Llegó en el minuto 90 un gol que cierra uno de esos partidos que se venden por sí solos. El fútbol español ha encontrado en la semifinal de Copa entre Valencia y Betis el enésimo ejemplo con el que posicionarse con una demoledora identidad. Chés y verdiblancos, Marcelino y Setién, representan en el espectro futbolístico dos ideas completamente diferentes y contrapuestas. Nacen y mueren en el polo opuesto al de su rival, deseando que pasen cosas que intenta evitar el de enfrente. En su primera velada, hubo absolutamente de todo, desde la línea táctica, la emocional y la del marcador. El Betis soñó y rozó con una ventaja importantísima pero el empate final hizo comprender al espectador que estaba ante dos de los equipos más despiertos y capacitados como para estar en la final del próximo día 25 de mayo.
Con los 180 minutos que dura un cruce a las puertas de la lucha por un título, los primeros 15 de la misma fueron un calentamiento. El Valencia rápidamente armó su bloque más bajo, que no es tampoco radical, para obligar al Betis a tomar riesgos donde más necesidad está encontrando. Su porcentaje de posesión no se corresponde con sus números, en remates y goles, de ahí que sus rivales ya asocien el planteamiento con esta disposición defensiva. El Betis, que tampoco quiso exponerse desde el primer momento, decidió pasarse la pelota en los primeros compases de manera organizada y conservadora. Esperando su momento. Sería un aviso para lo que vendría después, sólo que posteriormente fue más agresivo, aunque por la forma, por la cuenta que le traía, fue muy parecida.
El Betis tuvo que cuidar mucho sus envíos más verticales
Setién recuperó a Carvalho en el pivote y ubicó a Joaquín Sánchez, el mito, de carrilero derecho. El resto todo lo esperado, con Morón de ‘9’ y Canales, Lo Celso y Guardado encargados de decidir qué ritmo y qué envío era el adecuado para no perderla primero y atraer alguna marca impetuosa del bloque valencianista que abriera más puertas. Fue llamativo como la primera salida del Valencia tras robo terminó en córner tras una fantástica combinación colectiva. Moraleja: el Betis sabía que batir línea desde la defensa o desde los centrocampistas era peligroso ante Rodrigo, Parejo y Mina. De ahí que lateralizara mucho su circulación, con Joaquín más arriba y Mandi como falso interior diestro.
Poco a poco, no obstante, el partido ganó en intercambios de iniciativa, en un duelo formidable en el cuerpo a cuerpo. El Betis encontró una enorme efectividad en sus envíos al área y dio con el marcador perfecto para manejar los tiempos. Para llegar hasta allí fue mucho más agresivo en su salida y pases por fuera, saltándose la pérdida en carril central y encontrando profundidad directa con un 3vs2 en los costados. Su ventaja era consecuente, si bien Joel había sacado una mano extraordinaria con 0-0. No obstante, el rival también juega y Marcelino modificó forma y piezas para buscar el contexto adecuado que finalmente se dio. Entre esas decisiones, una en concreto, la de Kevin Gameiro, se erigió en primordial.
Gameiro está convirtiéndose en un activo muy importante
Y es que el plantel del Valencia tiene bastantes dificultades para encontrar jugadores que transformen dinámicas desde su propia individualidad. Depende de sus dos cracks, Parejo y Rodrigo, pero si ellos están como en este momento, sí hay actores de reparto que dependiendo de las necesidades de cada partido, tienen calidad para sumar constantemente. El caso de Kevin Gameiro tuvo una gran trascendencia. Sus movimientos fueron un faro más constante que los de Mina, lanzándose al espacio o al apoyo para deshacer el balance bético. El Betis comenzó a correr muy separado en sus líneas y el Valencia encontró premio en sus fantásticas transiciones. Mestalla ya se viste para vivir su propia final. Y los dos equipos tienen intactas sus opciones.
AArroyer 8 febrero, 2019
No sé qué va a pasar en la vuelta, pero ya con esto nos podemos dar por satisfecho. Muchísimo ojo al Valencia en la Europa League. Y bueno, al propio Betis. Me parecen dos equipos que, si enfocan buena parte de sus energías en esa competición, son candidatos a ganarla, lo creo sinceramente.
Empezó bien el Betis, pero el Valencia es que ahora mismo está en un nivel de confianza individual y de piezas optimizadas que le da una miniventaja para el partido de vuelta, en mi opinión.