El complicadísimo arranque de temporada del Valencia no ha impedido que las cosas que se sabían casi inamovibles lo sigan siendo. Marcelino García Toral está tratando de mejorar la dinámica pero sin tocar algunas de las teclas más esenciales. Más de F5 que de reset, el entrenador asturiano sigue formando su 4-4-2 en el que Guedes en banda izquierda, Rodrigo como segundo punta y Kondogbia y Parejo en el doble pivote representan el pasado reciente más exitoso y el potencial futuro más capacitado. A su alrededor, la figura del ‘9’ y la configuración de las bandas, por ende el sistema por el que se expresa todo equipo de fútbol, siguen a la espera de una mínima certeza. La ausencia de victorias está taponando la progresión de las nuevas caras pero dada su versatilidad táctica y su entereza en el juego, Marcelino sigue buscando minutos de calidad para Francis Coquelin.
Coquelin está ocupando el pivote y la banda indistintamente
La llegada de Coquelin a Mestalla se vio truncada demasiado pronto con su grave lesión pero el fichaje, aunque escéptico por la aclimatación del jugador francés a la liga española, razonaba la necesidad de encontrar no sólo un sustituto sino una alternativa para el mediocampo che, principalmente para su compatriota Geoffrey Kondogbia. El exjugador del Arsenal aterrizaba en Mestalla con la misión de entender a una idea troncal, el método de Marcelino en 4-4-2, y a su avatar dentro del terreno de juego, Dani Parejo. El de Coslada sigue siendo insustituible por los rasgos de organizador y pasador que no encuentran semejante en la plantilla, y Coquelin dio y está dando síntomas y razones para verlo como un futbolista que entiende las dos premisas del colectivo valencianista.
Su ocupación de los espacios es muy buena; entiende a Gayà y a Kondogbia
Analizar desde un punto de vista frío y distante una dinámica de resultados tan negativa carece de sentido porque la mente y la ansiedad dominan la toma de decisiones y delimitan el rango de acierto y confianza de todo futbolista. No obstante, la utilización de Coquelin, como se vio ante el Leganés, le da un sentido propio a una banda que está sumando demasiados minutos sin Gonçalo Guedes. Mediocentro de formación, Coquelin podría significar que Marcelino construyera dos alturas en mediocampo para retirar un punta pero entiende que la capacidad de adaptación y asimilación del galo a un costado, por extraño que parezca, compensa como para no abandonar lo que se entiende como el latido del equipo, un dibujo táctico en el que encajan de la mejor forma los mejores jugadores.
Su valor reside en su versatilidad y atrevimiento
A nivel táctico, Coquelin en banda está trazando movimientos que están relacionados con el principal problema del Valencia: el atrevimiento con balón para crear espacios en campo contrario y la continuidad ofensiva cuando le ceden la iniciativa o le presionan en la medular. Independientemente de su acierto en el pase, que no está siendo tampoco alto, Coquelin juega en función de las necesidades de su alrededor, es decir, sabe adaptarse a un sistema base en el que determinadas piezas le dan forma con más relevancia que otras.
Su fluidez y naturalidad para ocupar espacios que Gayà, Kondogbia o Parejo necesitan para hacer progresar la altura del balón han convertido al británico en un jugador a tener en cuenta. Además, está relativizando el riesgo, midiéndolo mejor que sus compañeros. Mientras Soler es para Marcelino un jugador de último tercio, igual que Cheryshev, Daniel Wass realiza la función encomendada al frnacés de manera más mecánica. Desde el pivote o desde el costado, Coquelin es un pequeño respiro, insuficiente por ahora, importante para competir.
AArroyer 30 octubre, 2018
No sé cómo puede salir el Valencia de aquí. Es decir, es tan fácil -ganar dos partidos-, como complicado, porque el contexto tiene multiples aristas. Pero Marcelino yo creo que sabe que un jugador como Coquelin le ayuda a cerrar algunas grietas.
¿Qué es lo que más destacaríais de Coquelin?
A mí me parece un jugador superinteresante para una plantilla que tiene que variar registros entre Liga y Champions y que te rinde en todo tipo de ritmos: corrige a campo abierto, se coloca bien, no es demasiado impetuoso, tiene buen trato de balón sin ser un director de juego. A mí me gusta mucho.