
Veinte años después de uno de los grandes milagros de la Copa de Europa, ocurrido en el Camp Nou entre el Bayern Munich y el Man. United, Ole Gunnar Solskjaer convenció a sus hombres de que nada extraordinario tendrian que hacer para que en la Copa de Europa algo extraordinario pueda ocurrir. El gran logro de esta competición es condensar en un formato competitivo todo lo que describe al fútbol como algo indescriptible. Y es que tras dominar Old Trafford con solvencia y hechuras, trayendo un 0-2 hacia París, y con un United con numerosas e importantes bajas, el París Saint-Germain dijo adiós, otra vez, en octavos de final, al trofeo que da sentido a su existencia desde que decidió ir a por él. Recibió tres goles por fallos flagrantes que dieron la razón a un tipo que desde la banda, antes y durante, les dijo a los suyos que esperasen en silencio, porque en la selva siempre termina pasando algo.
El PSG arrancó con seguridad y ritmo en su circulación de balón
La visita del Manchester United al feudo de Tuchel, Mbappé y Verratti fue una nueva prueba de cómo se están configurando las eliminatorias de Champions en las últimas ediciones. El vigente campeón, que trajo un 1-2 de Amsterdam, y que la temporada pasada venció 1-2 y 0-3 en el Allianz Arena y en el Juventus Stadium, cayó eliminado o sudó tinta china para pasar. La influencia de los estadios, los ambientes, el juego o disputar la vuelta en casa con marcador favorable es una trampa que Solskjaer aprovechó sin salirse del guion, una trampa en sí misma, que fabricó para derribar la golpeada psique del campeón francés. Lo hizo con un planteamiento que, desde lo táctico, fue tan simple y sencillo como útil y valioso.
A diferencia de lo visto en el encuentro de ida, donde el Manchester United fue mucho más agresivo y disperso en su plan general y en su intento de presión más transiciones, el PSG asumió, por iniciativa propia y planteamiento del oponente, una posesión templada que comenzó a poner en marcha con una gran seguridad, pues abría bien el campo con sus carrileros, mientras sabía apoyarse en los costados para no quedar rodeado de jugadores ingleses en dicha basculación. El colectivo galo tocaba, se movía y encontraba un espacio, principalmente con Mbappé, entre central y lateral, que le concedía muchos metros para subir líneas y cerrar en campo rival todas sus jugadas. La primera conexión de Verratti, la movilidad de Draxler y el uno contra uno de Mbappé y Di María conseguían mezclar control con cambio de ritmo. Sin tumbar a su rival en creación de ocasiones, el ritmo de la circulación era el adecuado para no quedarse en tierra de nadie y tener que pensar demasiado.
El United orquestó un plan muy simple pero de valor por su cumplimiento indcondicional
El United, no obstante lo tenía muchísimo más claro. Y así se demostró en todo momento. Con 0-0, 0-1, 1-1 y 1-2, los ‘red devils’ construyeron una fase defensiva muy reconocible, nada original, pero muy interesante para explicar el desarrollo del partido y el párrafo introductorio, también para reunir las grandes fotografías del partido: el «calm, calm» de Mbappé, el lamento de Kimpembe al final, la cara de Verratti al tirarse al suelo a tapar el tiro de Dalot. El plan consistió en esperar en todo momento, los 90 minutos, en campo propio y con los dos puntas metidos y ubicados antes del círculo central. Nadie saltaba a la presión hacia delante, el jugador sólo podía moverse horizontalmente. Con un bloque estrecho y compuesto por tres barricadas en el carril central, impermeable a recibir conexiones duraderas por dentro, Solskjaer vio claro que su contragolpe no podía nacer de un robo, sino de un rechazo suyo tras un centro lateral francés.
Esa era su imaginada ventaja y fortaleza. Un robo buscado abriría muchísimo el partido y podría dar alas a Mbappé en el ida y vuelta, y además llevaría a su equipo a un estado emocional demasiado precipitado para esperar su momento. Con revoluciones muy bajas, el United cedió espacio por fuera, para que por allí se dejaran caer y se incorporaran muchos rivales. Con tiempo y espacio, el PSG, habiendo recibido un golpe importante con un error muy grave de Kehrer, armaba el centro y se producía la segunda jugada, donde el United contaba con más futbolistas que el PSG, que tenía a varios efectivos por fuera, expulsados por la idea defensiva de Solskjaer, con la que salía y buscaba o la recepción de Lukaku o la arrancada de Rashford. En lo global, el plan era muy poco sofisticado pero contenía un valor tremendo en cómo el equipo esperaba continuamente. Pasaban los minutos, se horizontalizaban los pases, el United necesitaba más goles… y nadie se precipitaba. Como un cazador camuflado, el tiempo no era un problema. En la aparente calma, la presa toma confianza.
El descuento contactó 1999 con 2019, en una noche para gloria de Solskjaer
La noche fue el refugio del que espera y el mal del que anhela sin poder controlar lo que tantas veces se le ha escapado. No hay razón atendida por el PSG y por todo su periplo europeo desde que comenzó a multiplicar sus inversiones. Los tres goles, en forma y fondo, vuelven a acompañar al proyecto francés a la habitación del pánico, que es a su vez la del sueño, donde conviven todos los miedos, inseguridades y anhelos de un equipo que quiere, puede, pero no sabe cómo dominar 180 minutos pasado febrero. El fútbol es así podría ser perfectamente el epitafio del Paris Saint-Germain y de Ole Gunnar Solskjaer.
Retape 7 marzo, 2019
Madre mía cómo está la Champions. Qué poco hizo el Manchester y sin embargo supo sacar rédito de tres fallos. Me recordó a su partido con la Juve. ElPSG por otro lado supo crear ocasiones. Ataca muy bien, se doblan perfectamente por fuera y por dentro consiguen hacer combinaciones entre Mbappé y dos perros viejos como Di María y Alves. Sin embargo, tengo que ponerle pegas al joven francés. En las últimas que tuvo, ya con todos los espacios a su disposición tuvo dos últimos controles en jugadas clarísimas de gol que me recordaron a Vinicius. Que tosquedades por dios. No suelo ver la liga francesa pero espero que sean puntualidades si el chico quiere ser el próximo jugador histórico.