Apertura, medio juego y final | Ecos del Balón

Apertura, medio juego y final


El Real Betis de Quique Setién es uno de los equipos más maduros de Primera División. El cuadro verdiblanco, en su segundo año de convivencia con el técnico cántabro, ha experimentado una evolución muy palpable en su manera de interpretar el juego. Tal es así que, como detallaremos a lo largo de este texto, muchos de sus actuales números (que tienen que ver con la posesión, el acierto en los envíos o la efectividad en sus disparos) no guardan relación alguna con los de la temporada pasada. Una fórmula que ha ido adoptando matices, cambios y particularidades que después de estos primeros meses de competición, con los objetivos aún intactos, ha transformado más el fondo que la forma de este colectivo.

“Evolucionar”, como dice el diccionario, no implica una mejora categórica sino el hecho de pasar (solo) de un estado a otro. Y en esas se encuentra ahora mismo el Real Betis. “Yo no tengo gran capacidad para inventar; me suelo fijar mucho en lo que hacen otros. Todos los entrenadores somos diferentes. Todos. Cuando te comunicas con un futbolista le vas dando tus matices, lo que quieres que haga y lo que no. Esos matices cambian si mañana viene otro entrenador. Yo en cuarenta años no he visto a dos futbolistas que sean iguales; con los entrenadores es lo mismo”, reconocía el propio Quique Setién en una entrevista a The Tactical Room en septiembre. Y ese, en realidad, es el mayor secreto del cántabro.

El Real Betis es el equipo con más posesión de LaLiga (63.7%), y el 11º con más goles a favor (25)

La prueba irrefutable de este proceso es la manera en la que sus contrarios están planteando su estrategia. A estas alturas, con el cambio ya bien asentado, resulta probado que sale mucho más rentable esperar al Betis abajo, bien cerrado y estrechando mucho el espacio entre sus líneas y la figura del portero, en lugar de querer presionarlo arriba, apretándole sobre sus centrales. Una primera diferencia muy evidente entre lo que es este Real Betis Balompié y lo que representaba la campaña pasada. Y que ayuda a entender, dicho sea de paso, el cariz analítico que pretende desglosar este texto.

Dicha tesitura ha llevado al Betis a asumir uno de los estilos más posicionales de LaLiga. Iniciando siempre desde atrás y por abajo, distribuyendo a sus centrales de manera horizontal (que no en paralelo) en torno al área de Pau López, el Betis está otorgándole una importancia mayúscula a su fase de iniciación. “La salida de balón nos da control del juego, porque si al final tenemos que dividir la pelota pues también lo es para el rival. Pero nos da para atacar más juntos y que cuando la perdamos estemos más ordenados para poder defender. (…) Para intentar jugar fácil hay que haber ganado primero el tiempo y el espacio. Y tener soluciones: que los compañeros den esas soluciones más cerca, más lejos, hacia atrás o en paralelo para luego progresar”, reconocía Eder Sarabia en Cáprica. Y eso, en palabras de su segundo entrenador, es algo que el equipo mantiene grabado a fuego. Una coyuntura para la que el equipo viene adoptando ciertos matices dentro de su juego, como es el caso de Marc Bartra (fotografía), quien se está adelantando por delante de los otros dos centrales para escapar así de la presión rival. A través de estos movimientos, y de los de Mandi, su central derecho, que está sabiendo cómo y dónde posicionarse para alejarse del marcador contrario cuando este plantea su presión muy arriba, la pizarra de Quique Setién está sabiendo dotar a su equipo de múltiples soluciones con tal de no dividir nunca –o lo menos posible- el esférico. Una salida de balón que el Betis, con un solo pivote (William Carvalho) y dos interiores móviles (Guardado/Canales), está sabiendo llevar a cabo con el máximo compromiso posicional posible. Pero el juego, como reflejan los datos, no está siendo todo lo fluido ni vertical que se demanda para estos casos. Porque, en más de una ocasión, se puede achacar a este Betis que sea más prudente que dominante cuando tiene la posesión.

