La capacidad de los pensamientos para elaborar situaciones anticipadas que no tienen por qué darse del modo en que se construyen a pesar de no tener experiencia, llámese miedo, incertidumbre o angustia, lleva a las personas a reducir su potencial en el momento de la acción. No tener tiempo para elaborar y verse en esa futura situación, en muchísimas ocasiones, es el escenario idílico para ser una versión que incluso uno mismo no esperaba. Las circunstancias han querido que Robin Le Normand, un jovencísimo central francés de la Real Sociedad, haya sido titular en los últimos cuatro encuentros del conjunto de Asier Garitano. Pero serlo de manera más desprevenida que programada, ha hecho que Le Normand no sea preso de las circunstancias. El matiz de esta reflexión es que Le Normand puede haber elaborado todos los pensamientos posibles pero haberlos dejado atrás más por una extraordinaria calidad que por una improvisada y obligada titularidad sin previo aviso. Algo de esto, sin duda, hay, si bien es papel del tiempo juzgar hasta dónde llegará lo que está mostrando hasta el momento.
La Real sigue sin encontrar sensaciones firmes en defensa
El conjunto txuriurdin no ha cambiado demasiado desde que arrancó la temporada. No termina de afianzarse en sus planes más defensivos, pues concede remates de más y le cuesta generar y/o traducir lo generado con cierta continuidad. Algunos brotes verdes aparecen entremezclados, pero la momentánea mejoría no lleva nombres concretos que creen un sistema con potencial para despegar. En esas circunstancias, los rivales han sabido detectar los problemas realistas en fases posicionales y no han sido lo que se dice moderados en ceder la iniciativa. La Real tiene que atacar durante mucho tiempo en campo contrario, un escenario siempre presente en una liga de 38 jornadas. Ante las bajas de Llorente y Elustondo, con la línea defensiva ubicada muy arriba, otra circunstancia más, ha aparecido el nombre de Robin Le Normand.
Le Normand ha tenido que debutar en línea muy adelantada
Y ha llamado la atención. Tomando como prueba la más reciente, el encuentro que le midió a Jorge Molina en el Coliseum Alfonso Pérez vale para resumir algunas de sus potenciales virtudes, que conjugan su biotipo físico con sus rasgos futbolísticos más apreciables. El Getafe es uno de los equipos de la competición que más exige en el descontrol. Aunque tiene muy poco la pelota, los partidos se juegan, en muchas ocasiones, muy cerca, en todo sentido, de lo que busca e interpreta Pepe Bordalás. Con menos de un 30% de posesión y un 55% de acierto en el pase, el duelo individual y la atención sobre la marca a mucha altura es una cuestión tan difícil como indispensable para que un zaguero mantenga el control de lo que el punta azulón busca en la transición hacia el ataque. Ese duelo Le Normand-Molina tuvo tanto nivel que permite al zaguero francés presentarlo como aval, a escala, de su futuro.
Ante Molina, dejó una actuación realmente notable
En la marca, Le Normand está mezclando colocación como central secundario -Moreno tira la línea con balón-, y decisión como marcador más pegajoso. Su envergadura y su ubicación como central derecho le ha medido también con demás referencias rivales -Ünal y Loren Morón-, pero fue con Molina, un maestro absoluto del timing en el apoyo y en la activación de las jugadas, y un seguro en el juego directo, donde Le Normand mostró lectura y firmeza para medir acciones que resten continuidad o reduzcan el techo de la acción que el delantero intenta crear para limpiar o mejorar la jugada. Con un difícilmente mejorable talento potencial para el juego aéreo y una notable movilidad para calcular riesgos a tantos metros de su cancerbero, Robin está brillando. Cada una de las acciones que le midieron a Molina transmitieron y trasladaron una sensación de ir con el metro en la mano y no dejar apenas retales para pasarle factura. Hay jugadores que parecen hechos para categorías superiores y las previsiones con Le Normand, cuanto menos, son para prestar toda la atención que sus minutos en campo vayan mostrando.
AArroyer 21 diciembre, 2018
Se estaba quedando la Real sin demasiadas noticias individuales, y aquí puede haber descubierto a un próximo titular para próximas temporadas. Su aterrizaje en primera, como digo en el texto, le ha pillado desprevenido, y eso creo que ha terminado siendo positivo. Su partido ante el Getafe es para arquear la ceja. Tiene una pinta muy buena este chico, se le ve con personalidad y con una lectura defensiva y una agresividad de bastante nivel. Y por arriba huele a referencia. Entiendo que Llorente tomará de nuevo su lugar, peor Le Normand parece capaz de rendir en las dos alturas.