Cerca de doce años después el Real Madrid ha encadenado una racha de tres partidos sin ver portería. Después del tropiezo en el Sánchez-Pizjuán y de empatar el derbi en casa, el conjunto de Julen Lopetegui no consiguió revertir esta sequía -de goles y resultados- en su visita al CSKA. Y eso que ocasiones, como tal, el Real Madrid tuvo hasta para golear. Se estrelló tres veces con la madera (en los cuatro remates que dejó entre palos), y acabó el duelo con casi una treintena de remates. Pero la sensación que transmitió el equipo, en líneas generales, es que la remontada estaba mucho más lejos de lo que marcaba el resultado. El Real Madrid se marchó de Moscú con la impotencia de no encontrar la forma ni el fondo de materializar un dominio que, sin un patrón claro de ataque, volvió a incurrir en vicios del pasado, como ya viene siendo habitual en este tipo de contextos.
El triángulo entre Reguilón, Asensio y Ceballos marcó la 1ªP
El Real Madrid se presentó en el Luzhnikí, en la capital rusa, con un sistema que, con Casemiro y Kroos abajo, se abría y se cerraba entre el 4-3-3 y el 4-2-3-1 en función de los movimientos de Ceballos. Y, más concretamente, de la altura a la que rodase el esférico. Con Ceballos partiendo desde el lado derecho, el Real Madrid aprovechó el primer pase y la carrera -en ese orden- de este para volver a centralizar su ofensiva por el sector izquierdo. Con Reguilón como lateral, en ausencia de Marcelo, y Asensio por delante, recibiendo siempre muy abierto, Lopetegui dibujó una especie de triángulo entre estos dos y Ceballos -que arrancaba desde la derecha para acabar en el otro perfil– con los que el equipo, ya por debajo en el marcador, trató de asegurarse hasta dos cosas al mismo tiempo: la primera, la posesión del esférico; y la segunda, relacionada con la anterior, que el CSKA no tuviese opción de contragolpear desde tan lejos. Sin embargo, la propia disposición de ciertos nombres solo consiguió salvaguardar el segundo objetivo.
La insistente iniciativa de Ceballos no fue tan positiva como en otras ocasiones. Yendo desde la derecha hacia la izquierda, para reunirse con Asensio, Reguilón y Benzema, las ganas de Ceballos por hacerse notar en el encuentro no hicieron sino alimentar las deficiencias creativas del Real Madrid ante el bajo repliegue del CSKA. Recibiendo varias veces de espaldas o con el gesto muy orientado hacia la banda, rodeado de rivales, y, casi siempre, excesivamente cerca del pasador, las continuas recepciones de Ceballos apenas garantizaron ventajas (ofensivas) para el equipo. Y de ahí que, ya en la segunda parte, Lopetegui tratase de alejarlo de la pelota organizando un 4-4-2 que, a diferencia del primer tiempo, le permitió al futbolista de la derecha (Asensio) tocar con algo más de margen de lo que lo había hecho Lucas Vázquez en la primera mitad. De esta guisa, con Modric y Kroos en el medio, y Ceballos y Asensio a pie cambiado, el Real Madrid pasó a la segunda y última fase de su empeño por remontar con Mariano en el punto de penalti.
Acabó en un 4-4-2 con Ceballos-Asensio + Benzema-Mariano
La entrada del dominicano al campo abrió dos horizontes. En primer lugar, el Real Madrid ganó esa amenaza a la espalda de Benzema, cuando el francés se aleja del área para recibir; y además se aseguró una nueva vía de ataque, especialmente coherente con el hecho de que Ceballos se posicionase por izquierda y Asensio por derecha. Sin embargo, respetando las tres acciones que se acabaron estrellando contra la madera, al Madrid de Lopetegui le volvieron a faltar bastantes cosas para acercarse a la victoria. Sin un ritmo fluido con la pelota, ni una verdadera pauta para para acercar el juego a la portería del rival, el equipo tuvo que echar mano de las artimañas del pasado. Pero ahora, que tiene futbolistas para ello, lo que se le está faltando es tan consecuente como peligroso. Sin goles no hay resultados. Sin resultados no hay tiempo. Y sin ello, en esto del fútbol, el destino no suele ser muy halagüeño. Porque si hay tantos que conducen al juego que uno quiere, también existen argumentos que conducen a lo primero. Pero el Madrid, ahora mismo, no tiene ni lo uno ni la otro. Y por ello le urge reencontrarse.
OliJC 3 octubre, 2018
Gracias @Adrian Blanco por este analisis de lo que le falto al movimiento en ataque del Madrid. Es cierto que tenia esta sensacion rara que puedes encontrar cuando te pones a la disatncia correcta a la orilla del mar : las olas vienen hacia ti, pero justo antes de mojarte, se vuelven hacia atras, una y otra vez. Como mucho alguna mas fuerte llega a salpicarte pero no dudas de que saldras de aqui con los pies secos. Esto me pasa con este Madrid. Se va acercando a la area, lentamente por cierto, pero llegados a cierta altura siempre acaba dando un pase hacia atras para volver a empezar, sin haber generado peligro alguno. Y esto, a mi parecer, es culpa de Lopetegui. Primero por la alineacion : Asensio a la izquierda se pega a las bandas , Lucas es un jugador que tambien va pegado a la cal, y Benzema baja a dar apoyo a alguien que entre combinando por el centro… Como lo dijimos aqui en muchas ocasiones, no queda nadie en el area… Para marcar goles, un Mariano se hace imprescindible. Luego esta el caso de Casemiro. Por muy bueno que sea en el corte, con un partido donde te van a esperar atras, el no sabe, o no puede, lanzar movimiento hacia alante. Ralentiza el juego y no aporta mas que algun tiro lejano en ataque. Segundo, creo que la voluntad de posesion y perder el balon muy arriba condiciona los jugadores para no asumir ningun riesgo en ataque. Si tienen la menor duda, vuelven hacia atras, hasta llegar a veces a Keylor cuando estaban atacando. Sin ponerse sistematicamente en peligro con contras, un poco de atrevimiento es necesario para crear superioridad. Nadie mas que Lucas, y encima con poco exito cuando era su fuerte, se atreve a regatear. Este partido se habia torcido desde el principio. A estas alturas, porque no probar en la salida de Carvajal con Lucas de lateral y sumar un delantero ? O Mariano para rematar, o, porque no, Asensio a la derecha y probar a Vinicius para crear locura a la izquierda. Hay que probar con los jovenes, mira que hizó un buen partido Reguilon.