El Real Betis se encuentra mucho más cómodo cuando encuentra espacios para transitar en ataque

El Real Betis 2018/19 vive inmerso en una dualidad para la que aún no ha encontrado solución. El cuadro verdiblanco es, a estas alturas del curso, el equipo que más balón amasa de media por encuentro (con una posesión del 63.7%). Sin embargo, el gran debe colectivo de este equipo es que aún no ha descubierto cómo materializar dicho registro. Del mismo modo que el Betis es el equipo con más cuota de balón de Primera, por encima de FC Barcelona (61.5%), Real Madrid (59.2%) y SD Eibar (55.3%), este control del esférico no se está traduciendo en las cifras que todavía hoy definen el verdadero fin del juego: es el 11º equipo con más goles a favor (25), el 12º que más remata de media por encuentro (10.51) y es el noveno, en cambio, con más tantos encajados (26). Un desfile de números que no hace sino entrever que el hecho de estar teniendo el esférico tanto tiempo no es sinónimo de un proceso ya completo. Algo que el propio Quique Setién se ha ocupado de precisar en innumerables ocasiones: “La posesión es un medio para llegar a un fin, que es hacer gol y que no te lo hagan. La posesión en sí misma es intrascendente. El objetivo es acabar la jugada de la mejor manera”.

Esta circunstancia ayuda a entender por qué a este Betis, a diferencia del anterior (2017/18), es preferible esperarlo abajo antes que salir a presionarlo arriba. Adoptando ciertos matices para la causa, como es el hecho de que Bartra se sitúe unos metros por delante de los otros centrales para dividir así la presión del equipo rival, el conjunto de Quique Setién tiene engrasado uno de los mejores mecanismos en salida de balón de toda LaLiga. Escalonando -como decíamos- a sus tres centrales en torno a su área, el cuadro verdiblanco tiene mecanizados sus primeros pasos. Apoyándose mucho en su perfil diestro (fotografía), el de Mandi, el de Francis y adonde también acude normalmente Canales, la intención del Betis es gestar la acción desde la derecha para que se mueva por dentro y acelere por el lado izquierdo, antes de llegar al rectángulo rival. Al menos, respetando ciertas excepciones, en lo teórico. Porque ocurre que dentro de esta cadena el equipo no siempre es capaz de completar todas las cuentas. Y es entonces como más dañino resultó el Betis en el Camp Nou, o ante el Espanyol, en Cornellà: cuando van apareciendo atajos por los que transitar rápido.

El Real Betis cuenta en todas sus líneas con futbolistas capaces de acelerar la acción en un abrir y cerrar de ojos. Desde cualquiera de los tres centrales, que dominan tanto el envío corto como el desplazamiento en largo, ya sea vertical u horizontal; pasando por sus carrileros, que guardan comportamientos muy distintos en función del perfil que ocupan; sus centrocampistas, ya sea Canales, Lo Celso o el mismo Carvalho; hasta sus mediapuntas y sus puntas, como ocurre con Joaquín, con Loren (fotografía) o con la ruptura de Sergio León. Todos ellos manejan esa capacidad de romper -mediante un pase o una conducción- en vertical. Y esa cualidad es, a decir verdad, la condición a explotar por el equipo a través de la pelota (en palabras de su técnico): “Cuando el rival se abre no necesitamos pases a los lados, sino que finalizamos a toda prisa”.

Juanma Lillo siempre ha reconocido que el Juego de Posición consiste en que los jugadores se pasen el balón en espacios reducidos para “encontrar libre a un jugador lejano”. Algo que intenta el Betis en esos escenarios de mayor dominio territorial, y en los que la figura del carrilero vuelve a ser la clave de todo este proceso. Además de dar amplitud, algo primordial en esta manera de leer el fútbol, los hombres más abiertos en el sistema suelen ser el ‘jugador objetivo’ al que, después de aclararles el espacio jugando lejos de su zona, brindarles el tiempo necesario para operar en ventaja. Una tesitura que el equipo, tal y como ocurre en su salida de balón, también ordena de derecha a izquierda, previo paso (muy importante) por el carril central. Aunque para ello es esencial que el equipo sea capaz de ir tejiendo superioridades a la espalda rival. Pero eso mismo -punto clave de todo el desarrollo- no siempre lo logra.

