
Todo esto, claro está, siempre y cuando el Manchester United consiguiera escapar de la primera oleada de presión. Tras el 2-0, con el cuadro de Solskjaer gravemente herido en lo anímico, el FC Barcelona redobló su apuesta por el control hasta conseguir asentarse en la parcela contraria. Con el pie izquierdo de Messi sorteando a los ingleses, con Arthur entendiendo bastante bien cuándo, cómo y hacia dónde dirigir el esférico, con Rakitic yendo de un lado a otro para compensar los movimientos de Leo y con el conjunto, en general, que se juntaba por derecha para después cambiar la orientación del juego hacia Alba, los de Ernesto Valverde alargaron esta tónica hasta después del descanso. Ahora bien, la acción del 3-0 conviene que volvamos a poner el foco en otro detalle importante. La jugada del tercer y último gol del FC Barcelona, que conecta a Messi, Alba y Coutinho a muy pocos toques y en muy pocos segundos, es bastante significativa. Si bien es cierto que la acción nace y se desarrolla a muchos metros de distancia de la frontal de De Gea, el hecho de que Coutinho aparezca desde atrás -y no por delante- para atacar el área y no la pelota puede -y debería- ser, a la postre, una gran noticia para el Barcelona.
El hecho de que Coutinho, arrancando desde el extremo izquierdo -sin Dembélé-, no busque directamente el contacto con el balón sino que prefiera retrasar unos metros su posición para aclarar el espacio en la diagonal Messi-Alba, que sigue siendo el recurso táctico que más profundidad le da al FC Barcelona en escenarios de ataque posicional, podría ser, bien llevado, un arma muy determinante para el equipo en clave Champions. El lateral catalán, que lee como nadie ese pase de rosca de Messi al espacio, mientras él ataca por delante o por detrás del lateral rival para llegar hasta línea de fondo, tendría de este modo una segunda referencia -que vendría a ser Coutinho- a activar con su pase raso hacia atrás. De esta guisa, girando al contrario de derecha a izquierda, y sobre todo hundiéndolo en su propia área una vez es Jordi Alba el que consigue recoger ese envío, el Barcelona estaría así consiguiendo activar -como en la jugada del tercer gol- la mejor arma de Coutinho, dotándolo de tiempo y espacio para buscar la escuadra del palo largo. Un elemento que, sumado a la propia conexión entre el ‘10’ y el ‘18’, a la velocidad de Dembélé y a la tranquilidad -cada uno en su materia- que otorgan Ter Stegen, Arthur y Piqué, podrá acercar al Barcelona a alcanzar el objetivo. Así de determinante es.
AdrianBlanco_ 17 abril, 2019
Qué importante sería para este Barcelona activar esa última conexión y que Coutinho finalizase las ocasiones desde la frontal. Por eso me pareció tan importante la imagen del 3-0. Es el patrón a activar por Ernesto Valverde.