El Celta del Turco Mohamed ha ido de más a menos. Así lo dicen sus números. Al menos, los que reflejan directamente el bache de puntos por el que atraviesa. El club vigués no gana desde hace mes y medio; y esta racha, de cinco jornadas consecutivas sin conocer el triunfo, es la que ha encendido la alarma. No obstante, el caso del Celta es muy peculiar. A pesar de este tramo tan irregular, el equipo sigue presidiendo algunos de los registros más representativos de lo que quiere su técnico a través de la pizarra: es, solo por detrás de Barcelona, Betis, Real Madrid y Eibar, el equipo que más posesión amasa de Primera (52.84%) y el sexto –empatado con el Sevilla- que más remata (37). Pero el Celta ha caído en las últimas semanas en otro tipo de registros, como los pases o el balance de tantos, que, en su justa medida, ayudan a entender el porqué de estos tropiezos.
El Celta es el 3º que más marca (13) y el 6º que más encaja (12)
El Turco aterrizó en Vigo con una idea que poco a poco, como es lógico, ha ido experimentando sus matices, como en el Sánchez-Pizjuán. El equipo, que sale con tres (centrales) atrás, actúa en consonancia a estas nuevas pizarras en las que la defensa, como es el caso del Manchester City, el Levante, el Girona o la Juventus, se organiza desde un 3+1, donde uno de los laterales, en este caso el derecho (Hugo Mallo), debe hacer las veces de carrilero al no tener una referencia fija por delante suya. El sistema, que es ciertamente asimétrico, no se comporta igual por el otro lado, donde el lateral de ese mismo perfil (Alonso/Juncá) debe actuar consecuentemente con los movimientos de una pieza tan móvil como Sisto, al que le gusta empezar por fuera y actuar repetidamente por dentro. El plan, que como decíamos ha ido procesando sus matices, reserva su salida a su doble pivote, Beltrán y Lobotka, quien debe ser responsable de, entre otras cosas, asegurar un paquete continuo de envíos a las otras dos patas de dicho esquema: sus puntas, Aspas-Maxi Gómez.
Ahora bien, una vez esbozada la propuesta, al Celta le han venido faltando puntos esenciales del desarrollo. Y es ahí, como decíamos, donde coge cuerpo la disparidad de sus registros. El balance entre sus tantos anotados (13) y los encajados (12) es de tan solo un gol de diferencia. Pero esto, por sí solo, no sirve para dar respuesta al problema. Especialmente preocupante, por otro lado, es el contraste que existe en su rango de pases, en una y otra zona del campo. Mientras que abajo, en su propia parcela, el Celta es el cuarto equipo que más pases buenos completa (un 90.72% de acierto); ese mismo registro decae –y mucho- en el sector del equipo contrario, donde el Celta, siendo el noveno que más realiza, cae en su precisión hasta el 75.44%. Por detrás de otros como Athletic, Valencia, Villarreal, Atlético o Rayo en este registro. Algo que habla a las claras de dónde se localiza el quid de la cuestión; teniendo en cuenta que el propio Celta de Vigo ha llegado a tocar picos de su ‘precisión en campo rival’ en Montolivi (83.62%) y Mestalla (81.65%).
Mohamed, en ‘MARCA’, tras la derrota ante el Sevilla: “Siempre hay subidas y bajadas. Ahora estamos en subida y es complicado, tenemos que tirar todos del barco. Esperemos que la cuesta acabe rápido para disfrutar la bajada. Ahora viene la mala y hay que verlo como una oportunidad para poder recuperarse. En la vida y el fútbol hay que levantarse siempre rápido cuando llega la derrota”.
Pero a este Celta le están fallando algunos de los mecanismos del arranque, como ocurrió en la tarde del Sánchez-Pizjuán. Sale desde atrás y por bajo, con Beltrán acudiendo a recibir entre los centrales y Lobotka escalonándose por delante, sin embargo el intercambio posicional de medio campo hacia delante no está asegurando una posesión demasiado productiva. Los movimientos de Maxi Gómez desde la punta, ofreciéndose dentro-fuera y fuera-dentro, están generando esas líneas pero no las suficientes, entre Aspas –desde la derecha y en el carril central- y Sisto –que deja la banda para actuar por dentro-, como para tejer un circuito que asegure el tanto y el cómo que pretende construir Mohamed. Algo que, además de no respaldar en fondo y forma la idea, está llevando al Celta a recuperar la amplia mayoría de veces (el 38.2%) en la mitad superior de su propio campo, según la base de datos de @FutbolAvanzado.
Boufal está para ser titular, pero la cuestión es dónde puede
Así que sin los mecanismos idóneos para avalar una posesión efectiva, y, por ende, permitir una recuperación que respalde transiciones cortas y verticales sobre el área contraria, el debate en las últimas semanas se ha centrado en el quién y no tanto en el cómo. Boufal es la opción más interesante de entre todas las alternativas que maneja Mohamed fuera de su once más fijo, pero en esas la cuestión se localiza en el dónde más que otra cosa. Ha quedado probado que donde más daño hace el francés es por fuera, atacando desde el lado izquierdo. Pero ese, que es el de Sisto, tiene también sus propias particularidades para que la decisión no sea un simple cambio de cromos. Por izquierda, al no haber un lateral que actúe como tal, que el balón llegue (o no) arriba es muchas veces una responsabilidad compartida entre Lobotka –delante de Beltrán- o el propio Sisto. Un compromiso que, sin un interior puro que asegure ese fluyo, recaería así en el mismo Boufal. Teniendo en cuenta, por otro lado, que donde más y mejor deja el galo es cerca de tres cuartos. Una fórmula que deberá ir ajustando Mohamed, en pos de juntar todo el talento del que dispone. Un problema más propio de un ilusionista que de un arquitecto, tal y como está la cosa.
AdrianBlanco_ 19 octubre, 2018
Esta noche, contextualmente (porque casi seguro que no estará Maxi Gómez), puede ser una buena oportunidad para ver a Boufal de inicio en este Celta. Algo que no sé si veremos con continuidad cuando el uruguayo esté de vuelta, si no es por Sisto. Y en el lugar del danés, que para mí es donde mejor rinde. A fin de cuentas, creo que el Turco no lo tiene nada fácil para juntar a estos cuatro futbolistas de golpe; sobre todo porque no creo que el doble pivote (Beltrán-Lobotka) tenga el suficiente ¿empaque? para "soportarlo(s)".