Esto da pie a por qué el Real Betis tiene actualmente una conversión ‘ocasiones/partido’ tan escasa, siendo el equipo que más tiempo disfruta del balón de toda Primera. Hasta llegar a la zona de 3/4 rival, lo cierto es que este Betis, por norma general, completa satisfactoriamente todas las partes del proceso previo. El equipo, acostumbrado a ubicarse en un 3-4-2-1, sale bien desde sus centrales, apoyándose en sus centrocampistas para rebasar la divisoria y ordena a sus carrileros a situarse muy abiertos para generar otro tipo de espacios por dentro. Sin embargo, las posesiones no son siempre todo lo eficientes que deberían ser para un fútbol tan invasivo como el que practica el Betis cuando sus rivales repliegan muy abajo. De hecho, como así ocurrió en el doble encuentro ante el AC Milan, por poner un ejemplo, ocurre que el juego horizontal del equipo no consigue mover a su contrario (fotografía). Y menos, girarlo. Y el porqué de esto reside en una simple cuestión numérica: debido a la naturaleza de sus mediapuntas, quienes suelen ser Joaquín y/o Lo Celso, o en su defecto cuando el equipo junta a dos de sus delanteros a la vez, el Betis acaba aglutinando una gran cantidad de futbolistas en torno al esférico y no repartidos sobre el verde, que no es lo mismo, y esto imposibilita uno de los fundamentos básicos del Juego de Posición que emplea: activar al tercer hombre.

El cuadro verdiblanco dispone de una de las ‘salidas de balón’ más trabajadas de la Primera División

De acuerdo a sus altos índices de posesión, resulta hasta lógico pensar que el Betis es en estos momentos el tercer equipo con más pases de media por partido (528.41), siendo el segundo con más precisión en sus envíos (89.11%; por encima del Real Madrid), y en cambio cae hasta la sexta posición -por detrás de Real Madrid, Barcelona, Sevilla, Eibar y Valencia- en cuanto a su número de intervenciones por encuentro en el área rival: 16.37. Un registro que, a colación con el anterior punto, da una primera impresión de qué es lo que ocurre con la posesión del Betis a estas alturas de la temporada.

“En el Benito Villamarín, cuando llega el minuto 70 y no ganamos, los aficionados empiezan a pedir que metamos el balón en el área. No, no. Si tú metes centros sin sentido, pierdes el balón y hay contragolpes. Para esos centros no tenemos rematadores porque hacemos un juego posicional. Hay que llegar de otra manera. Puede haber alguna acción excepcional en la que se hagan las cosas de otra manera, pero por sistema hay que hacerlas como pedíamos. Hay que sacar el balón, buscar el espacio y soportar a la gente que quiere que metas el balón a la olla”, reconocía Quique Setién en su entrevista con The Tactical Room. Y puestos a analizar la manera de actuar del equipo, es menester reconocer que la idea ha calado hondo en el comportamiento. Recogiendo el concepto anteriormente mentado del ‘tercer hombre’, y haciendo caso al método instaurado por el cántabro, el Betis se ha encontrado más de una vez -y más de dos- en la tesitura de que cuando la pelota arriba al último tercio, el posicionamiento de sus piezas imposibilita que cada jugada adopte ciertos derroteros (verticales), en detrimento de otros.

En este punto es donde entra en el ajo el rol de los delanteros. Como regla el juego de posición, el factor diferencial reside en la superioridad. Y para ello, cuando el equipo tiene la pelota, nada mejor que las triangulaciones entre sectores. Por ponerle nombres: cuando el Betis rebasa el centro del campo, la acción ya dispone automáticamente de dos puntos relacionados entre sí, fruto de la separación que Quique Setién ha decidido otorgarles desde la pizarra: Canales, que es el primero en bajar a recibir el primer pase, y Lo Celso, que a menudo arranca desde el perfil opuesto, configurando de este modo la primera línea imaginaria con la que el Betis quiere atraer y dividir desde dentro. Colando siempre a uno de los dos a la espalda del pivote (o doble pivote) rival, la intención del equipo es ir configurando distintas alturas en la circulación para que esta llegue en las mejores condiciones (tiempo + espacio) a la tercera y última pieza de este triángulo. Pero esto es algo que, desde la línea más adelantada del sistema, el Betis no está completando con la asiduidad que debería para con la perfección del esquema.

