Los primeros pasos de Julen Lopetegui en el Real Madrid alimentaron una duda que ha acabado derivando en una intervención por parte del técnico vasco que, tomando como referencia la primera parte del encuentro ante el Levante, han deshecho un molde que, aún sin ser sólido, estaba dejando una tarta al menos comestible. La idea primaria del técnico vasco en el campeón de Europa estuvo muy enfocada al control a través del balón. Darle a Kroos mucha y constante presencia en la base de la jugada, y que los que abrieran líneas de pase cerca del alemán fueran Modric, Isco, Ceballos, Asensio o Benzema, permitió construir de primeras una circulación de balón que otorgó fases de control.
Sin embargo, la intimidación en los metros finales brilló por su ausencia. Lopetegui apostó por una delantera formada por Benzema, Bale y Marco Asensio, y la naturaleza de los individuos provocó un problema de agresividad y determinación a la hora de cargar el área. Hemos visto cómo el vasco ha buscado desde la pizarra solucionar este problema, pero a pesar de que los tres han intercambiado movimientos para buscar zona de remate, al final hablamos de futbolistas que sienten el juego priorizando la intervención en las jugadas y no la finalización de las mismas.
Lopetegui ha asumido riesgos para acercarse al gol, pero eso le ha restado control
El once ante el Levante tenía el contexto del parón de selecciones, pero también el hecho de que la inclusión de Lucas Vázquez y Mariano Díaz llegaba con la intención de resolver algunos de esos problemas. Con el primero, uno de desborde y agresividad con pelota al pie en los metros finales, y con el segundo, de determinación para cargar esa zona de remate. Localizado el problema de la primera propuesta, sus titularidades tenían todo el sentido del mundo, salvo por el matiz que incluir a ambos en la ecuación saca de la misma a otros actores necesarios para que el equipo blanco construya un escenario de control.
En el caso del choque frente al Levante, Paco López posicionó a los suyos en un 5-3-2 muy agresivo en su presión, con Morales y Roger quedando descolgados en la punta del ataque para ser la lanza en las transiciones. El Real Madrid consiguió en el inicio del encuentro salvar esa primera intención levantinista, pero el problema para el cuadro merengue fue juntarse en campo rival. Con Asensio en izquierda y Lucas Vázquez y Mariano completando la delantera, las recepciones que había por delante de la pelota no permitían al equipo asegurar el cuero y avanzar en bloque, por lo que el Real Madrid jugó siempre muy separado.
En ese contexto, el emparejamiento de Morales con Ramos y Varane cayó a plomo del lado del futbolista del Levante. Tan cierto fue que la táctica no arropó a la pareja de centrales blanca, como que el capitán visitante se impuso en cada carrera, y les sacó de quicio en cada recepción al pie, de modo que para el cuadro valenciano fue una constante imponerse en sus intentos de contragolpe. Además, el Levante combinó envíos más directos a los espacios con otras transiciones donde se sumaba algún pase extra -Rochina estuvo muy bien en esos apoyos por dentro-, lo que provocó aún más incertidumbre en la defensa blanca, que ansiaba reducir el espacio a proteger, algo que no sucedió hasta que en la segunda parte recuperó algo de coherencia en su estructura con pelota.
El triángulo formado por Benzema, Ceballos y Marcelo cambió la cara del Real Madrid
Esto lo provocaron las entradas de Benzema y Ceballos, a los que Lopetegui juntó en el perfil izquierdo del ataque blanco, donde se encontraron con Marcelo. Ahí el Real Madrid logró asentar la posesión en el campo rival, obligó a que el Levante lanzase sus intentos de contragolpe desde más atrás, y además llegaron varias situaciones de desborde a partir de ese triángulo. Encontrase o no más opciones de gol, que lo hizo, también teniendo en cuenta la exigencia del momento, sin duda la noticia más relevante fue que recuperó control a través del balón, algo que se antoja imprescindible teniendo en cuenta la naturaleza de los futbolistas que componen su plantilla.
El Real Madrid se encuentra en un punto en el que necesita recuperar sensaciones del arranque de temporada, pero que estas vengan acompañadas de buenos resultados dependerá de una evolución que hasta el momento el proyecto de Julen Lopetegui no ha mostrado. La figura de Cristiano Ronaldo potenciaba el plan, ya que el luso influía en los tres carriles del ataque cuando el equipo construía su ofensiva en campo rival, mezclándose bien con los Isco, Modric, Benzema o Toni Kroos, además de, evidentemente, amenazar el área como ningún otro. Ese plus deberá conseguirlo Lopetegui con los mimbres de los que dispone, un paso que el técnico vasco aún no ha conseguido dar, aunque parece que para acercarse a conseguirlo tendrá que rebobinar y partir del punto original.
adiazagero 21 octubre, 2018
¿Pasan las opciones de materializar todo esto que comenta David por eliminar a Casemiro de la ecuación habitual para dar entrada a una pieza extra por delante de la pelota, con Kroos como eje (que a fin de cuentas es de lo que termina ejerciendo, cuente o no con el brasileño a su vera)? No sé si obligar a Modric a dar un paso atrás para solidificar un poco la base y entregar a Isco todo el ancho por delante de ambos podría tener sentido. A fin de cuentas es el escenario predilecto del malagueño, si bien Lopetegui, justo antes del tema de la apendicitis, venía usándolo más fijo en la izquierda, rollo Luis Enrique en la selección