Jorge Molina forma parte del patrimonio del fútbol español. A sus 36 años (para 37), el de Alcoy ya ha participado casi en el mismo número de goles (9 tantos y una asistencia) que toda la temporada anterior (7g+4a). Unas cifras que explican de buena tinta su ascendencia en el Getafe de José Bordalas, el tercer equipo de la LaLiga con mejor diferencia de goles (+9) a estas alturas. Aunque la influencia de Jorge Molina en el equipo, autor de 22 tantos en 44 partidos en la 16/17, la temporada del ascenso, va mucho más allá de las cifras propiamente dichas. El alicantino, de hecho, es el segundo máximo artillero del cuadro azulón -por detrás de Ángel Rodríguez (10) y por delante de Jaime Mata (8)- y el noveno futbolista con más minutos de la primera plantilla -tan solo superado por tres de los centrales, los dos laterales, el portero y el doble pivote-. Unas cifras que no hacen sino engrandecer la sombra de uno de los mejores delanteros del momento en la Primera División.
El Getafe es el 2º equipo con más duelos defensivos de LaLiga
Porque Jorge Molina, que esta campaña cumple su tercera campaña en Getafe después de seis en el Real Betis, una en el Elche, dos en el Poli Ejido, cuatro -interrumpidas- en el Benidorm y un par de ellas más en Gandía y Alcoyano, no es nada más que eso: uno de los mejores delanteros del fútbol español. Sin la explosividad de Ángel, todo un experto en el desmarque de ruptura, ni la versatilidad de Mata, que este curso ya ha sido referencia, segundo punta y hasta volante por izquierda, el repertorio -técnico y táctico- de Molina es valiosísimo para el plan de su paisano, el alicantino José Bordalás.
Acostumbrado a defender en bloque medio a partir del 4-4-2, aunque con la destreza suficiente como para ir modulando la presión todo el tiempo en función del contexto -rival y escenario-, el gran valor competitivo de este Getafe es su maestría para controlar y condicionar cada partido. Hechos objetivos de ello son sus números, como ya hemos detallado en otras tantas ocasiones: a estas alturas sigue siendo el segundo equipo de LaLiga con más duelos defensivos, el tercero con más duelos aéreos y el primero -con gran diferencia con el segundo- con más interrupciones. Un ecosistema en el que sus delanteros, y en este caso Jorge Molina, se mueven como pez en el agua. Tanto con la pelota como sin ella, que es igual o casi más importante esto último para el Getafe CF, todo sea dicho.
Jorge Molina ya ha participado en 10 de los 25 goles del Getafe
Si en diciembre analizábamos que el doble pivote, en la fase defensiva, no se abalanza sobre el pasador de manera individual sino que prefiere tapar el espacio y la línea de pase, para que sean los centrales los encargados de reducir la zona entre ellos mismos y la espalda de Maksimovic y Arambarri, no menos importante resulta la función de las dos principales referencias ofensivas tanto en ataque como en defensa. Con capacidad para morder sobre su par cuando este -estos- deciden progresar por el carril central, así como de ir cerrando pasillos según la altura del bloque, la labor primordial de Jorge Molina es dotar al Getafe de una salida segura hacia la parcela rival. Una tarea para la cual el alicantino maneja una lectura y una envergadura claves en este punto. Solo así, haciendo hincapié en lo primero por delante de lo segundo, se entiende la soltura con la que Jorge Molina se ve envuelto en cerca de 21 pases (con un 57% de acierto) y casi 30 (un 30%) duelos por encuentro disputado.
Es más, esas dos materias juntas dan forma a su enorme trascendencia -con y sin balón- fuera del área. Con la autonomía suficiente para recibir de espaldas, proteger el envío y soltarlo en el momento más oportuno, además de prolongar el mismo en un visto y no visto haciendo uso de su altura y su interpretación del tiempo y el espacio, Jorge Molina es, a partes iguales, el mejor complemento de Ángel Rodríguez y Jaime Mata. Dos perfiles que, como decíamos un poco más arriba, pueden amenazar al espacio (Ángel) o ejercer como referencia (Mata) para cargar el área. Por eso mismo es tan bueno Jorge Molina: porque su fútbol, cada día que pasa un poquito más maduro y más delicioso, como el buen vino, es el garante ideal de una idea, un modelo y un proyecto nacido para vivir compitiendo.
Jorge Molina se ve envuelto en cerca de 30 duelos por partido
Lo más increíble de Molina es que cada fin de semana que pasa parece mejor que el anterior. Su riqueza como delantero de un sistema tan pragmático como el del Getafe reside, especialmente, en su amplia variedad de recursos para actuar lejos del área, aunque suyos ya hayan sido -entre goles y asistencias- más de un tercio de los tantos del equipo a estas alturas. Porque Molina no recibe el balón a 20, 25 o 30 metros del área rival por casualidad; sino que para ello es clave su deducción de cada zona del campo. De esta forma, con la habilidad suficiente para decidir qué es lo que más le conviene a cada acción, el de Alcoy es muy completo porque su fútbol le permite recibir la pelota, esconderla mientras la aguanta, conducir, avistar al compañero libre para darla y rellenar zonas de remate, todo ello con la cabeza levantada y a veces junto en pocos segundos, para -y esto a fin de cuentas es lo más importante- para acercar a la victoria y hacer competir así al equipo con peor porcentaje de acierto en sus pases en el centro del campo (-70%).
AdrianBlanco_ 26 enero, 2019
Lo de Jorge Molina es tremendo. A sus 36 años, camino de los 37, hablamos de uno de los mejores delanteros de LaLiga. Porque ya no son solo sus cifras, que obviamente valen su peso en oro para el Getafe, sino todo lo que da fuera del área. El de Alcoy es un vino añejo. Jorge Molina, patrimonio del fútbol español. 😀