Por deméritos colectivos, aunque -en muchos casos- también individuales, al ataque posicional del Real Betis le viene costando mucho activar el recurso del ‘compañero libre’. Sin ese apoyo por arriba, clave para atraer (la marca) y superar (la siguiente), la posesión bética viene sufriendo lo suyo ante repliegues bajos por su incapacidad para girarlos. Mientras que corriendo, como decíamos unas líneas más arriba, el equipo sabe bien cuándo y dónde dar el siguiente paso, la fórmula no está resultando tan efectiva ante ese otro tipo de escenarios. “Lo más importante es el entendimiento que tengan los jugadores de los que les pides: jugar con cuatro o con cinco defensas, con dos pivotes o con uno solo, con dos interiores, con dos puntas… Ese entendimiento del juego a veces se pone a prueba en función de cómo juega el rival, para colocarte de una manera determinada. El dibujo nunca se mantiene fijo. Todo se mueve constantemente. Lo importante es que ellos tengan claro lo que deben hacer en cada momento. Si tú juegas con cinco defensas, tus laterales deben saber dónde tienen que colocarse, porque no estarán a la misma altura que si juegas con cuatro atrás; si juegas con dos medios, ellos saben que tienen que moverse de una manera concreta, diferente de si juegas con tres medios; tus interiores, si juegas con bandas y un único punta, tienen que saber si se quedan abiertos o deben moverse por dentro… Todo esto lo deben decidir ellos sobre la marcha. Lo importante es que siempre exista un orden, porque eso te permitirá atacar bien, y sobre todo defender cuando pierdas el esférico” (Setién en ‘The Tactical Room’).

Ante Real Sociedad (Copa del Rey) y Real Madrid (Liga), el Betis volvió a una línea de cuatro defensores

Por todo ello, resultó muy significativo el cambio de sistema ante Real Sociedad (en la Copa del Rey) y Real Madrid (LaLiga). Prescindiendo de uno de los tres centrales para ganar una referencia más por dentro, pasando así del 3-4-2-1 a un 4-3-2-1 en el que ya no hay carrileros sino laterales (fotografía de la izquierda) y el equipo, en fase defensiva, se posiciona con cuatro futbolistas en lugar de con cinco, el Betis ha tratado de paliar así un déficit que le ha venido costando caro. Sin ganas de querer entrar a valorar el perfil y las aptitudes de cada uno de los tres delanteros, lo cierto es que a los de Quique Setién les cuesta -por norma general- conectar premeditadamente y de forma continuada con su(s) punta(s) cuando el escenario demanda un ataque más pausado. Volviendo a hacer hincapié en las dificultades del equipo para activar al ‘tercer hombre’, con el cual establecer así la triangulación que acerque la jugada a posición de remate, integrando para ello el toque/devolución de su referencia ofensiva, esta carencia (táctica) invita a ponerle un porqué a la efectividad ‘posesión-remate’. De esta forma, sin una superioridad manifiesta dentro del carril central es, lógicamente, más difícil que el equipo genere la ventaja desde fuera y/o consiga encarar al guardameta rival, como fin último del libreto.

Esto último, de hecho, es exactamente lo mismo que le ocurrió en su derrota ante los blancos. A pesar de tener mucho más tiempo la pelota que el Real Madrid, de superar la presión inicial de Solari y de conseguir instalarse -tanto en la primera parte como en la segunda- en torno al área (fotografía), el cuadro bético volvió a echar en falta un ataque posicional capaz de generar esas ventajas. El resultado al descanso fue, en este sentido, de lo más revelador: hasta un 71% de posesión (29% del Real Madrid), con 297 pases completados (107), que el Real Betis no logró maridar con un solo disparo entre palos (por 3 de los de Solari). Unas estadísticas que volvieron a probar cuál es (hasta el momento) la gran deuda competitiva del equipo. Porque, como decía el propio Setién unas pocas líneas más arriba, “Lo importante es que [los futbolistas] tengan claro lo que deben hacer en cada momento”. Un proceso que, como ha pretendido analizar el texto, no está resultando igual de eficiente según el contexto y el espacio.

