Carlos Soler está resultando ser la verdadera buena noticia en la irregular temporada del Valencia. Puede asegurarse ya con cierta vehemencia, ya que el peso que está mostrando en las construcciones ofensivas del equipo se extiende durante el último mes con gran regularidad, precisamente una cuestión que, por uno u otro motivo, no terminó de darse en el primer año de Marcelino en Mestalla.
El espectacular rendimiento de Rodrigo Moreno, la influencia de Parejo en la organización del juego ofensivo, y el excelso momento de forma de Gonçalo Guedes, dejaron a Soler la pasada temporada en un rol claramente secundario, en el que en cualquier caso supo hacerse útil, pero más como continuador que como eje de las acciones de ataque.
Parejo, Guedes y Rodrigo no están teniendo tanta influencia como el curo pasado, y ahí Soler ha crecido en cuanto a protagonismo
Frente al Manchester United fue uno de los ejemplos más claros de lo que va de curso del paso adelante del valenciano. Cierto que con una ventaja posicional que Mourinho tardó media parte en corregir -cuando entró Young por Rojo y el lateral izquierdo jugó más cerrado-, cuestión que por supuesto no resta méritos en lo individual a Carlos Soler.
El técnico luso apostó por un 4-1-4-1 para contrarrestar el habitual 4-4-2 del Valencia, en el que Pogba y Fred, los interiores de los red devils, encimaban a Parejo y Kondogbia. Con Fellaini pendiente de ayudar en la defensa de los movimientos de apoyo de Batshuayi, y Pereira, el extremo izquierdo, teniendo que acompañar las subidas de Piccini, Soler encontró un espacio en el carril interior derecho al que sólo Marcos Rojo, el lateral izquierdo del Manchester United, podía acudir.
Carlos Soler marcó el ritmo de los ataques valencianistas
El argentino no mostró el ritmo ni la intención para hacerlo, y Soler mandó durante los primeros 45 minutos. Ayudado por la atracción que ejercía Piccini por fuera -forma una sociedad con Soler diferente a la que ofrece Wass pero que bien ejecutada también resulta muy útil-, y activado por Dani Parejo, que conectaba con él entre líneas, el Manchester United se vio bastante desbordado.
Para completar el plan, Marcelino sitúo al equipo por detrás de la línea medular sin pelota, lo que atascó bastante a un Manchester United que dejó muy sólo a Mata para tratar de abrir grietas en un sistema defensivo valencianista que ocupó bien los espacios y transitó con acierto al ataque gracias a ese puente constante que ejerció Carlos Soler.
David de la Peña 13 diciembre, 2018
Me está gustando mucho Carlos Soler pero me asalta una duda: ¿podría hacer esto con Rodrigo, Parejo y Guedes a pleno rendimiento? ¿Le daría entonces el sistema de Marcelino de pesar como está haciendo hasta ahora?