Sirva como corolario de este texto señalar que todo lo anteriormente detallado no es sino una pequeña explicación de por qué este Real Betis no consigue atacar (regularmente) con fluidez en escenarios puramente posicionales. Ahora bien, no se puede dar por concluido este análisis sin entrar a valorar la otra cara de esta misma moneda. Al cierre de este texto, el cuadro bético es el séptimo equipo de LaLiga que menos remates recibe por encuentro. Solo por detrás de Eibar, Atlético de Madrid, Real Madrid, Getafe, Leganés y Barcelona, el cuadro de Setién es, a estas alturas, uno de los conjuntos que menos disparos concede (10.15). Una situación que, teniendo en cuenta que es el equipo de Primera con menos pérdidas durante los 90’ (83.7), avala la sensación ya antes puesta sobre la mesa: el Betis está ejecutando bien todos los pasos pertinentes antes de llegar a la zona de 3/4. Sus posesiones, tanto para salir desde atrás cuando el rival decide presionar arriba, como para instalarse en la parcela contraria, son de calidad. El equipo se junta bien a lo largo y ancho de todo el campo, lo que facilita una presión tras pérdida más eficiente; aunque esto mismo no excluye todos los hechos anteriormente analizados. El Real Betis Balompié de Quique Setién es uno de los equipos más trabajados de toda la Primera División. Y prueba inequívoca de ello son sus resultados en este año y medio de concomitancia. Ahora, como paso intermedio hacia la exitosa culminación del proceso (que ya le ha cambiado la vida al club, dotándole de una identidad hasta ahora desconocida), queda lo más complicado: a Quique Setién, que ya sabe lo que es enfrentarse en torno a un tablero a Anatoli Kárpov, la leyenda rusa del ajedrez, le falta por alcanzar la gloria en la última fase de este juego para la que dispone de más alfiles que peones.

Comparativa entre las temporadas 2018/19 – 2017/18 (datos entre paréntesis):

63.7% de posesión: 1º en LaLiga – (57%: 2º en LaLiga)

25 goles a favor en la J22: 11º que más – (37 en la J22: 6º que más)

26 goles encajados: 9º que más – (45: 3º que más)

10.51 remates por partido: 12º que más – (9.56: 15º que más)

528.41 pases/partido: 3º que más – (482: 3º que más)

89.11% de acierto en el pase: 2º que más – (86.8%: 3º que más)

16.37 toques en el área rival/partido: 6º que más – (11.81: 4º que más)

10.15 remates en contra/partido: 7º que menos – (10.43: 9º que menos)

83.7 pérdidas de balón/partido: el que menos de toda LaLiga – (90.35: segundo que menos)

**Datos de la plataforma Wyscout


17 comentarios

  • AdrianBlanco_ 30 enero, 2019

    ¿Qué impresión tenéis vosotros de este Real Betis? Hablemos de fútbol. 😀

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  • AArroyer 30 enero, 2019

    Plas, plas, plas. Bravo, señor Blanco.

    Yo parto de la base de dos cosas que se están demostrando como lógicas en la evolución del proyecto del Betis. La primera es que pasar tiempo absorbiendo ideas hace que se perfeccionen y se asienten, se cojan mecanismos tanto puramente orgánicos como a nivel de mentalidad, de tomar decisiones en base a lo que aplica y dictamina el modelo. De ahí que la salida de balón no se negocie con pelotazos y que se hayan adquirido movimientos de todo tipo, algunos programados, otros más intuitivos, eso dice mucho del aprendizaje de los jugadores.

    La otra es que el Betis el año pasado marcaba casi todos sus goles en transición y ahora se posiciona mucho más en campo contrario, por eso ha reducido muchísimo los goles encajados. Lo que no esperaba es que tuviera un problema estructural a la hora de crear ocasiones y que le esté costando tanto solucionarlo. Es como que para solucionarlo tendría que ser de nuevo más vertical, y eso Setién no lo quiere. Veremos qué factura le pasa esto a final de temporada.

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  • polmadur 30 enero, 2019

    Llegados al ecuador de la liga, yo creo que el problema del Betis este año son tres. Joaquin, Guardado y Fabián. Podríamos sumarle un 4º que es la delantera, pero eso ya se veía en el último tramo de la temporada pasada.

    Joaquin y Guardado porque el nivel que dieron la temporada pasada era casi irreal, Guardado en la base y Joaquin entre lineas creaban todas las ventajas posibles para los delanteros.

    Fabian. Se que han llegado Canales y Lo Celso, pero cada día pienso más en que el punch final que daba el canterano es lo que se ha perdido, una irrupción como la suya está costando mucho de reemplazar.

    Pero el Betis tiene un problema mayor para su futuro, Setien se ha saltado pasos, ha creado un equipo en menos tiempo de lo esperado y ahora el entorno le pide más y su trabajo está quedando como un fracaso, cosa que espero no lleve a tomar decisiones equivocadas. Está claro que se han perdido puntos que no deberían haberse perdido, pero eso es la liga de esta temporada, todos lo están sufriendo.

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  • AArroyer 30 enero, 2019

    @polmadur

    Comparto lo de Joaquín y Guardado, a quienes Canales y Lo Celso han pasado por la derecha. Y efectivamente corresponde demasiado a estos dos la creación de ventajas, si no la crean ellos es muy complicado.

    Lo de Fabián lo comparto menos por el paso adelante de Mandi y la posición y recepción de Canales. Para mí Fabian era un interior fantastico para dominar el campo rival, pero la salida de balón del Betis ha conseguido mostrarse muy segura, como explica Adri. No obstante, es una pieza de muchísima calidad, pero en mi opinión, Carvalho, Bartra-Mandi, Canales y lo Celso la han compensado.

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  • Cristóbal 30 enero, 2019

    Me ha encantado tu texto, absolutamente una maravilla, más viendo la cantidad de cosas injustificadas que se dicen, para mi hay 3 problemas en ese juego posicional del equipo, el primero que muchas de esas superioridades generadas en el centro para crear el espacio en el flanco derecho, terminan ahí por la falta de nivel ofensivo de ese carril, Francis me parece mejor para el equipo, pero arriba le falta un mundo por aprender a centrar e incluso encarar. El segundo lo haces mención, Joaquín como segunda punta termina el 90 por ciento del partido jugando de interior pisándose la zona con los interiores del Betis, por físico juega más cómodo y no termina nunca de buscar espacios permutando con el delantero, ese mismo problema lo veo también en Lo Celso, creo que tú lo explicaste en el partido de MIlán, porque fue más vertical el Betis y uno era porque Lo Celso hacía movimientos de rupturas que generaban opciones y ofrecían espacios, eso el argentino lo hace a cuenta gotas. Y el último y en el que no coincido con casi nadie, es en la posición de Canales, es verdad que fisicamente está que se sale, es verdad que te ofrece una capacidad de tener el balón y de girarse espectacular, pero del mismo modo que te ofrece eso, tiene muchísimas dificultades para filtrar un pase que rompa líneas, para soltar el balón en su momento y termina rompiendo muchas transiciones del equipo, para mi su vocación atacante es mayor que su función creadora.
    De todas formas joya de análisis, enhorabuena.

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  • Albert Blaya Sensat 30 enero, 2019

    Textos así, como el del Eibar, explican por qué Ecos es un espacio ÚNICO. Muchas gracias por este análisis, Adrián.

    Yo creo que el problema del Betis es doble. Por una banda hay algo cultural, como dice Setién la afición pide una cosa, se impacienta, y es inevitable que el jugador no lo note. El contexto es muy importante, y cambiarlo lleva tiempo. El otro, creo, reside en la profundidad. A pesar de jugar con carrilero el Betis raramente tiene profundidad en sus ataques posicionales, y creo que son básicas las figuras de los extremos. Que abran el campo arriba, que interprenten las jugadas para ver cuándo tirar desmarques o cuando, sencillamente, no moverse. Que puedan verticalizar la acción previa. Y el Betis, salvo Tello, no los tiene.

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  • AArroyer 30 enero, 2019

    @Cristobal

    "Canales, del mismo modo que te ofrece eso, tiene muchísimas dificultades para filtrar un pase que rompa líneas, para soltar el balón en su momento y termina rompiendo muchas transiciones del equipo".

    Muy de acuerdo, es que aquí se observa que al Betis le falta un interior más centrocampista. Ahí sí puede añorar a Fabián o al mejor Guardado. A fin de cuentas, Canales y Lo Celso son fundamentales en salida ante presión agresiva del rival y son muy verticales, compensando lo que les falta arriba a los puntas y los carrileros. Pero al Betis le falta un punto evidente de centrocampismo en algunas ocasiones, algunos códigos diferentes que Canales y Lo Celso no tienen.

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  • Pepe 30 enero, 2019

    Este año el Betis ha conseguido mecanizar la salida de balón y avanzar hasta 3/4 con un bloque estrecho que hace que los equipos rivales decidan en su mayoría cerrar espacios y colocarse cerca de su portero. Ante está situación echo en falta 2 perfiles de jugadores que el Betis carece, carrilero con calidad en el 1vs1 y en el centro (Junior, ahora está lesionado y Tello, lesionado ahora también con la connotación de su debe en defensa) y un perfil de delantero mucho más agresivo dentro del área y que se sienta cómodo viviendo cerca de los centrales.

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  • AArroyer 30 enero, 2019

    @Albert

    Muchas gracias, Albert!!!

    Yo, por lo que explicas, pensaba que el Betis durante este año iba a cambiar a línea de cuatro, pensaba que ahí iba a estar el siguiente movimiento del rompecabezas, para atacar de manera algo más ortodoxa y productiva en la creación de la ventaja, sobrecargando un costado con lateral, extremo y punta, para atacar el lado débil, pero se ha quedado en anécdota lo del día del Real Madrid.

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  • Faetón 30 enero, 2019

    Articulos como estos son los que hacen de Ecos un oasis!
    SI el Betis es el primero en posesion, y el tercero en pases intentados ¿no estará apostando por retener y conducir demasiado el balon, en vez de darle velocidad a la circulación?

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  • torralba8 30 enero, 2019

    Exelente artículo, no creo que tenga que añadir nada más.
    Creo que lo más llamativo son las estadísticas, viendo como mejora en tiros a puerta rival y en toques en el áreal rival no es capaz de anotar más goles. El problema es que el Betis se siente más comodo jugando en transicción, por la características de sus atacantes, y los rivales no le permiten eso. Y cuando el ataque tiene que ser 100% posicional, como ante el Milan sufre en exceso. Tal vez la solución sea jugar con defensa de 4 y probar los 2×1 en banda con los laterales y extremos, pero claro habrá que ver como los carrileros se adaptan a la defensa de 4, con más responsabilidades defensivas, sobre todo en Junior, que en fase defensiva sigue sin llenarme el ojo.

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  • Lucas 30 enero, 2019

    Fantástico artículo Adrián , una gozada su lectura .

    Mi opinión es que al Betis , como a todos los equipos de Setien , y hablo de Lugo o Las palmas , le falta saber "mezclar" ese juego posicional que le da tanta posesión y cierto dominio de los partidos , con llegadas que dañen .
    creo que a Setien le cuesta crear contextos donde sus equipos sean dañonos , aunque en parte puede que esto de deba a la calidad individual de sus jugadores .

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  • festus agu 30 enero, 2019

    ¿Y ahora con Jesé? ¿Como puede encajar en el sistema? Me encantará si vemos otra vez ese Jesé de los inicios :)

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  • festus agu 30 enero, 2019

    @Lucas
    "en parte puede que esto de deba a la calidad individual de sus jugadores "
    completamente de acuerdo, muchas veces el excelente trabajo de pizarra de los entrenadores no termina de verse reflejado en el campo pues a fin de cuentas, el que le da al balón es un jugador, y la calidad es la que es y encontrar jugadores que marquen diferencias resulta cada vez más complicado para equipos con presupuestos tan ajustados…
    El mercado está imposible, y los goles se pagan más caros que nunca…
    Que tiempos aquellos en los que un Logroñes tenía su Toni Polster, Una Real Sociedad a todo un Aldridge o un Compostela un internacional danés como Bent Christensen :)

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  • iLoveCholo 31 enero, 2019

    @Festus Agu
    "Que tiempos aquellos en los que un Logroñes tenía su Toni Polster, Una Real Sociedad a todo un Aldridge o un Compostela un internacional danés como Bent Christensen" —> Esto ahora es la premir. Todos los equipos tienen 1-2 jugadores que ganan partidos. El poder del dinero les da esas opciones.

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  • Balotelli8 31 enero, 2019

    Como Setién consiga con Jesé lo que ha conseguido con Canales, me hago socio del Betis.

    Además, el canario es exactamente el tipo de jugador que le faltaba a este equipo. O por lo menos lo era, hasta su medio retirada voluntaria del fútbol. Parece que el chico ha sentado la cabeza, y desde París dicen que anda entrenando muy fuerte, que ha perdido kilos y está centrado. Cómo sea verdad, y con la confianza de un técnico que le conoce bien, como Setién, y que es muy "paternal", podemos encontrar la enésima cuestión que te obliga a adorar a éste Betis.

    Enhorabuena por el texto, leeros cada día es un regalo.

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  • AdrianBlanco_ 13 enero, 2020

    Esta de vuelta, chicos. Y menudo reto se viene por delante. Quique Setién y el FC Barcelona. 😀

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